Todas las cosas que alguna vez dije. Todas las cosas que alguna vez pensé y no llegué a decir. Todos los días que fui allí y todo salió mal. Los días que te miré a los ojos esperando unas palabras que nunca salieron de tu boca, y que yo tampoco me atreví a decir. ¿Cómo hemos llegado a este momento?
Nos miramos a los ojos sin saber que decir, sin saber como hemos acabado rotos, ambos, pero sabiendo que ha sido nuestra culpa. Ha sido culpa de nuestros miedos, de nuestros pasados y de lo que nos han dicho todas las persona con las que nos hemos encontrado mientras estábamos en ese camino que algunos llaman vida.
Tú sabías lo que yo ni siquiera sabía que necesitaba y no dudaste en concederme hasta la última gota de ti.
¿Cómo hemos llegado a este momento? ¿Cómo estamos tan rotos que el aire no puede pasar por nuestra garganta y no nos deja respirar ni un segundo? Esta situación puede con nosotros y no tenemos ni idea de como salir de ella, de como enfrentarnos a una situación que nos va a quebrar para siempre y nos va a dejar la cicatriz más vistosa de nuestro alma.
No podemos respirar, y estoy segura de que nos costará hacerlo durante mucho tiempo, costará pensar. Los pulmones se niegan a respirar ningún aire que no sea el mismo que el tuyo. La piel se niega a que la toque alguien que no seas tú.
La necesidad de tenerte a mi lado me puede, de olerte, tocarte, sentirte, y no sé qué hacer, si salir, entrar o no dar ni siquiera un paso.
Miro a tu ojos y veo el mismo dolor que siento yo y que estoy segura que estoy transmitiendo con los míos.
La vida sigue, y no sé si tienen razón cuando dicen que con el tiempo se curan todas las heridas, pero yo lo único que puedo pensar es que mi corazón sigue sangrando y mi piel sigue necesitando tus caricias.
Salgo a la calle y te veo con ella, pero en tus ojos no veo ni la cuarta parte de todos los sentimiento que tenían cuando me miraban a mí. Y de repente te das cuenta de que estoy ahí, me miras y me doy cuenta de que sigues sintiendo por mí lo mismo que sentías cuando estábamos juntos, y que estás sufriendo al igual que yo. Todo este tiempo nos ha servido para saber que no va a haber nadie que nos haga sentir como en los momentos que pasamos juntos, pero al mismo tiempo sabemos que estamos destinados a estar separados por este abismo que hay entre los dos.
Ambos sabemos que lo único que necesitamos es que vaya donde ti, que nuestros cuerpos choquen en un abrazo que llevamos necesitando desde el último adiós. Pero no lo hacemos, nos quedamos en nuestro sitio sabiendo que si nos movemos volveremos a tener el mismo final.
Me doy media vuelta intentando seguir lo que me dice mi cabeza, y no lo que me dicta el corazón, teniendo una última esperanza de que vengas, me cojas del brazo e impidas que siga mi camino cada vez más lejos de ti, pero no lo haces, y en realidad ambos sabemos que esa es la mejor decisión para nuestras almas destrozadas, lo mejor es amarnos en la distancia.
Hasta siempre.
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Mi mente.
PoetryBienvenidos a mi mundo, a mi cabeza, a mis pensamientos, a lo que se me pasa por la cabeza todos los días y a todas horas.