SOLO LA MUERTE PAGA POR LA VIDA (EDITADO)

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Las hojas color sangre del gran arciano se agitan enfurecidas a la total merced de la tormenta de nieve. Allí, a los pies del árbol, en medio del torbellino creado por el viento y los copos de nieve, el rey de la noche blande su enorme espada de hielo y, frente a él, una hermosa mujer, blanca como el invierno y con el brillo de la luna en sus cabellos, esgrime una oscura daga de obsidiana en la mano izquierda y una espada con empuñadura en forma de lobo blanco en la mano derecha.

Brandon avanza, sumergido nuevamente en la borrosa neblina de esa recurrente visión futura, mientras las espadas de Daenerys Targaryen y el Rey de la Noche se encuentran y su tremendo crujido estremece el aire.

Brandon se acerca aún más, lo suficiente para contemplar los rostros de los dos antagonistas, y el asombro lo invade al darse cuenta de que, a pesar de ostentar la misma etérea belleza, no es Daenerys Targaryen la guerrera que riñe contra el Rey Nocturno.

Los ojos de Brandon titubean sobre el rostro desconocido, pero a la vez tan familiar, reconociendo en él la austeridad de los rasgos norteños.

Y en el mismo momento en que la daga de obsidiana es hundida en el corazón del rey de la noche, las dudas de Brandon sobre la identidad de la joven guerrera se disipan al cruzarse con sus insondables ojos grises.

Los ojos de Lyanna Stark.

Los ojos de Jon Snow.

Los ojos de Aegon Targaryen.

En el mismo momento en el cual la verdad le es revelada, un gélido e inhumano agarre aprisiona su muñeca, la visión se desvanece como humo ante sus ojos y, en ese instante, Brandon comprende que sus pensamientos ya no le pertenecen, que alguien más los indaga, y que ese futuro ya no ha de ser.

...

Daenerys se abandonó con un largo jadeo sobre las mullidas almohadas, intentando controlar su corazón desbocado, su agitada respiración y su cuerpo aún tembloroso debido a las abrumadoras olas de placer.

¿Como había podido siquiera concebir la idea de apartarse de ese hombre?

Hundió los dedos de su mano en los indomables rizos oscuros de su amado, quien yacía igual de exhausto sobre ella, con la cabeza escondida en la cavidad de su cuello.

Aún podía sentir su calidez dentro de ella y, en esa perfecta burbuja de éxtasis, olvidó toda la angustia y el dolor que los había llevado hasta allí, deseando que pudieran permanecer así para siempre.

"Jon", musitó con voz somnolienta, obteniendo en respuesta un quejido ahogado contra la cándida piel de su cuello. "Te amo".

Jon se recargó sobre sus codos, levantando la cabeza de su escondite para poder mirarla a los ojos. Sabía que Daenerys lo amaba, pero aún así no pudo evitar sentir su corazón agrandarse al oírlo de su boca por primera vez.

"Y yo a ti", le contestó él lánguidamente para luego aprisionar sus deliciosos labios en los suyos.

Solo un dragón puede amar a otro dragón.

Jon volvió a abandonarse sobre su pecho, regocijándose en la placentera sensación de las manos de su amada acariciando su cabello, y deseando por un momento que la realidad afuera de esa pequeña burbuja de amor y felicidad que habían creado en esa habitación, fuera otra.

"Sabes que no lo quiero ¿verdad?", murmuró esperando que Daenerys comprendiera a lo que se refería, pero, aún sin mirarla, pudo percibir la duda en su rostro.

"Ser rey... el trono...", reveló. "Es tuyo. Siempre ha sido tuyo".

Daenerys esbozó una triste sonrisa mientras las palabras del hombre que amaba la estrellaban nuevamente contra la dolorosa realidad.

LOVE AND DUTY  (Jonerys season 8 fix-it)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora