09 de febrero

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Querido diario:

Estoy extremadamente contenta, porque mi queridísima madre consiguió un par de entradas para ir a ver nuestra banda favorita de soul. Lo más increíble de todo es que ya estaban prácticamente agotadas para el único show que hacen, o sea el de esta noche. Pero aun así la ella las pudo obtener antes de que se acabaran totalmente.

                    —Mira lo que dejé sobre la mesa.

                    Caminé rápidamente hacia la mesita ratonera del living.

            —Tú estás bromeando jodidamente conmigo —grité cuando vi las entradas para el show.

            —No —Ella me dedicó una bella sonrisa—. Me pasé toda la mañana haciendo una interminable cola, pero las conseguí.

            Corrí y la abracé muy pero muy fuerte.

11:00 PM

El concierto estuvo totalmente asombroso. Incluso cuando mamá subió al escenario para cantar junto a la vocalista de la banda. Cantó muy feo la pobre, pero bueno fue con sentimiento y eso es lo que realmente importa. Ella se veía muy feliz en ese momento.

            —¿Qué tal canté, hija?

—Bueno… no tienes una gran voz —murmuré—. Pero estuviste bastante bien.

Ella forzó una sonrisa.

—¿Pero te divertiste, No? —pregunté

—¡Por supuesto que sí!

Exclamó sonriendo.

—Eso es lo que realmente importa —le dije—. Divertirse haciendo lo que a uno le gusta.

—Claro —dijo mamá—. Pero ahora vámonos a casa, porque tú futuro hermano o hermana me está reclamando comida en este preciso momento.

—Vamos. No hay que hacer esperar al  bebé.

11:50 PM

Mi Dios santísimo. Cuando llegamos a casa, mamá casi atraviesa las paredes de la casa por llegar rápido a la heladera. La cual obviamente unos pocos segundos después ya estuvo completamente vacía. Me parece que ella realmente estaba muy hambrienta.

—Mamá, ¿quedó algo de comida para mí?

Negó con la cabeza.

—Lo siento, corazón —Se encogió de hombros—.Pero ahora la comida es mi mejor amigo.

—¿Y ahora qué hago? —refunfuñé.

Mamá pensó por un corto momento.

—¿Te pido una pizza? —preguntó.

Resoplé

—Bueno. Que sea de tamaño familiar y con mucha mozzarella.

—Tranquila, ya llamo a la pizzería.

Para Verte Sonreír  (completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora