Capítulo 4
Stephanie estaba nerviosa por su fiesta de cumpleaños; pues nunca lo había festejado. Al llegar observó a todas las personas de Allegrand afuera del castillo disfrutando del sol mientras otros, bailaban muy alegres un tipo de baile parecido al "Swing" (cuando los bailarines improvisaban pasos sobre los acordes del piano de los estilos musicales rogime, jazz y dixieland.)
- ¡Bienvenida! - exclamaba la princesa Clytia mientras la saludaba.
-Ella es hija de la Reina Zaida, es muy buena en pintura- comentó Harry.
La princesa Clytia era una joven de 20 años, que solía pasar su tiempo dedicado a la pintura como en música. Sus ojos eran de color azul, su cabello largo mostraban sus chinos enredados lo cual la hacía una bella mujer.
Ella estaba ansiosa por mostrarle a Stephanie los mejores retratos que había pintado.
- ¡Esto es asombroso! - dijo al ver un paisaje totalmente único.
-Todavía no te muestro la mejor parte- sonreía la joven de emoción.
Stephanie nunca se imaginó lo que sus ojos estarían por ver.
- Y ¿Qué te parece? Lo hice con todo el corazón.
- Esto es .- Se acercó a la pintura con lágrimas en sus ojos -. Es algo que no puedo explicar, simplemente es algo que necesito y extrañaré por mucho tiempo.
Dado qué, mostraba al señor Valdés.
- Que bueno que te guste - Clytia se acercó a ella -. Tu padre siempre estará contigo, muy dentro de tu corazón. No permitas que alguien te diga lo contrario.
- ¡Que sorpresa! - intervino la Reina.
- Le agradezco a todos por recordar a mi padre. - Sus lágrimas no dejaban de parar y dijo -. Cuando él murió nunca me imaginé que llegaría a esta tierra feliz donde todos me darían amor sabiendo de mi dolor.
- Tengo algunas cosas que hablar contigo en privado - habló la reina abrazando a la joven mientras Clytia se marchaba del lugar.
-Desde que llegué a este lugar no comprendía absolutamente nada, todo me sorprendía y me asustaba. Mi padre hizo cosas fantásticas en mi mundo; pero nunca supuse que llegaría hasta esto.
- ¿Quieres saber un secreto?
- Esta bien, esperó que no sea nada malo.
En aquél momento Clytia estaba espiando la conversación y al escuchar lo siguiente la dejaría destrozada.
- Mi hija no es la verdadera princesa. Eres tú Stephanie.
- ¡No! ¡Yo no puedo ser la princesa!.- Se negó -. La verdadera princesa es Clytia, yo no quiero arrebatar lo que ella posee.
- Clytia no es mi hija biológicamente. Ella era parte de un matrimonio que terminó en la muerte en un accidente automovilístico.
- No puede ser cierto - dijo confundida. ¿Que más debo saber? ¿Que más debo descubrir?
- Ya no hay más secretos que tú debas saber. Esa es toda la verdad.
- Con todo el respeto. ¿Usted se enamoró de mi padre?
En ese mismo instante un silencio se presentó con un aire frío.
-¡Sí! Estuve enamorada de Joan Valdés, y ese amor que sentí era demasiado destructor para mi corazón, lo correcto era dejarlo. Él debía ser libre, continuar su vida en el mundo que el pertenece; Allegreland es como su segunda casa, y al morir esté lugar te pertenece.
- No puedo creerlo. ¿Qué pasó después de que se marchó?
-Cuando se fue de Allegreland, la primera guerra mundial los obligó a viajar muy lejos. Con el tiempo conoció a tu madre en un restaurante donde ella trabajaba como mesera, ellos se enamoraron y al regresar, volvieron a la vieja casa de Joan donde tú naciste, en aquél momento estaba por terminar la guerra.
-¿Me permite hacer la última pregunta?.- Dijo nerviosa -. De causalidad, ¿Mi padre intentó volver?
-Lo intentó varias veces, pero el reglamento que hizo Joan prohíbe el paso a las personas de 27 años.
Debido a la edad en que murió el Rey Terry Pérez; pues tenía la idea de que algo malo sucedería.
-(Stephanie suspiró y comentó.) Me gustaría tener a papá en este día tan especial.
- Lo sé pequeña. ¿Quieres saber qué fué lo qué hice cuando tú padre murió?
- Supongo que lloró toda la noche. Déjame decirle que yo no pude llorar a pesar de tener el corazón destrozado.
- Después de aceptar lo que había pasado, salí del castillo para dar la cara y continuar con mi vida. Nunca imaginé que al abrir la puerta todas las personas de Allegreland tenían ramos de rosas y girasoles para decorar la tumba de Joan. Minutos después envié las flores con mi poder mágico, ahora todas esas rosas y girasoles nunca morirán.
- Les agradezco de todo corazón lo que hicieron por mi padre, de seguro él estaría agradecido. Me gustaría ver esas rosas pero dudo que sigan vivas cuando vuelva.
- Ellas nunca morirán aunque la tierra del lugar sea igual a un desierto.-Dijo la reina con una sonrisa -. ¡Qué maravilla es tener a una persona viva en tu corazón a pesar de todo! ¿No crees?
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STEPHANIE EN ALLEGRELAND
AdventureEl sonido de un tren puede parecer normal para cualquier persona, excepto para Stephanie Valdés. Desde muy pequeña creció escuchando los relatos de su padre sobre un mundo mágico lleno de personas alegres y animales parlantes donde ellos anteriormen...