Prólogo

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--¿Qué es esto, Jackson?

Frente a él, su esposo, con quien llevaba cinco años casado, se limitó a suspirar de forma cansina, sin alejar el sobre que le tendía sobre la mesa.

Mark le miraba, confundido, sin tomar el sobre. ¿Acaso Jackson se le había adelantado?

¡Si se suponía que el tema de la adopción sería una sorpresa!

--Mark, sólo léelo-- dijo Jackson con voz suave.

Arrugó el ceño levemente, decepcionado un tanto de que Jackson lo hubiera llamado por su nombre y no por los dulces sobrenombres  que a veces le decía y no usaba desde hace meses. Mark sabía que las cosas no estaban buen, no era idiota, llevaban peleando por lo menos desde hace más de seis meses por cualquier estupidez, además de que no había hecho el amor desde hace dos, y eso lo estaba asustando demasiado.

Porque, por mucho que peleará con Jackson, Mark lo seguía amañado, así como sabía que Jackson lo amaba. Unas peleas eran normal en una relación de pareja, ¿no es así?

Aunque claro, pelear cada día hasta porque no había papel higiénico en el baño no era normal.

Sus manos picaron mientras sostuvo el sobre.

Sumando al tema de las peleas y de que no se habían tocado de forma carnal, estaba la frialdad, el vacío, la indiferencia. Como Jackson trabajaba en una empresa de construcción y Mark era pediatra, apenas tenían tiempo para verse o salir juntos, para tener un tiempo a solas.

¿Cuándo fue la última vez que salieron a cenar?

No lo recordaba bien.

¡Pero está bien! Ya era hora de solucionarlo, y luego de haberlo pensado tanto, ¡Mark tenía una idea maravillosa!

Se le había ocurrido mientras jugaban con la hija de Jaebum, Sohyun, y la pequeña le había dicho que debería darle un primo con el que jugar. Luego había recordado su época universitaria, cuando estaba saliendo con Jackson, y ambos habían dicho que una vez casados, llegaría el momento de adoptar a una niña que alegrará sus vidas.

Con el paso de los años, esa promesa había sido olvidada, sin embargo, Markson quería cumplirla ahora. ¡Un niño podría volver a acercarlos!

Y, al parecer, Jackson se había adelantado.

¡Si él también tenía los papeles de adopción que la asistente social le había entregado para que leyeran y se informarán del proceso!

Tranquilamente, sacó lo que había dentro del sobre.

Arrugó los labios cuando notó que era sólo un papel.

Sus labios temblaron al leer la primera frase, así que levantó la vista.

--¿Qué es esto, Jackson?-- repitió con la voz quebrada.

Los ojos de Jackson, su marido por cinco años, su novio durante tres años, él único hombre que había amado con tal profundidad, eran fríos, helados, indiferentes.

-- Una carta de divorcio. Lo siento, Mark, pero ya no te amo.

Apego;; MarkSonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora