14 de diciembre

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Querido diario:

 Faltan solo dos horas para la cita, y aun no tengo nada para ponerme. Creo que me voy a morir de los nervios. Así que mejor te cuento cómo me fue, cuando vuelva a la noche.

 01:00 AM

Diario, acabo de llegar. La cita no fue como me la imaginé, pero al final me divertí como nunca. 

        —¿Qué te pareció la película?

        —¿Tengo qué ser sincera?

        —No —sonrió —, Pero yo sí.

        —¿A qué te refieres, Joshua? —pregunté extrañada.

        —Me vas a odiar.

        —No seas tonto, dímelo —Lo animé.

        —Aura, soy gay —susurró.

        —¿Qué?

        —Soy gay —repitió. 

        No dije nada por unos segundos. Realmente necesitaba procesar lo que había oído.

        —Entonces, ¿Por qué me invitaste a salir? —pregunté.

        —Fue una apuesta con mi novio —dijo.

        —¿Apuesta? 

        —Tenía que invitar a una chica a salir. 

        —interesante, ¿Y por qué yo? —Le pregunté con curiosidad.

        —Eres la única que me volvería loco si yo fue heterosexual —continuó—, por eso.

        Y de la nada nos echamos a reír a carcajadas.

        —¿Me perdonas? —susurró él.

        —Si me llevas a comer hamburguesas —Contesté sonriendo. 

        —¡Genial!

        Al terminar las hamburguesas –las cuales estaban deliciosas–, me acompañó a casa. No paramos  de hablar y reír en todo el camino. Pero cuando llegamos, él se puso serio y me preguntó:

        —¿Amigos?

        —Será un placer —respondí.

        —Genial.

Para Verte Sonreír  (completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora