Chico De Hielo || +18

21

Era de madrugada, una leve brisa pasaba por mi cabello y el sol de la mañana acariciaba mi piel. Soy alguien de sueño pesado, así que probablemente me levanté casi a medio día.

Tallé un poco mis ojos, tratando de acostumbrarnos a la luz que entraba por la ventana de la habitación, sin darme cuenta, me encontraba en el lado de Suga, él no estaba en la cama... Al contrario, su atenta mirada estaba puesta en mí, era fría y llegaba a mis entrañas.

—_____... Ve y ponte algo de ropa.

La sangre se concentró en mis mejillas, cuando tengo la imagen de mi cuerpo semi-desnudo. Esa no era la peor parte, aunque recuerdo lo que sucedió un par de horas atrás, era incómodo permanecer en tal revelador vestuario frente a alguien casi desconocido para mí.

De inmediato recogí la ropa arrojada en el piso, tratando de vestirme lo más rápido posible, evitando lucir torpe en el acto y quedar en oprobio. Un objetivo que conseguí con un poco de esfuerzo... bueno... Todo lo contrario.

—¿Puedes largarte de una vez?, necesito preparar algo de comida.— dijo apático, como siempre. Parece que no se acordara de la ocasión anterior.

—Pero...—

—Nada, ¿qué te interesa de mí? de todas formas.— su oscura mirada era el centro de interés — ¿Qué me miras?, parece que te has enamorado de mí... por allí está la salida. —

Una gota de llanto se deslizó por mi mejilla izquierda, ¿cómo se atreve a hacer eso? no podía esperar más de un hombre sin corazón, al igual que siempre, solo se aprovecha de alguien y arroja su desdeñable cuerpo a la basura, debería hacer lo mismo con su cerebro. Al menos, el no caía en las trampas de gente inapreciable que no merece algún reconocimiento por parte de los otros, si tan solo se viera en el espejo le daría aborrecimiento de un alma tan vacía. 

— Mis impulsos de sollozar ganaron, me dejé llevar por la corriente de amargura que atravesaba mi cuerpo y salí indignada de aquella casa.—

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Cuando por fin pisé la alfombra de "Bienvenido" de mi casa, un peso en los hombros se liberó de mí; regulando mi respiración; la melancolía formaba parte de mi cuerpo al avocar la escena que quedaría en mi mente por un par de días más, que va... semanas, tal vez meses... o quién sabe.

Enterré mi cabeza en la almohada, era el único objeto reconfortante que tenía, lentamente y sin darme cuenta estaba abrazando firmemente mi almohada, solo imaginaría que era él, el dolor se iría y- No ______, no te hagas ilusiones. ¿Cómo podría enamorarse de una persona tan obsoleta, estúpida como yo?, ese hombre era perfecto... su piel, pelo, ojos, todo. Pero, claro... sería mucho mejor y una ventaja para mí el que no fuera tan insensible.

Mis brazos se enredaron aún más alrededor de la almohada, conociendo lo idiota que soy, ignoré las advertencias que me dí a mí misma, simplemente era inevitable el no enamorarme de una persona así.

Imaginar algo así era como crear un universo sin estrellas, no funcionaría. Yoongi se interpretaría como aquellas estrellas inexistentes en mi galaxia.

Asimismo, me quedaba dormida en compañía de mis pensamientos.