-¡Brian!
-¡Roger!
Gritaban ambos hermanos. Roger estiraba su brazo para tomar la mano del ruloso. Viendo este que no lo podía lograr trató de soltarse de ambos policias que lo tenian sujeto.
Brian tenía las manos atadas tras su espalda y miraba los azules ojos del contrario que expresaba susto.
-Llevense al rubio, nosotros nos encargaremos del mayor.
El ruloso se removió de los guardias que lo tenían atrapado para alcanzar a su hermano.
-Hey, Hey ni se te ocurra, por todo atrocidad tendrás muchos años en prisión.- mencionó uno de ellos.
El rubio comenzó a llorar cuando escuchó que los iban a separar, no quería. Estaba asustado de todo, tenía miedo a todas las personas que se encontraban ahí y lo peor que lo iban a separar de Brian.
-No ¡no me alejen de él! .- sollozó y se soltó de una, comenzando a correr donde se encontraba el ruloso. Lo abrazó con todas fuerzas, llorando.
-Brian no me dejes que me lleven- susurró en su oído casi suplicando, sin soltarlo apretando fuerte con sus brazos.
Uno de los policías le hizo una señal, mientras miraban la escena horrorizados. De su maletin sacaron una jeringa con sedante y se acercaron lentamente hacia el rubio. Roger lloraba y abrazaba a Brian, este solo undió su cabeza en su cuello dándole un casto beso.
-Rog- habló en un susurro cerca de su oído-Promete que nunca te olvidarás de mí- sollozó hasta las lágrimas mojando el hombro del contrario. - Eres lo más hermoso que me ha pasado, tenerte todos estos años a mi lado. No sé por qué razón me llevarán pero creo que... aquí termina nuestro sueño de estar juntos para siempre.
-No digas eso Bri- lloró el rubio- no me llevarán si tu no lo permites.
-Lo siento Roger eso quisiera, pero no puedo.
Roger lo miró confundido con lágrimas cayendo en sus ojos.
-Todo esto me recuerda a una situación similar que vivimos, pero con diferentes hechos. Nunca te olvidaré. Siempre serás mi vida entera Bri. Yo...
-Basta de charlas llevense al ruloso a la camioneta.- exclamó uno de los hombres que alejaron a la fuerza con brusquedad del menor.
Todo un bullería se formó en la habitación, la mayoría de gritos por parte de Roger. Al ver como adentraban a Brian a una camioneta. En su hombro izquierdo sintió una punsada, que poco a poco adormeció su débil cuerpo, minutos después adormeciendole completamente.
Levantaron su delgado cuerpo inconsciente y fue trasaladado a un hospital psiquiátrico muy lejos de la persona que algún día amó, sin conocer el nombre de dicho sentimiento que años antes había florecido dentro de él.
En la calles de la ciudad se difundió de los niños May Taylor y el padre Michael May, que desaparecieron hace quince años. Toda esta noticia atormentó a la ciudad al enterarse que el menor de todos Roger May de quince años de edad había sido cruelmente violado durante todos los años de desaparecido.
Debido a las pruebas médicas que se realizaron en el cuerpo del menor. Se encontraron varias heridas abiertas en el canal anal, algunas ya cicatrizadas y otras recientes, como también de moretones y marcas de golpes. Así constataron las supuesta violencia física y sexual que sufrió.
Ademas de todo eso a ambos hermanos se les diagnostico delgadez severa. El mayor se recuperó con rapidez, pero el rubio a un no salía de la impresión de todo lo que pasó no era verdad.
A Brian May lo condenaron a once años de prisión, por haber tenido relaciones con un menor de edad "sin su concentimiento". Por otro lado a Michael May se le condenó a cincuenta y tres años de prisión por violación, trata de personas, lesiones, abuso sexual, privación de libertad, explotación sexual, homicidio culposo a su esposa y madre Winifred May Taylor.
Roger estaba postrado en una camilla con sedante en el brazo derecho. Había estado así desde hace dos semanas. Aún no creía que todo eso haya sucedido. Desde que lo sacaron de la cabaña no había dicho ninguna palabra, ni cuando la prensa y las autoridades vinieron a preguntarle cosas sobre el caso.
Muchos médicos no le permitieron el pase a ninguno de los entrevistadores debido al estado de Roger y cuando estuvo mejor no dijo ni una sola palabra, solo tenía la cabeza gacha, con algunas lágrimas retenidas.
Todos esos días para él fueron una tortura. Quería con toda su alma regresar a la cabaña, quería sentir el césped verde bajo sus pies, sentir el agua fría mojando su cuerpo, el brillante sol, el sonido de los pájaros, quería todo...
Quería a Brian. Sentir sus labios, sentir sus caricias, sentir las palabras bonitas que le decía, sentir sus cuerpos siendo uno.
Al pensar en él sus ojos se llenaron de lágrimas. Lo extrañaba demasiado, quería tenerlo cerca, abrazarlo, decirle que todo estaba bien y que cuando lo saquen de ese lugar volverán a vivir juntos.
El sonido de la puerta de la habitación se abrió, haciendo salir de sus pensamientos. Roger volteó su cabeza que miraba hacia un lado.
-Brian eres t... -su rostro se fundió en la tristeza cuando en la entrada observó la figura de una de las enfermeras que cuidaban al menor. Llevaba una bandeja con comida y algunas medicinas.
-¡Roger! Despertaste-. habló emcionada al escuchar lo poco que dijo al entrar.- me alegro que pude escuchar un poco de tu voz ya que nunca se te escucha.
Roger lo miraba somnoliento, si ganas de nada, pues desde que lo sacaron del bosque lo sometían a diferentes analisis médicas que tuvo que pasar.-Mi trasero está mejor.- habló con los ojos serios, haciendo reír a la enfermera.- No es necesario que vinieras.
-No, no Roger no vine por eso- habló acomodando la bandeja en sus piernas.- Vine a traerte tu almuerzo. Recuerda tomar estas pastillas cuando termines-
Dejó acomodada las cosas y con una sonrisa amable se dirigió a la puerta. Antes de abrirla se volteó.
-Recuerda que después de almorzar, viene el psicólogo Philipps a darte tu terapia. También tiene algo importante que decirte, creo que te alegrará mucho la noticia.- dijola muchacha retirándose.
El rubio solo asintió y comenzó a mirar la comida, el no estaba acostumbrado a mucha. Se metió algunos bocados a la boca, luego agarró una bolsa que se encontraba en uno de los cajones de la mesita de a lado de la cama y vació toda la comida al igual que las pastillas.
Se cansó de luego de comer tenía que dormir otra larga siesta. Estaba mirando hacia la ciudad contemplando todo lo que se perdió en sus cortos años de vida.
Cuando se aburrió tomó un control de televisión y comenzó a apretar cualquier botón, pues no recordaba cuál era para prender el aparato negro que tenía en frente.
Al lograrlo, la mayoría de canales emitían, a pesar de haber pasado dos semanas, la noticia sobre el caso May Taylor. Roger sólo usaba para eso la televisión porque pasaban nuevas grabaciones de Brian vestido con un traje anaranjado sentado en tribunal.
Roger puso en pausa la televisión, viendo a un Brian con un rostro serio y una mirada perdida, mientras un hombre con terno lo señalaba y le hablaba fuerte casi gritándole.
La puerta se abrió, el rubio apagó el aparato como pudo y se recostó, finjiendo dormir.
El Dr. Philipps se adentró a la habitación, Roger se reincorporó y lo saludó amablemente. A Roger le agradaba bastante pues él le había ayudado a superar su depresión los primeros días de soledad.-Que bueno volverle a ver. Estaba aburrido aquí.- el doctor emitió una sonrisa y Roger se la devolvió
-Haz avanzado bastante durante estos últimos días es por eso que tengo una gran sorpresa...
Rog por fin dejarás este lugar. Irás a casa con tu familia.
-¿Familia?