El Poema No Dedicado

Carta de un suicidio

Te has alarmado,
De que no me encuentras,
Y si estás leyendo esto,
Es que me has encontrado.

Lo siento, el dolor le ganó,
A la vergüenza,
Pues no me importa lo que digan,
Al saber lo que ha pasado.

Te rompes en llanto,
Y caes al suelo,
No tienes idea,
¿de qué ha pasado?
Me miras colgado de una cuerda,
Y ahora entiendes,
que hacía tanto en mi cuarto.

Me miras implacable,
Como siempre me viste,
Con los ojos abiertos,
Y los brazos colgados,
Ha pasado lo que nunca imaginaste,
Me mirabas feliz,
y hoy me he suicidado.

Los días pasan,
Y aún no lo entiendes,
Algunos piensan que es lo que he mirado,
El insensible piensa, que soy un exagerado,
Si tan solo supieran, que un poco de atención,
Es lo que ha faltado.

Tantos gritos que dí,
Tantos gritos que no escucharon,
Mi vida llego hasta aquí,
Para así el dolor, dar por finalizado.

La salida fácil,
algunos pensarán,
Pero no se imaginan,
el valor que se tomó,
Huyendo a la vida,
Y abrazando la muerte,
Pues en mi vida,
Mi alma ya estaba ausente,
Le temo a la vida más,
Que a la muerte,
Pues la muerte es segura,
Y la vida es hiriente.

Me puse mi mejor ropa,
Para ser encontrado,
Me dibujé una sonrisa,
La que siempre has mirado,
Me tatúe mis amores,
Para que conmigo sean enterrados.

Y dejé una carta, dedicada a mí,
La guardé en un cajón,
Para que cuando esté triste,
La lea y esté llena de amor,
Por si hoy este pensamiento persiste,
Quien me anime, sea yo.

Y salí a la calle con mi novia,
Cené esa noche con mis padres,
Invité a comer a un indigente,
Y le recé al Dios,
Que toda la vida había adorado.

Me imaginé a mi padre encontrándome,
A mi novia extrañándome,
A mis amigos llorándome,
Y a mí, sin poder ayudarles.

Y decidí darle una última oportunidad,
Una última oportunidad a la vida,
Total, desde el inicio fue la última.

Así que no te preocupes si no me has encontrado,
Y si pensaste por un momento encontrarme colgado,
Habla conmigo de lo que me está pasando,
No ignores el hecho de que suicidarme he intentado.