Día 5

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Miraba sin cesar la ventana del salón.

13:05 p.m marcaba mi reloj.

Y aún no te veía atravesar la plaza.

13:33 p.m ví tu silueta correr y perderse en nuestra vereda.

17:08
Fué la hora en la que te acercaste para preguntar cómo estaba.

Pero que pregunta tan estúpida, claro que no estoy bien. Estoy muriendo. Estoy sufriendo. Solo estoy fingiendo diariamente. Mi cuerpo está presente pero mi alma y mi mente están delirando lentamente en el olvido.

Así que no estoy bien.
Estoy muriendo.

Querido Diario, no quiero despertar...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora