Había dejado de sentirme angustiada.

Por un momento, aquel sentimiento enfermo me abandonó, y juro que fui la más feliz en ese lapso.

Pero volvió...

Volvió cuando ella me contó sus penas, de como le frustraba no ser comprendida he ignorada por su amado. Volvió cuando la ví llorar de nuevo, cuando la ví fragmentarse cual vidrio romperse, con sus ojos cristalinos y llenos de culpa.

Volvió cuando el me confesó su amor prohibido por un maldito, alguien al que siempre quiso pero nunca pudo tener. Volvió cuando escuché su voz quebrarse y romper en llanto, cuando su mirada denotaba casansio e infelicidad.

Vuelve cuando cargo con los demás.

Vuelve cuando ya no puedo más.

Porque siempre estoy con ellos, pero nadie está para mi.

Querido diario, no quiero despertar y ver que nada a cambiado en realidad.

Querido Diario, no quiero despertar...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora