DON'T LIE ME > Im Jaebeom.

🌴: 17

Cuando salimos del instituto me dijo que vaya a su casa hoy, se supone que estarías y podríamos hablar, y también se supone que Nayeon estaría arriba, pero siempre el destino me demuestra que hace lo que quiera.

Cuando llegué a tu casa toque la puerta, pero nadie atendio, llamé a Nayeon, pero nada. Era raro entonces agarre la llave de respuesto del patio para comprobar que nada pasara, pero cuando entre los escuche.
Abrí la puerta levemente y ahí estaban, en el otro cuarto, Jisoo agachada desnuda con todo tu miembro en la boca.
Me paralice unos segundos pero reaccione al cerrar nuevamente la puerta e irme corriendo justo a tiempo. Al ir al parque en el que siempre nos encontrábamos, logré ver a Nayeon a lo lejos.

—No vayas a casa. — Dijo a penas llego conmigo. Me aguante las ganas de decirle que ya era tarde.— Jaebeom me dijo que quería estar solo con Jisoo para hablar de algo.— Se notaba la escusa de lejos.— Espera, ¿Estas llorando? ¿Qué paso? — Toque mis mejillas y sentí lo húmedo.

— Nada. Estaba bostezando hace un rato. — Dije lo primero que se paso por la cabeza.

— Esta vez no, _______, siempre me dices una escusa tonta. ¿Piensas que realmente lo creo? No es así, solo confío en que mejorarás, pero no lo haces. — Se cruzo de brazos mientras me miraba con preocupación y enojo en sus ojos.

— Los ví. Pensé que ya lo había superado, pero evidentemente no lo hice. —Dije resignándome al dolor que venía de mi corazón. — Soy una basura, tengo una persona tan hermosa al lado mío, y sigo llorando por otra persona.

— No eres una basura. No lo vuelvas a decir. — la pelinegra me abrazó.— No es tú culpa lo que siente tu corazón, pero si deberías ser sincera con YoungJae, porque no lo merece. Estoy segura que él te entenderá. Y en cuanto a Jaebeom, él sigue raro, sigo sosteniendo que hables con él, eras la única a la que le contaba absolutamente todos sus problemas, y sé, puedo jurarlo, se que sigue sintiendo cosas por ti y sé que te debe explicaciones, porque sé que ni tú sabes que siente o que sintió, por eso tienen que hablar.

Me mantengo en silencio mientras escucho cada una de sus palabras. Pensando que tiene razón en cada una de las cosas que dice. Las gotas siguen deslizándose por mis mejillas cuando me separo. — Les hablaré. — Digo con un tono decidido, sin importar que mi voz se quebró por el llanto.