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Yoongi abrió la puerta y vio a su mayor, no preguntó por las marcas de las lágrimas en su rostro, tampoco por el color rojo intenso en sus ojos, no, sólo lo dejó pasar a su habitación donde estaba el koala.

-¿Koya?-. Jin entró con cuidado viendo al koala mientras este miraba caricaturas envuelto en una manta. Se acercó cuando el animalito lo miró y sus ganas de llorar volvieron, las orejas del koala estaban tan bajas que si no las viera pensaría que volvieron a caerse, estaba de su máximo tamaño y se veía realmente pequeño, en el brazo tenía un trozo de venda envolviendo parte de este y en las piernas varias curitas-. Lo lamento, lo lamento tanto...

Se sentó en la cama y dejó un beso en la cabeza del koala, quería que le gritara, que le reclamara, que le dijera que era la peor persona del mundo, pero nada de eso paso, cuando miró al moreno este sólo mantenía su vista baja mientras abrazaba sus piernas, estaba vistiendo ropa oscura y su cabello había cambiado al color más negro que haya visto antes. Namjoon no lo miraba, no decía nada, apenas parecía respirar y se mantenía demasiado quieto para que fuera normal.

-Namjoon-. Jin lo sacudió un poco y lo único que logró es que lo miré, sus ojos, esta vez no podía leerlos, estaban tan tranquilos, tan profundos, sabía que escondían más de lo que se podía imaginar, sabía que su mirada escondía dolor, tristeza, amargura, puede que hasta un grado de rencor, pero sabía que más que nada había la marca de la decepción, la marca de otro corazón roto se estaba ocultando en sus ojos-. Di algo, lo que sea.

El moreno con cuidado quitó la mano que lo sostenía y volvió a mirar la pantalla, aunque Jin sabía que su mirada estaba en la pantalla, podía sentir como el moreno se sentía perdido, perdido en tan poco espacio, era asfixiante.

-Vamos Nam, dime algo, que soy cruel y egoísta-. Jin se rompió nuevamente y sus lágrimas salieron-. Que no pienso en ti o cualquier cosa, vamos, gritame, insultame, ofendeme pero haz algo, no te quedes perdido...

Jin seco sus lágrimas sin ningún cuidado y a los segundos sus muñecas fueron sujetadas. Namjoon lo miraba de una forma tan tranquila y vacía que Jin sintió miedo, sintió miedo por todo aquello que Namjoon era, sintió miedo por todo lo que sus rechazos en vidas pasadas no habían logrado acabar, sintió miedo de haber roto todo lo que Namjoon era, todo lo que quedaba de él.

Namjoon bajo nuevamente la mirada y su voz salió en un murmullo-. Lamento ser una molestia hyung, cambiaré para no molestarte, no quiero ser un problema para ti-. Y Jin lloró más, lloró porque lo había hecho, había roto todo lo que Namjoon era, todo lo que Namjoon tenía ya estaba perdido-. ¿Hyung?, ¿Por qué lloras? Realmente lo lamento, cambiaré si con eso estas bien, no te preocupes, ya no te molestare.

Jin lo miró a los ojos nuevamente, ahora si lo veía bien, no es que sus emociones hayan estado ocultas antes, Namjoon las había dejado para protegerse, para protegerse de Jin, para abandonar su propio dolor.

Jin acabó con todo lo que era el moreno y no podría recuperarlo, no como estaban ahora.

🌺✨

Jin había preparado ramen para comer.

Habían vuelto hace unas horas y Namjoon no había dicho ninguna palabra dirigida especialmente a él, tampoco había sonreído o formado alguna expresión facial, no había comenzado a ver caricaturas como normalmente lo hace, esta vez le había pedido permiso a Jin, le había pedido permiso para entrar, para ir al baño, para sentarse, para tomar un vaso con agua, y cuando Jin le ofreció uno con jugó este negó diciéndole que eso era suyo, que el no tenía porque beberlo.

Jin se sentía devastado, no había salido de la cocina desde que le encendió la televisión para NamJoon, hace casi una hora. No soportaba ver el rostro del menor, tenía la mirada tan pérdida que cada vez que lo miraba Jin sentía que volvería a llorar.

Como un cuento de hadas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora