Elegido

4.3K 475 28
                                    

Steve estaba haciendo sus lagartijas, mientras que la agente los insultaba, hoy se tomaría la decisión de quien sería el gran hombre que usarían para ser el primer súper soldado.

A Roger eso no le intereseba mucho, no se le hacía nada del otro mundo y le daba igual ser el primero o el último o ni siquiera tener la gran dichosa fórmula. El peleaba por Peter o María, dentro de dos meses sabrían cuál era su sexo y eso le emocionaba muchísimo más.

Al final Tony no le decía más que monstruito a su bebé por lo que esperaba que ya con el sexo definido se sentarán a ponerle nombre.

Sus pensamientos estaban ahí cuando escucho la palabra "¡Granada!" y vio caer un objeto en el suelo. Instintivamente cubrió la granada con su cuerpo y vio como la agente Carter se acercaba.

— ¡Aléjese! —Gritó y le hizo señas de que se fuera, como todos los demás soldados lo hicieron.

Unos segundos después se dio cuenta que era una granada falsa y también, se sintió estúpido por haberse arriesgado.

"Le prometí a Tony no morir y hoy pudo haber pasado..."

Pero si había una ventaja a todo esto, es que todo mundo lo estaba viendo como un héroe, desventaja también es que vio a Bruce y Abraham parados enfrente de él.

—Acompáñame, Rogers.

El científico lo ayudo a pararse y todos lo vieron irse con el coronel Philips y la agente Carter.

—Le prometiste a Stark no morir y te expusiste así como si nada a una granada. —Le regaño Bruce que estaba atrás junto con la agente Carter y Steve. El coronel y el doctor iban al frente.

— ¿Stark? Howard Stark o su hijo.

—Su hijo. —Contestó Bruce. —Solo por su estado no le diré nada pero no hagas esto amigo, ellos te necesitan.

—Lo hice sin pensar, seguí lo que era correcto.

Bruce bufo mientras que Carter solo le sonrió con dulzura, cosa que hizo que Steve apartara la mirada, le incomodaba un poco eso.

—Llegamos.

Todos bajaron de la camioneta y fueron al cuartel del D2 en donde Tony y Howard los estaban esperando.

Al principio Steve se sintió pequeño, más porque sabía que él papa de Howard no lo aceptaba del todo.

— ¿Él?—Preguntó Howard y vio la cara de horror de Tony.

—Es el mejor candidato que tengo. —Dijo con confianza y fue entonces que Steve cayó en el veinte de lo que pasaba.

Él había sido el elegido para el experimento de súper soldado.

Y todos los que estaban ahí lo sabían.

—Doctor Erskine, puedo hablar un momento con usted a solas.

El doctor lo miró y asintió, ambos se disculparon de la zona y salieron del lugar.

—Ocurre algo, soldado Rogers.

—Sí, ¿Por qué yo?—Preguntó Steve con miedo entonces el doctor sonrió y puso una mano en su hombro.

—Porque no necesito un soldado perfecto como tus compañeros, sino un buen hombre. —Dijo con simpleza el doctor pero Steve sabía que no podía, no quería morir sin conocer a su bebe

—Doctor yo... no puedo, es mucho riesgo y Tony, vera...

—Este embarazado, el doctor Banner me lo dijo para intentar persuadirme de que no lo eligiera a usted. —Steve se quedó callado, sin saber qué más decir, también sabía que cuando Tony se enterará que alguien más sabía de su secreto se molestaría bastante.

—Lamento defraudarlo señor.

—Porque no piensas la decisión Steve. —Mencionó el doctor con una sonrisa. —Eres al único que confió que sabrá lidiar con un poder tan grande antes que a cualquier otro pero si dices que no, entonces mañana no vengas a la base y Peggy se llevará a otro soldado, no pasará nada.

Steve se quedó pensando y asintió, cosa que hizo soltar un suspiro de relajación al doctor.

—Pasa entonces y escucha, ya mañana tomarás tu decisión.

Steve escucho todo al igual que los demás, al final los científicos volvieron a su rutina y Steve se fue a su departamento, el que tenía antes de unirse al ejército. Ni siquiera se despidió de Tony ese día.

Ya por la noche estaba viendo una serie mientras comía un poco de zanahoria rayada, intentando pensar en una solución cuando alguien toco su puerta.

— ¿Quién es?

—La madre de tu hijo, así que abre la puerta Rogers. —Steve sonrió y fue a abrir la puerta encontrando un Tony con una sonrisa y una caja de donas.

— ¿Tienes café? —Steve asintió con una sonrisa. —Perfecto, deja pasar.

Tony entro y dejo las donas en la mesita mientras entraba a la cocina a calentar agua.

—Es tarde Tony ¿A qué viniste?

—A celebrar pues a que más, ¡serás un súper soldado!— Steve le creería si no es porque conocía a su omega y en el fondo el también estaba muerto de miedo.

—Tony, no aceptaré. —El chico se quedó mirando el agua esperando que hirviera y Steve vio como este cerraba el puño.

—No, si lo harás. Es tu sueño salvar este miserable y estúpido mundo.

—Lenguaje.

— ¡El lenguaje se puede ir a la mierda Rogers!

Tony empezó a llorar y Steve se acercó para apagar la estufa y abrazar a su novio.

—No te dejare solo, te amo Tony.

—Yo también te amo Steve, confio en Abraham y confío en mi padre quien me prometió que si veían que no podías te salvarían. —Dijo Tony viendo a su novio, sonriéndole y besándolo. —Coincido con Abraham, no hay nadie como tú para ese papel.

Steve suspiró y preparo los cafés mientras agarraba una dona al igual que Tony.

—Las de chocolate son mis favoritas. —Dijo el rubio para romper el silencio.

—Las mías son las de chispitas de colores.

Ambos rieron para sacar tensión y después Tony hablo viendo con una sonrisa a su novio.

—Tienes que hacerlo, eres único y pareciera que fuiste creado para este momento... Yo te apoyo.

Steve solo abrazo a su novio, eso era lo único que necesitaba para aceptar, saber que si algo pasará Tony estuviera ahí.

—Gracias Tony, ¿Te mando Abraham? —No se quiso quedar con a curiosidad el rubio pero vio a Tony negar y reír.

—No, vi tu cara y supe lo que le dijiste. —Dijo Tony Tranquilo acabando su dona. —Vamos a dormir, mañana es un gran día.

—Vamos.

Si hubiera sidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora