Los días pasan y pasan, el tiempo se desvanece entre tus dedos como la arena en la playa. La calle está vacía y las casas llenas. El temporal tiene los días contados. Tres meses, tres meses de una agonía que nos ha tenido entre cuatro paredes y con una puerta que no se puede abrir. Todo ruido por pequeño que sea llega a nuestros oídos, el río que pasa por delante de casa, los pájaros en el árbol más cercano, las pisadas del vecino que sale con miedo como si estuviese haciendo algo malo.
La calle se ha convertido en nuestro bien más preciado, en ese sitio en el que queremos estar pero no podemos. Y por una vez nos damos cuenta de lo que de verdad tenemos, porque es verdad eso que dicen de que no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes. Porque hemos perdido lo que más nos importa, nuestra libertad de hacer lo que queramos. Juntarnos con amigos, visitar la playa, ver a la familia, sentarnos en un banco o tomarnos algo en un bar son las cosas que más extrañamos y que necesitamos de vuelta. Cosas que dábamos por sentado y que no valorábamos como deberíamos.
Sigamos luchando, sigamos luchando para que todo pase. Sigamos siendo responsables para volver a tener lo que tanto necesitamos. Sigamos peleando porque todo vuelva a la normalidad.
Gracias.

ESTÁS LEYENDO
Mi mente.
PuisiBienvenidos a mi mundo, a mi cabeza, a mis pensamientos, a lo que se me pasa por la cabeza todos los días y a todas horas.