Todo lo que un día empieza tiene que acabar, pero no sabes cómo duele, cómo duele despedirse de todo lo que tuvimos y de todo lo que fuimos. Fuimos fuego y fuimos agua. Fuimos luz y fuimos oscuridad. Lo fuimos todo y a la vez no fuimos nada.La explosión que causaban nuestras miradas se apagó. Ya no hay fuego, solo unas cuantas cenizas enterradas donde todo empezó.
Cuando nos vemos ya no sentimos la calma que nos embriagaba, nuestro corazón ha dejado de relajarse cada vez que nos tocamos o estamos entre los brazos del otro.
Ahora te veo y pienso que fuiste mi mejor decisión, una de la que siempre estaré agradecida a mi yo del pasado de haber tenido. No te quepa la menor duda de que al mirarte nunca sentiré odio, nunca sentiré rabia, solo agradecimiento.
Todo lo que pasamos está en mi memoria sin querer desaparecer. Se quiere quedar hasta que la última parte de mí se apague. Y, ¿qué quieres que te diga? Yo no quiero que se vaya.

ESTÁS LEYENDO
Mi mente.
PoesiaBienvenidos a mi mundo, a mi cabeza, a mis pensamientos, a lo que se me pasa por la cabeza todos los días y a todas horas.