•Love Triangle• 2° 《Jonah Marais & Daniel Seavey》

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Último

Dos años después

Daniel

Estaba nervioso ¡claro que lo estaba! sentía mi cuerpo sudar y estaba temblando, no lograba concentrarme y sentía que me desmayaría en cualquier momento.

-¡Reacciona Seavey!-sentí un golpe en mi mejilla que me hizo girar el rostro.

-¡Maldita sea Herron!-me quejé llevando mi mano hacía la zona afectada-¡Eso dolió!

-¡pues reacciona! ¿recuerdas el plan?-asentí no muy convencido y el rodó los ojos-no lo recuerdas, ¿cierto?-negué con miedo-que inutilidad manejas estos días Seavey-negó-no es tan difícil, primero la recoges, van al parque, alimentan a los patitos o lo que quieran-rodó los ojos fastidiado-luego van a cenar y luego la playa, allí ya tendremos todo pronto y debes avisarnos cuando estén saliendo para allí para poder hacer los últimos destalles, ¿bien? ¡lo entiendes ahora!

-¡sí!-dije algo eufórico-¿donde dijiste que quedaría Mía?

-no vuelvo a ofrecerme para ayudarte nunca más Seavey-habló con los ojos cerrados mientras se masajeaba la cien-está con tus padres ¿bien?-asentí-ahora vete-miró su reloj-debes pasar a recogerla en veinte minutos y yo debo pasar a recoger a Steph del trabajo en treinta minutos.

-ustedes son tan lindo-hablé con ternura-¿para cuando se casan?-se rió exagerado.

-cálmate viejo-palmeo mi hombro-primero estás tú, aparte, recién vamos saliendo un año-hizo una mueca-veinte años y una relación que sólo abarca uno no suena muy válido para mi, amigo-se rió-ya vete-me empujó-tú chica te espera.

[...]

Salí del coche y golpee mis manos en mi pantalón sacando la sudoración de estas, caminé a paso lento hacía la puerta y di un fuerte suspiro antes de tocar el timbre. Minutos después sentí mi teléfono vibrar en mi bolsillo y al sacarlo encontré un mensaje de Zoe.

Amor de mi vida 11:34:
''¿Desde cuando tocas la puerta?
Es tú casa, entra, estoy terminando de vestirme''

Diablos era cierta, yo vivo aquí.
Solté una risa antes de abrir la puerta, todo estaba en calma en la planta baja pero podía oír los zapatos de Zoe caminando con rapidez en el piso de arriba.

-¡Cariño, estoy aquí!-la oí gritar.

Me encaminé a la escalera y subí salteandome escalones, caminé hacía nuestra habitación y abrí la puerta, Zoe estaba sentada en la cama e intentaba ponerse los aretes, tenía los zapatos sin cerrar y su vestido igual.

-¿me ayudas?-rogó incorporándose.

Reí y me acerqué, subí el cierre de su vestido y luego me agaché para cerrar sus zapatos.

-gracias lindo-me sonrió cuando me incorporé, me besó y luego se alejó-planeaba estar lista hace un rato pero tu madre me llamó por algo de Mía y me atracé-tomó su bolso metiendo algunas cosas en él-pero ya estoy lista-sonrió.

-¿vamos entonces?-extendí mi mano.

Se acercó entrelazando nuestros dedos y luego caminamos fuera.

[...]

El parque estaba tranquilo, no habían muchas personas y las que habían eran en su mayoría ancianos.
Decidí tomar enserio la broma de Zach y comenzamos a alimentar a los patos. Se veía tan radiante, su cabello caía suavemente por sus hombros y por su espalda, sonreía ampliamente y reía cuando algún pato se negaba a agarrar la comida.