Capítulo 4

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Los días, se convirtieron en meses, luego en años. Habían pasado ya 10 larguísimos años, a la  luz natural del sol, un Roger de dieciséis años, dormía plácidamente en las alborotadas sábanas, su piel era iluminada por los rayos de luz y su cabello rubio, que había crecido hasta sus hombros, daba brillo a toda la habitación. Estaba cubierto por sábanas, pero debajo de ellas se encontraba completamente desnudo. Levantándose con pereza puso su brazo al otro lado de la cama. Se sentó de golpe al no sentir a nadie. 

-¿Brian?- se levantó de la cama colocándose un bóxer que se encontraba a un lado de la habitación junto a mucha ropa desparramada por los suelos de la alcoba, saliendo de esta. Cruzó por el pasillo para dirigirse a la sala, pero unas manos le rodearon la cintura, besando con lentitud el cuello del menor.

-Aah mi roggie- habló un hombre de unos aproximadamente 39 años de edad- cómo haz crecido, de espaldas me haces confundir que es una chica la que tengo en frente- diciendo esto comenzó a oler su cabello, bajando sus manos de su cintura hacia su trasero, metiendo sus manos debajo de la ropa interior, haciendo gemir al rubio.

-No... ya basta, aquí no Michael- lo apartó- sabes muy bien que ha Brian no le gusta que juegues así conmigo. A propósito ¿sabes donde está?

Al pasar el tiempo los niños ya no llamaban a su padre "papi" como lo hacían antes. El mayor de los dos conforme crecían descubrieron el nombre de su padre y lo empezaron a llamar así, aunque raras veces lo llamaban "papá"o " papi". Después de lo ocurrido el día en el lago, los menores fueron desarrollando una madurez sexual muy activa, acostumbrándose a tener sexo en cualquier espacio de la casa, del bosque, del lago, donde sea, ya sea con su hermano, con su padre, o los tres.

-No, no lo sé- tomando nuevamente de la cintura a Roger- ven aprovechemos que no está-tomó al menor de la cintura y lo llevó a su habitación. Lo aventó en la cama y se subió encima de él, devorando sus jugosos labios, luego dirigiéndose a su cuello lleno de leves manchas moradas y rojizas. El menor no correspondió.

-Ya te dije que no, suéltame no tengo ganas- replicó, tratando de apartarse- me duele todo el cuerpo- de un empujón lo tiró al suelo.

-A pero eso no decías a noche, en tu cuarto con tu hermano- lo miró con picardía- Toda la noche gimiendo como una perra, "Brian, no pares""Bri más adentro"- imitando la delgada voz del más chico, que ya estaba completamente rojo- Conmigo nada.

-Con Bri es diferente- exclamó- tu eres muy tosco y no me gusta-. Seguían con su amena conversación cuando escucharon el sonido de la puerta cerrarse.

-Es Bri!- fue corriendo hacia la sala, de un salto se trepó encima del ruloso, dándole un casto beso. Que luego fue haciéndose más y más apasionado.

-Ya déjense de obscenidades y dime que trajiste para desayunar- habló Michael rebuscando la caja en donde estaban los alimentos- espero que ya no sea fruta, porque ya estoy cansado de eso.

-Solo algunos plátanos y una cosa muy especial para mi Roggie- el rulozo rebuscó la caja y sacó un pote de mantequilla de mani y una bolsa de pan- no se que será pero ha de ser muy rico, toma- se lo dió al rubio, quien como agradecimiento dejó las cosas a un lado, aventándose encima de él de dieciocho años.

-Gracias Bri!- gritó- sabes que te quiero mucho! a propósito..¿donde lo conseguiste?

-Estaba en camino a uno de los árboles de banano y los vi ahí tirados en un cúmulo de plantas.

-Brian, ya te he dicho miles de veces que no tienes que caminar más de lo previsto, sabes que más ayá es peligroso- advirtió el padre.

-Solo fui unos metro mas al fondo- habló el ruloso- no pasa nada.

Who is the monster?Where stories live. Discover now