Chapter 5: La coincidencia

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Los rayos del sol, dieron directamente a aquella habitación donde escondía pasados oscuros. Una pequeña y frágil pelirosa se removió en aquella cama, abriendo lentamente sus ojos, para poder apreciar el nuevo día. Miró a su alrededor y no encontró lo que tanto buscaba, dirigió su mano a su cuello y notó un vendaje…..¿Pero dónde estaba él?...de seguro se fue hace un buen tiempo (pensó). Se levantó somnolienta, y notó una carta en el velador, la abrió y la leyó.

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Ponte la ropa que se encuentra en el sillón, úsala para ir a clases. No menciones a nadie lo que paso aquí anoche o ya sabes las consecuencias.

S.U

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Sonrió para sí misma, y dejo la carta en la cama, mientras se acercaba a coger el ropaje que estaba tendido en un sillón. Lo observó fijamente, era de color negro con rosado, la tela era suave, e iba apegada al cuerpo, resaltando su pequeña cintura. Lo cogió y comenzó a colocárselo, era un conjunto de un short con una blusa, que por cierto tenían buena pinta. Cuanto terminó de colocárselo vio una pequeña cintita, con una nota.

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Colócatelo en el cuello, para cubrir la mordida.

S.U

.

Hice caso a la nota, y se lo coloco. Fue a verse en un espejo, y pudo notar la diferencia de la ropa que usaba con esta, se sintió mal al pensar en la gran diferencia que había, de seguro había sido el hazmerreir de todo el colegio a sus espaldas. Quitó esos pensamientos, y con la cabeza en alto empezó a peinarse su largo cabello, el cual se ondulaba en las puntas. Una vez lista, se dirigió a la puerta, pero antes volteo a ver aquel cuarto, donde casi fue violada sino hubiera sido, por aquel pelinegro.

Una sonrisa llena de tristeza se dibujo en su rostro, para luego marcharse, dejando ver una silueta masculina en la ventana.

Mientras por los pasillos de la casa una pelirosa iba tan atenta a sus pensamientos que no se fijo por donde iba, solo noto aquella voz ruda y tosca, que hacía que su cuerpo vibrara automáticamente de miedo.

-Sakura – gruñó.

-T..Tian – tartamudeo.

-¿Quién era el tipo de ayer? – preguntó bruscamente.

-Y..Yo n..no se – se levantó inmediatamente, y con miedo se alejo.

-¿A dónde crees que vas? – preguntó cogiéndola bruscamente del hombro, haciendo que de quejara del dolor.

-Tengo que ir al colegio – dijo entre dientes.

-Mejor vamos a una habitación, que ya nadie te salva – dijo con voz maliciosa.

Enseguida la ojijade se apresuró en soltarse del agarre, y corrió lo más fuerte que le daban sus pequeñas piernas. Sintió su corazón latir demasiado fuerte, y su respiración cada vez más agitada, parecía nunca acabarse el camino, hasta que diviso la puerta. De un solo tirón la abrió y corrió a la calle. Tanto fue así que casi un auto la atropella por despistada.

Miró a su alrededor, y no vio a nadie, suspiró tranquila y observó la hora. Mei ya se había adelantado para entonces, después de todo estaba atrasada. Con la poca fuerza que le quedaba en las piernas se apresuró en llegar al colegio. Unas cuentas calles más y logró ver a lo lejos el colegio. En menos de 20 minutos llego a la entrada. Se arregló la ropa, y se asentó el cabello.

Toc, Toc (tocó la puerta de su clase)

-Con permiso – susurró entrando.

-Llega tarde señorita Haruno – dijo su maestra seria.

SOMBRAS DE AMOR sasusakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora