Examen Chunnin. Parte 3.

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Kirigakure era famosa por la espesa niebla que se levantaba a su alrededor a causa de la brisa marina evaporada por el calor del sol. Tragándose a la ciudad en un segundo. Sakumo levantó en cuerpo de Hiro Inuzuka, luego de excavar la tierra para darle un sitio de descanso al chico que parecía no encajar en el equipo por ser un desconocido, y habiéndose convertido en uno de los amigos más cercanos de los mellizos Hatake. Las lágrimas silenciosas humedecian las mejillas del peliplata que acomoba las rocas, una a una hasta formar un montículo que protegería a su mejor amigo.
El equipo Ino-Shika-Cho observaba a una distancia prudente la escena, sin saber el modo correcto de acercarse y apoyar a su camarada; Shikadai intentaba encontrar una respuesta lógica a lo que sucedía, sin poder encontrar una que pudiera satisfacer la interminable cantidad de hipótesis que se generaban en su cabeza. Un quejido llamo la atención de la joven Akimichi, la morena de giro para mirar al can de cabello pardo que yacia inmóvil en el suelo con los ojos abiertos, desprovistos de brillo.

-¡Zabimaru!- chillo ella corriendo al lado del animal, que movió la cola con dificultad-, Inojin rápido, está vivo.

El rubio, como hijo de Ino Yamanaka, tenía conocimientos suficientes de jutsu médico para dar un tratamiento de emergencia, así que se aproximó al animal herido para tratarlo, dejando solos a Shikadai y a Sakumo, frente a la tumba de Hiro Inuzuka.

-¿Qué pasará ahora?- pregunto el joven Nara.

-No podemos confiar en Kirigakure... ni en nadie- respondió con pesar.

-¿Tienes un plan para avisar a Konoha?- entre estrategas no era complicado descubrir que pensaba su contrario-, ¿usaras a los perros?

-No tenemos muchas opciones- soltó el peliplata apretando los puños-, y aún así tardarán varios días en llegar y la ayuda en aparecer.

-¿Debemos seguir con el examen?, eventualmente todos los equipos acabarán en ese sitio- Shikadai suspiro mirando al cielo- no conocemos el edificio por dentro y...

-Es muy probable que Mizore este ahí dentro-  gruño Sakumo-, oculta bajo las narices del Mizukage.

-¿Porqué no ir con él?...- tercio el chico rubio luego de haber tratado al cachorro.

-Ellos debieron revisar este lugar,  debieron tener anbus vigilando el camino y todo el transcurso de la prueba- bufó Sakumo apretando los puños-, o esto es una medida de presión a Konoha para que rompan la Alianza o los enemigos son tan poderosos que acabaron con las defensas del Mizukage, no pueden resolverlo y se niegan a recibir apoyo de la Alianza.

-De cualquier forma cualquier acto hostil contra participantes de otras naciones sólo acabará en un roce entre Naciones aliadas- explicó Shikadai-, es un asunto delicado y el buen nombre de Kirigakure aún no supera a su fama del pasado.

El joven Yamanaka retrocedió un par de pasos, impresionado y temeroso por lo que acababa de escuchar en  boca de niños de su edad, que ya habían analizado los escenarios posibles con tanta calma.

-Inojin... necesito tu Choujo Giga para enviar un mensaje cifrado a Konoha- le dijo Sakumo antes de apartarse e invocar a todos los Niken de Konoha-, tus animales iran con los perros, si los perros no pueden llegar, el mensaje debe  hacerlo.

-¡Mocoso pretencioso!- gruñeron a coro-, ¡¿nos conoces algo?!

-Necesito ayuda para salvar a mi hermana...

Tras varios parpadeos la joven kunoichi despertó, sin poder ver nada mas allá de su nariz. Poco a poco se hizo consciente de su estado, un hombro dislocado por la posición, y grillete sujetando sus muñecas y algo pesado atado a sua tobillos. Su ropa estaba húmeda, por el sudor o el exceso de humedad del ambiente. Sin embargo, tenía un sabor metálico en la boca, causado tal vez por deshidratación, quizo moverse pero el sólo intento hizo que un par de sus costillas crujieran dejándola sin aliento.
Un par de imágenes vinieron a su mente, como destellos en esa infinita oscuridad: Uhei siendo herido por el enemigo, su intento por ayudarlo, la cortina de vapor quemando su piel... la humedad en su  ropa ahora tenía sentido, era sangre.
Su debilidad también tenia sentido ahora, la perdida de sangre, el dolor por las heridas, el brazo dislocado por la posición, dos costillas rotas y seguramente los tobillos destrozados por lo que fuera que estaba colgando de ellos. Tomó un poco de aire, iniciando un tratamiento interno para dar atención urgente a si misma, buscando racionalidad en su mente cuando dejara de estar saturada por serotonina y adrenalina debido a su estado. El proceso era lento, doloroso y en su mente sólo resonaba una y otra vez una frase que su madre y la Godaime les habían repetido hasta taladrarla en sus memorias "El ninja médico de un equipo no puede morir". Su equipo era algo muy extraño, y la capacidad médica estaba dividida entre ella y Sakumo, asi como su capacidad ofensiva. Pensó en su entrenamiento con Kakashi, su padre, el ser humano más noble que conocia... quién ostentaba el título de Hokage, a quién todos respetaban por sus historias de antaño y que ella casi estaba segura que actualmente no podia defender sin apoyo. Pero aún así lo amaba, no sólo por ser su padre sino por todo lo que representaba.
Sus ojos se llenaron de lágrimas cuando la sonrisa de su madre eclipso el recuerdo de su padre, quiza no volveria a verlos... ni a su hermano. Negó con la cabeza mordiendo su labio inferior para obligarse a reaccionar. Iba a verlos de nuevo, sin importar que tuviera que hacer... vería a Sakumo, a sus padres, a Hiro y a Zabimaru... volvería a entrenar el Raikiri, se haría más fuerte... esto no iba a volver a ocurrir.

-¿Estás seguro de esto?- murmuró Shikadai mirando al peliplata con seriedad, mientras éste terminaba de poner una trampa cerca del edificio al cual debían entrar.

-Sí fueron recomendados para este examen no pueden ser tan estúpidos- declaro el chico con calma.

-Según entiendo... si superan la trampa esperas que comprendan y desistan de seguir con el examen para que la seguridad del Mizukage tenga que aparecer- inició el azabache con parsimonia-, y si no pueden, quedarán incapacitados con la toxina que creaste con Mizore, para seguir ganando tiempo.

-No es tan difícil de entender, ¿no?- Sakumo sonrió sin gracia-. Aún necesito tu ayuda para entrar a buscar a mi hermana.

-¿Piensas entrar a ciegas?, el equipo Ino-Shika-Cho no es un equipo ofensivo, lo sabes- gruño el Nara.

-Usa tu Futon, Shikadai... ayuda a Inojin a usar los jutsu del Clan Yamanaka- insistió el peliplata molesto-, tratan de enorgullecera sus padres y no han aprendido a combinar sus técnicas. Es ridículo.

-¡Sólo porque tus padres no tengan un clan que respetar no te da derecho a criticar!- respondió Inojin molesto.

-No me vengas con el orgullo del clan, tú ni siquiera manejas un nivel básico del jutsu del Clan Yamanaka- bufo Sakumo, acercándose al perro de su compañero caído-. Si no van a ayudarme... al menos saquenlo de aquí.

El trío lo miro perplejo, aun con la mirada llena de resentimiento por las palabras del Hatake, pero admitiendo en su interior que no se equivocaba. Era un equipo diferente al que cada generación se formaba, todos lo sabían, y ciertamente estaban rompiendo las reglas de antaño con sus combinaciones de jutsus. Shikadai reconoció la manera hiriente en que Inojin atacó a Sakumo, era verdad... Sakura y Kakashi no pertenecían a ningún clan altamente reconocido en Konoha, pero no era mentira que el Rokudaime era un shinobi increíblemente hábil, y la Haruno era conocida por muchos extranjeros por su habilidades médicas. Los gemelos Hatake habían crecido dominando las técnicas de ambos, por ellos los consideraban genios... al nivel de su padre o de Uchiha Itachi.

-Iré contigo- aceptó Shikadai- Inojin y ChouChou... saquen a Zabimaru de aquí y quédense a esperar que tengamos respuesta por parte de Konoha.

-¿Estas seguro?- preguntó la morena algo contrariada-, ¿que harás sin nosotros?

-Dos estraregas con ofensiva son mejor que un equipo de infiltración- respondió el rubio con seriedad.

Los miembros del equipo Ino-Shika-Cho se despidieron, y los dos chicos famosos por su capacidad analítica se prepararon para entrar el recinto.

-Debemos pedir apoyo a la Alianza- resollo Chojuro molesto, frente a los feudales que ĺo miraban con incredulidad.

-Esto es un problema interno, nadie más debe interferir- musitó uno de ellos con aire de superioridad.

-Esto no es un juego, cualquier daño que sufran los gennin de otras aldeas se puede considerar un acto hostil contra las Naciones Aliadas- espeto Mei Terumi, perdiendo la paciencia.

-Fue un ninja de Konoha quien creo ese aberrante jutsu, traerlos empeorará las cosas- insistió el feudal-, la 4ta guerra fue un problema debido a ese jutsu.

-¡Y fue Konoha quien acabó con él!- gruño el Mizukage golpeando la mesa-, son los más experimentados en ello. Y los hijos del Hokage y su asistente están participando en el examen.

La cara de los feudales palidecio. Ninguno había considerado la variable de dañar a los hijos del Hokage. Las Naciones Aliadas estaban de acuerdo con el tratado de paz debido, principalmente, a que no contaban con la fuerza militar para enfrentarse a los 2 titanes con los que contaba Konoha, además de su estratega militar del Clan Nara, ni al famoso ninja copia de la 3ra guerra mundial shinobi. Enfrentarse a Konoha sólos era un suicidio.

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