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Youngjae siempre había sido un buen amigo para Mark, y cuando había llegado a casa, llorando, no dudó en hacerlo entrar, sirviéndole un vaso con agua para lograr calmarlo y así poder escucharlo . Poder oír todos los balbuceos sin sentido que soltaba. 

Jaebum había ingresado minutos después con la pequeña Soyhun en brazos, sin embargo, al ver a Mark llorando sin control alguno, hizo un gesto de sorpresa para luego llevarse lo más rápido que pudo de allí.

Sin embargo, Mark alcanzó a oír las palabras inocentes de la niña:

-- ¿Por qué tío Mark llora?

Su corazón se quebró un poco más. 

Youngjae no lo presionó a hablar, esperando en silencio a que se calmara, a que pudiera tener la suficiente tranquilidad como para poder decir algo, llegó segundos después, con Jaebum entrando al comedor. Su torpe amigo se sentó al lado de Youngjae, tomándole la mano a su novio, y esa visión lo hizo sentir patético y miserable.

-- Jackson me pidió el divorció.

Su mejor amigo abrió los ojos por la sorpresa en tanto Jaebum soltaba una maldición, aturdido.

Cuando se conocieron, fue Jackson quien lo había salvado de ser objeto de burlas en la preparatoria debido a lo asustadizo y torpe que fue Mark el primer día de clases.

Fue Jackson quien le había pedido salir y quien le dio un beso.

Fue Jackson quien le dijo que deberían irse a vivir juntos.

Y ahora parecía ser Jackson quien quería acabar con todo.

Y, a pesar de que parecía que era Jackson quien tenía que tomar esas decisiones, no era como si Mark nunca hubiera puesto de su parte: Mark era, como veía todo el mundo, la persona que podía sacarle una sonrisa enamorada a Jackson con una acción tan tonta como un beso sorpresivo, y la única persona que lo hacía bajar las defensas totalmente, haciendo que se comportara de una forma infantil e, incluso, caprichosa.

Para todo el mundo, no había Jackson sin Mark, y no había Mark sin Jackson, porque hacían una de las parejas más bonitas y honestas que se podían ver.

Pero, al parecer, las cosas no eran tan felices como le mostraban al resto.

--¿Por qué?-- preguntó Youngjae en voz baja.

Los labios de Mark temblaron.

--Dice que no me ama--su tono se rompió y las lágrimas volvieron a salir-- Ya no me ama, Sunshine. Jackson ya no me ama.

Mark quería negárselo, ver lo inevitable, pero no era tonto, y mucho menos una adolescente enamorada: si Jackson lo decía, era cierto.

Porque Jackson jamás le mentiría con algo tan importante como eso, Mark lo sabía.

Jackson siempre había brutalmente honesto con sus sentimientos, tanto, que a veces no se daba cuenta de que sus palabras le hicieron mucho, mucho daño.

Tomó un poco más de agua.

-- Está enamorado de otra persona --barboteó antes de romper a llorar otra vez, e inmediatamente los brazos de Youngjae lo rodearon--. Ama a alguien más. Lo perdí, Sunshine, lo perdí...

Su corazón no se había sentido tan roto como en ese momento: saber que la persona que amaba, con quien compartió tantos años de su vida, ya no lo quería como antes, lo había dejado de lado, se entregó a alguien más, sino de todo su cuerpo, haciendo que todo doliera y se estremeciera.

Háciendolo ver todo de un horrible color negro, incapaz de ver un poco de luz en medio de tanta oscuridad.




Jackson suspiró, leyendo un informe que su secretaria le dejó esa tarde, para luego bajarlo y dejarlo sobre la mesa, cansado.

Recordó los ojos llenos de lágrimas de Mark, su labio temblando, sus mejillas húmedas por el llanto, y se sintió culpable y triste por lo que había ocasionado, pero no arrepentido. Tenía que hacerlo.

¿Cómo podía seguir casado con alguien que no amaba?

No era justo par a Mark ni par a él, así que no podía seguir con esa farsa.

Ya no ama a Mark, era un hecho claro, Pero lo seguía apreciando lo suficiente como para no seguir haciéndole daño con sus acciones.

Tocaron la puerta de su oficina y murmuró un pase lo suficientemente alto como para que la persona entrará.

Al verlo, sintió con relajación.

-- Tienes un aspecto horrible-- dijo el de cabello rubio con una sonrisa dulce, cargando un montón de carpetas.

Dejó salir un bufido, recostandose en la silla, y pronto su amante se acercó, comenzando a hacerle un mensaje suave en los hombros.

-- Le perdí el divorcio a Mark-- le comunicó Jackson con un tono de pesar.

El rubio parpadeo, inclinándose, con una expresión triste.

--Oh, lo siento tanto, Jackson-- le dijo de forma honesta-- ¿Estás seguro de esto, de lo que tenemos nosotros? Llevas tanto tiempo con Mark que quizás.

--No digas eso-- le interrumpió Jackson con suavidad--. Todavía quiero a Mark, claro, pero es un cariño que le tengo por el tiempo que hemos estado juntos, así que... tengo claro lo que siento por ti, Kunpimook.

BamBam asintió, titubeante, para luego inclinarse y darle un pequeño beso en los labios.

-- Lo lamento mucho por Markie-- murmuró BamBam entonces, sin alejarse demasiado--, debe estar pasándolo mal, me siento culpable por hacerle esto, pero...

--Lo va a entender-- contestó Jackson dándole un beso en la mano, serio--. Mark lo entenderá con el tiempo.

Jackson esperaba eso: que Mark pudiera, con el pasar de las semanas, curar esa herida que le hizo a pesar de haber prometido, años atrás, que nunca le rompería el corazón.

Pero las promesas, al igual que los sueños, parecían destinado a ser rotos de cualquier forma y sin posibilidad algún a de poder evitar aquello.
 

Apego;; MarkSonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora