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Nayeon fuimos a mi casa y nos quedamos ahí lo que resto del día.
Al día siguiente al ver a YoungJae se me formo cosquilleo en la garganta.

— Jae, tenemos que hablar. — Se veía tranquilo, como si esperaba que dijiera eso.

— Ya lo sé. Vamos al patio. — Agarro mi mano y fuimos debajo del árbol donde solíamos estar. — Bien. — Rompió el silencio que se había formado. — ¿Que tienes que decirme?

— Estoy confundida. — busque las palabras en mi cabeza, pero todas parecen haberse ido.

— Es por Jaebeom, ¿Verdad? — acentí con la cabeza pero cuando caí que lo había dicho YoungJae levante la cabeza con los ojos abiertos del asombro. — Lo supe desde aquel día que se quedaron viéndose. — levanto los hombros, con la tristeza plasmada en sus palabras. — Me olvide de darte tu libro, entonces las escuche. — Acentí al saber que se refería a la conversación con Nayeon. — Entonces, ahora... Quieres termirar, ¿Verdad?

— Me sentiría terrible sabiendo que no podemos sentir con la misma intensidad. Y que te estaría engañando seguramente. Te quiero muchísimo, fuiste y eres la luz que ilumina días como hoy, no me gustaría perderte. — Tome su mano con cierta compasión. Me sentía fatal.

— Creo que será lo mejor. — Note sus ojos aguarse. — Muchas gracias por darme la oportunidad de ser parte de tu vida. Espero que seas feliz con la persona que realmente quieres. — Me abrazo y le seguí el abrazo por unos minutos hasta que sonó el timbre de entrada. — Tenemos que irnos. — Se separo y me sonrió. — Nos vemos.

—Nos vemos, gracias por todo YoungJae. — Deje que una lágrima caiga por mi mejilla mientras veía como desaparecía a la distancia.

DON'T LIE ME > Im Jaebeom.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora