Un sonido en seco resonó en cada rincón de las habitaciones de la gran casa. Debido al ruido que se ocasionó, el llanto de un bebé, se escuchó pronto, debido al susto levantando a un niño rizado de 4 años que con suma pereza se levantó tallando sus pequeños ojos. Pasó tiempo y al oír que el llanto no cesaba, bajó de la cama y se dirigió al cuarto en donde lloraba desconsoladamente su pequeño hermano. Con sutileza entro a la habitación tomó la barandilla del cunero y de manera delicada la empezó a mover.
- Ya, ya calma, mami ahorita vendrá para cantarte- miró de manera tierna a los ojos a su hermano menor para hacerle saber que estaba ahí. Pero al ver que no se calmaba el nene quiso llamar a su madre. Salió del cuarto del infante y fue corriendo al cuarto de sus padres, quiso abrir la puerta pero se dió cuenta que esta estaba con seguro.
-Mami, Roggie está llorando mucho- gritó desde atrás de la puerta pudo oír un leve sollozo.Salió de la habitación su padre que al verlo su niño notó que sus ojos estaban rojos.
-Papi ¿estabas llorando?- preguntó incrédulo- Necesito llamar a mamá ¿puedo pasar?- hizo de su padre a un lado he intentó entrar, pero su padre le impidió el ingreso.
-Vamos, necesito que te cambies- habló con prisa su padre- hoy te llevaré a la escuela.
-No, no no vez que mi hermanito está que llora- reclamó el niño.
-Date prisa te necesito listo en cinco minutos- dijo nervioso el hombre- yo voy por tu hermano. Fue con prisa a la habitación del bebé y lo tomó en brazos para dejar que llore.
- Cálmate mi niño todo va a estar bien- intentó calmar a su pequeño hijo meciéndolo con la voz torcida que luego se volvió en llanto.
Por otro lado, el pequeño de cuatro años estaba ya listo para salir, pero de pronto con brusquedad entró al cuarto, su padre, quien tomó su mochila vaciando todos los útiles escolares que tenía esta y la empezó a llenar de ropa. El infante desconcertado miró lo que hacía su padre.
- Papi necesito esto para la escuela- dijo el pequeño rizado, levantando sus cosas intentado meter estas a la mochila. El padre desesperado, sin saber lo que hacía, empujo al niño a un costado.
- Basta Brian! siéntate ahí no te metas- el niño asustado sin reclamo obedeció.
Luego de tener lista la mochila del menor, tomó a su hijo en brazos, dirigiéndose a la cochera. Sacó el auto adentrando a su niño dentro de este. Después el hombre a toda prisa fue por su bebé, que otra vez dormía. Fue al vehículo con este y lo puso al regazo de su hijo de cuatro años. Se fue al asiento del piloto, comenzando a manejar.
Las pistas de la ciudad estaban húmedas debido a que anoche llovió. Pasaban las horas en el aburrido carro. El mayor de sus hijos comenzó a mirar la carretera hasta que se dió cuenta de algo.
-Por aquí no es el camino a la escuela papi- preocupado habló el niño. El padre lo ignoró por completo y siguió concentrado manejando hasta que comenzó a llover nuevamente.
-Papi a ¿donde vamos?¿Vamos a ir a los juegos?- preguntó emocionado el niño- o a donde porque necesito llegar a la escuela hoy tendré examen de matemá..
-Que te calles niño! no puedes guardar silencio!- gritó fuerte el hombre perdiendo la paciencia. Debido a esto el nene que hacía en su regazo nuevamente empezó a llorar.
- Cállalo Brian! o haré que...- dejó de mirar al frente para mirar a su niño, pero en un descuido, el auto se desvió de la carretera y chocó contra un par de arboles dejándolo inconsciente.
Pasaron minutos, el hombre despertó desorientado, en su cabeza solo resonaban el llanto de los niños. Salió como pudo del auto y sacó a sus menores asustados.
-Quiero a mamá- habló el mayor llorando, su papá con una mano lo tomó del hombro y lo apegó a él, mientras con la otra mecía al menor.
Como no pudieron seguir con el auto pues este ya estaba destrozado. Siguieron su camino a pie, por suerte el lugar estaba cerca. Se encontraban en medio de altísimos arboles, la carretera ya había desaparecido ahora caminaban en pasto mojado por la lluvia. Avanzaron un par de metros más adentrándose al parecer en un bosque, finalmente llegando a una pequeña casa de campo que hacía en medio de la nada.
Entraron a la casita, esta tenía una pequeña salita poseía un sillón viejo, una mesita en centro y un fogón sucio que parecía que no había sido limpiado en años. El señor dejó al mayor en el sillón descansando de tanto caminar, mientras que al menor se lo llevo a una de las dos habitaciones que tenía esta.
El hombre, al terminar de acomodar a sus pequeños, se adentró a una de las habitaciones y comenzó a llorar desconsoladamente, sus lágrimas caían por sus mejillas, haciendo soltar pequeños sollozos. Con sus manos tomó sus cabellos y se los estrujó por la cólera contenida.
Luego de esto no pudo más, no aguantó más la culpa que sentía en el pecho que lo oprimía. Por haber cometido una atrocidad terrible, por hacer que sus pequeños vivan ahora sin una madre, por haber matado a su esposa sin piedad, no sabía la razón de por qué lo hizo . Ahora no sabía que hacer estaba totalmente desorientado, sentía que su cabeza iba a explotar.
El hombre, fue a la sala nuevamente, llevó a su pequeño Brian en brazos y lo colocó en la cama junto, en un sueño profundo, dormía el más chico. Sin saber lo que hacía tomó la mochila que había llevado desde un principio y rebuscó entre las cosas. Al final encontró su objetivo. Un objeto, pequeño, de hierro sacó de esta, lo recargó y se dirigió hacia la cama donde dormían sus hijos. En un momento se dispuso a contemplar a sus niños, los miró detenidamente, primero fijó la mirada en Brian, observó su cabello castaño rizado, su cara, al ver esta recordó cuando era niño, era igual a él. Luego se dispuso mirar al menor de sus hijos. Era de piel más clara, miró sus pestañas largas y rizadas, su cabello sumamente rubio.
Este último, de inmediato le hizo recordar a su esposa, que al igual que el era rubia y de pestañas largas. Alzó su brazo apuntando con su arma al más pequeño de los dos. Estaba por apretar el gatillo, muy concentrado con lo que hacía. Ya por dispararle al pequeño, pero.. no pudo.
Se agarró la cabeza y reccionó a lo que estaba apunto de cometer. Soltó el arma fue hacia ellos y los abrazó. Debido a la presión que sintieron, despertó al pequeño Brian.
-Papi- susurró el mayor.-Shh duérmete mi niño- besó la cabeza de este y volvió a dormirse.