UN BUEN PLAN

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Daenerys aún yacía envuelta en el cálido torpor de su baño cuando tres suaves golpes a su puerta la desviaron de sus pensamientos

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Daenerys aún yacía envuelta en el cálido torpor de su baño cuando tres suaves golpes a su puerta la desviaron de sus pensamientos. 

"Soy yo" musitó la familiar voz de Jon desde el pasillo.

Al oír la lejana voz de Daenerys invitándolo a pasar, Jon empujó la pesada puerta de madera la cual se abrió con un chirrido estridente. Titubeó instintivamente por unos instantes bajando la mirada al suelo, al ver que Daenerys se encontraba aún inmersa en la bañera humeante, pero luego se mofó de si mismo al darse cuenta de cuan absurdo era su improviso ataque de pudor.

Desde aquella vez en el barco, no había habido una sola noche que no hubiesen pasado juntos, y desde entonces, había contemplado tantas veces su desnudez, que estaba seguro de poder evocarla perfectamente con los ojos cerrados.

Una vez recuperado de su involuntaria vacilación, se acercó con paso tranquilo a la gran tina, para luego sentarse sobre uno de sus bordes, con el torso ligeramente ladeado para que pudiera mirar de frente a la mujer que amaba. Ella, en respuesta, le dedicó una de esas sonrisas suyas que eran capaces de quitarle el aliento y tomó su mano, haciendo que los dedos de ambos se entrelazaran.

"Espero que su majestad esté complacida con su alojamiento" comenzó él, sosteniendo la inútil formalidad que solían emplear cuando no estaban a solas.

"Estoy agradecida por su preocupación, alteza. Todo es absolutamente perfecto" contestó ella, siguiéndole el juego.

Jon no pudo evitar soltar una incrédula carcajada cuando, al mirarse alrededor, percibió la presencia de Fantasma en una esquina de la habitación, descansando, pero a la vez con todos sus sentidos alerta. "Veo que has conseguido un nuevo guardia real" bromeó, señalando el lobo con la mirada.

"Uno de los mejores que he tenido, sin duda" contestó Dany, enternecida por el extraño e inexplicable apego del gran lobo blanco hacia ella.

"A veces se torna un poco inoportuno" confesó él, fulminando su lobo con una mirada amenazadora. "Si te incomoda, tan solo dímelo y haré que salga".

Pero Daenerys negó con un suave movimiento de su cabeza, mientras oprimía ligeramente la mano de Jon, aún cautiva en la suya. "No me incomoda en lo absoluto. Al contrario, disfruto mucho de su compañía" contestó dulcemente. "Es como tener una parte de ti cuando no estás conmigo".

Jon sonrió a la vez que sentía su corazón derretirse de repente ante las palabras de su reina. Atesoraba cada uno de esos raros y preciosos momentos en los que ella se atrevía a despojarse de todas sus defensas, confiando en él lo suficiente para permitir que la temible Daenerys Targaryen, a costa de parecer vulnerable, se convirtiera simplemente en Dany.

Cubrió con una mano la mejilla de la mujer que amaba, apartando con un suave roce de su dedo pulgar las pequeñas gotas de agua que engalanaban su piel; y ella, en respuesta, entrecerró los ojos, cubriendo la mano de Jon con la suya, perdiéndose por unos instantes en la calidez de ese contacto, y dejando que todas las inseguridades que la habían atormentado hasta ese momento se desvanecieran como humo.

LOVE AND DUTY  (Jonerys season 8 fix-it)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora