Una historia complicada (Damon y tu)

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Con Stefan las cosas siguieron normal, no hablé del tema con Damon pero tampoco saqué ese tema en ninguna conversación, desde que había vuelto nos pasábamos la mayoría del tiempo en su cama, como aquel día.

Los rayos de sol entraron por la ventana iluminando cada esquina de la habitación.

-¿Hace falta que bajemos con los demás?- me preguntó Damon.

-Ojalá pudiésemos hacer otra cosa, pero he quedado con Caroline para ir de compras- dije y solté un bufido.

-¿A que hora has quedado con ella?

-Dentro de una hora y media- le respondí.

-Tenemos tiempo.

Empezamos a besarnos y una hora después ya me había duchado y estaba bajando por las escaleras.

-Bueno ¿qué quieres hacer hoy?- me preguntó Caroline al verme bajar.

-He pensado que en vez de ir de compras podríamos pasar el día en el grill- dije.

-Vale, esta bien.

Conduje yo el coche azul y negro de Damon, él le daba mucha importancia a su coche pero a mi realmente me gustaba más el rojo de Stefan, aunque era mejor que no lo dijese en voz alta.
Pensaba comentar con Caroline su nueva relación, se pensaba que nadie se había dado cuenta, pero había sido el tema de conversación de Damon y mío varias noches.

-Bueno...- dije mientras nos sentábamos en una mesa- desenbucha.

-¿Que?- preguntó Caroline.

-Venga ya, se que estas saliendo con Stefan a escondidas, o por llenos os gustais mutuamente- dije y noté como se ruborizaba.

-Bueno, sabes que después de todo los rollos que hubo con Klaus y Tayler hablar de esto es complicado- me dijo.

En parte tenía razón, se había enamorado de Klaus pero cuando Tayler volvió, se olvidó de él. Luego, Tayler se fue y ahora está en una balanza.

-Te entiendo pero se que Stefan siente lo mismo por ti y la verdad es que es muy injusto veros así, cuando ahora mismo podríais estar viendo una película juntos o algo así...- le respondí.

-Tu lo que quieres es estar con Damos ¿verdad?

-No desvíes el tema, te gusta Stefan, pero tenéis tan buena relación que te da mi Edo que todo se vaya a la mierda y no puedas recuperarlo- dije.

-Vale, si, tienes razón, pero no por eso voy a hablar con él, me niego- respondió ella.

-Esta bien, tu misma.

Pasamos el día bebiendo, jugando al billar, comimos y volvimos a beber hasta que acabó la noche y Matt nos llevó a casa.