6.

409 48 3
                                    


--Hola, Jin, ¿cómo estás?

Jin Young  le sonrió a Mark como si nada, sentándose frente a él con Changmin en sus brazos, el niño sorbiendo su nariz llena de moco, mirándolo con ojos llorosos.

--Changmin no ha mejorado mucho desde la última vez que nos vimos --dijo Jin con pena en su voz --. ya me está poniendo nervioso, ¿y si empeora, Mark?

--Oye, tranquilo, Jin --trató de consolar Mark poniéndose de pie--. Vamos, Changmin, ¿confías en el tío Markie?

--Sí --lloriqueó Changmin dejando que Mark lo tomara en brazos

Silenciosamente, Mark comenzó a revisar al niño con el ceño fruncido en concentración, preguntándole dónde era que le dolía más y consultándole también a Jin ciertas cosas. Luego de diez minutos examinando al menor, Mark suspiró y le dijo a Jin que al parecer la amigdalitis de Changmin había derivado a una pequeña sinusitis bacteriana aguda.

--Tendrá que tomar antibióticos por una semana y media --le dijo a Jin anotando los nombres de los remedios en la receta--, luego lo volveré a evaluar. Ya te vas a poner, Changmin, y podrás correatear en el parque.

Mark hizo amago de caminar hacia la puerta para abrirla, sin embargo, antes de poder hacerlo, Jin tomó su brazo deteniéndolo en el acto. Lo miró, con una ceja enarcada por la intriga, para luego sentir su garaganta seca al noar los ojos suplicantes de Jin

--Markie, um... --comenzó a decir Jin Young con timidez--, yo... te quería preguntar sobre lo que ocurrió con tu exesposo. Sé que no debo meterme, pero...

--Oh --Mark se removió, incómodo, mordiendo su labio inferior--. Bueno, Jackson y yo... nos estamos dando una nueva oportunidad...

La mirada de Jin Young pareció apagarse ante las palabras de Mark, y sin saber por qué, se sintió algo culpable. Quería que Jin no se hiciera ilusiones con él, que no lo esperara, pero tampoco se sentía capaz de intervenir en su corazón de esa forma porque, por mucho que quisiera que Jin no lo mirara de esa fporma, él no podía decidir por él.

--¿Estás seguro? --levantó la vista ante el serio tono de Jin--. Tú dijiste que Jackson ya no te amaba. Entonces, ¿estás segiro de que vale la pena darle una oportunidad a alguien que dejó de amarte?

Sabías que Jin no lo hacía con mala intención, que debía estar preocupado por él, que no quería verlo pasándola mal --eran, después de todo, las mismas palabras que Youngjae y Jaebum le dijeron dos días atrás--, pero eso no lo hacía más fácil.

Todo el mundo creía que Jackson no lo merecía, y puede que tuvieran razón, pero el mundo no se tartaba de dar oportunidades a personas que realmente lo merezcan y quitárselas a quienes no valían la pena.

No, Jackson no merecía que estuvieran haciendo esto por él, pero Mark lo amaba con tanta fuerza, con tanta desesperación, sentía un amor tan inmenso con él, un apego tan enorme por ese hombre, que sentía que debía hacerlo.

Por él. Por Jackson. Por esos ocho años que estuvieron juntos, como nocios, casados, compartiendo días, semanas, meses; compartiendo sueños y anhelos; compartiendo risas y gritos y llantos.

Y Jackson estaba poniendo de su parte, eso lo podía jurar por su vida, porque su marido lo estaba yendo a buscar todos los días, le preguntaba cómo le había ido, desayunaban y cenaban juntos, conversaban y no permitían que el silencio entre ellos se instalara. ¡Incluso habían salido dos veces el fin de semana pasado! No sólo fueron al cine y luego a cenar, sino que el día domindo decidieron ir al zoológico a ver pingüinos recién inaugurado, y si bien no se besaron, hubo un breve momento en el que ambos se quedaron observando en silencio, a punto de fundirse en un beso, pero terminaron desviando la vista, avergonzados, como dos adolescentes tontos en su primera cita.

Apego;; MarkSonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora