En la mira de un pequeño Halcón [ENNEAD]

🌸Once🌸

— Horus

La voz suave de su madre en la entrada de su habitación le hizo levantar la cabeza suavemente. Verla tan tranquila, dirigiéndose hacia él y luciendo una sonrisa le provocó un sentimiento de estar ocultándole algo muy importante, algo que ni él sabía lo que era. Dejó el papiro a un lado y centró su atención en ella, quien tomó asiento justo frente a él.

— He hablado con tu padre, cariño, y los dos hemos concordado de que ya ha llegado el momento en que te forjes para ser un verdadero dios

— ¿Lo que he hecho hasta ahora no ha sido lo suficiente para ser un dios? — preguntó con un gesto de cierta decepción, algo que provoco que Isis rápidamente lo detuviera.

— ¡Oh! No, no. Es parte de, pero aún te falta más — la mujer le regaló una sonrisa suave — Ha llegado el momento de enviarte con tu abuelo Geb para que así completes tu entrenamiento y volverás pasada tu mayoría de edad

Aunque su rostro no solía demostrar todas sus emociones, Horus sintió como una parte de él se rompía gracias a la angustia de la idea de tener que irse lejos de su otra tan repentinamente. Era todo muy extraño, nunca se le mencionó tal cosa en su niñez, creía que estrenaría con Seth hasta ser un hombre digno del trono, pues se suponía que su tío era el dios de la guerra as fuerte y mejor capacitado para su formación con la espada. Al parecer se había equivocado.

— Esta bien ¿Cuando me iré? — preguntó con serenidad, volviendo a tomar su pincel para continuar transcribiendo el libro que Toth le había dado.

Isis parecía encantada de ver que su hijo lo entendiera y lo demostraba con su semblante siempre apacible — En una semana, tu padre y yo no queríamos enviarte antes, amabas tanto estar con Seth y jugar con tu primo Anubis después del entrenamiento que no queríamos romperte el corazón. Ahora que eres u niño maduro e independiente, tu padre ha tomado la decisión de que ha llegado el momento.

Dejó que su madre le acariciara la mejilla con ternura, evidentemente feliz por la idea de que su niño seria entrenado para ser un gran hombre, pero él sólo se dedico a asentir y concentrarse en su maldito papiro para no romper en un llanto infantil y tonto frente a ella.