Finalmente la jornada había terminado, estaba loca por irme a casa. El ambiente sexual en la oficina era terrible y casi se transformaba en un terrible dolor de cabeza. El día había pasado un poco lento y tal vez se debió a que no pude almorzar con mis amigos, como lo hacía habitualmente. Al menos, Patrick había cumplido su palabra y se había comportado a la altura de su puesto, pero cada oportunidad que tenía, sentía su mirada en mi. Sentía como me comía con sus hermosos ojos.
En silencio, recogí todas mis cosas y las guardé en mi bolso. Podía ver a través del rabillo del ojo que Patrick seguía tecleando en su portátil. Descaradamente giré mi cuerpo en su dirección y lo contemplé de frente. Estaba concentrado y sumergido en su trabajo, realmente era un hombre trabajador.
Sorprendiéndome levantó su mirada y me sonrió.- Puedes intentar disimular un poco amiga.
Avergonzada me giré hacia mi bolso y comencé a reír nerviosamente, podía escuchar sus risitas a mi espalda.- No te creas-. Le respondí intentando sonar lo más segura posible mientras recogía torpemente mi bolso.
-No me creo nada, sólo admite que me estabas comiendo con la mirada-. Respondió aún más divertido.
Un tanto irritada, volví a girarme y para mí sorpresa, ya había cerrado su laptop y me observaba con sus brazos cruzados en el pecho.
¡Dios mío, me va a matar! ¿Qué iba a decir?
-¿Qué? ¿Te quedaste muda?-. La sonrisa no abandonaba su rostro y poco a poco iba levantándose de su silla de trabajo.
Instintivamente retrocedí un poco y choqué con mi escritorio.
Aclarándome un poco la garganta y las ideas, finalmente respondí con firmeza.- Sólo estaba maravillada al verte tan metido en tu trabajo, cumpliste tú promesa de "trabajo es trabajo".
Por unos segundos, me estudió y luego comenzó a recoger cosas de su mesa de trabajo tranquilamente.- Te dije que quería ser tu amigo.
No podía evitar notar un poco de amargura en su respuesta, pero al no ser más víctima de su mirada me relajé un poco más y decidí tomar mi bolso.
- Me iré, nos vemos mañana... Amigo-. Le dije en un tono divertido.
Levantó rápidamente la mirada y recuperó la brillante sonrisa. ¡Lo odio!
De repente, mi teléfono sonó y preocupada empecé a hurgar en mi bolso. ¿Quién podría ser?
Pude notar que Patrick cambió el semblante al ver mi rostro y finalmente cuando vi el nombre Phillip en la pantalla, solté un gran suspiro.
- ¿Hola?-. Respondí.
-¡Clarisaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! Vamos a saliiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiir-. Respondió animadamente mi amigo al otro lado de la línea.
Patrick me hizo un par de gestos con la cara y lo tranquilicé rápidamente con un par de señas.
-Apenas es miércoles ¿Estás loco?-. Le contesté un tanto calmada.
-Bueno, precisamente por eso. Hoy hay tragos a mitad de precio en Temple Bar, tenemos que iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiir.- Me insistió.
No podía evitar reír y le contesté divertida.- Sabes que tengo cosas que hacer después del trabajo, Phillip.
-No te preocupes por esooooooo, Nati habló con Melisa y está de acuerdo, incluso la sobornó-. Respondió entre risas.
Llevando una mano a mi pecho y realmente sorprendida con lo terribles que son mis amigos, me reí.- ¡Phillip! Se pasan, les dije que no iba a beber jamás en mi vida. Es más, me iré de inmediato. No puedo.
De repente escuché un ascensor llegar a nuestro piso y cuando las puertas se abrieron, pude ver a mi fabuloso amigo con su celular en la oreja.
-¡No te vas a escapar Clarisaaaaaaaaaa!-. Gritó divertido desde la otra punta del largo pasillo que viene desde el ascensor a mi escrito y guardó su celular en su elegante saco color marrón.
Finalmente cedí a mí misma y me reí a carcajadas.- ¡Te odio!-. Le dije en respuesta al verlo acercarse con una sonrisa.
Una vez que estuvo a menos de un metro de mí, ambos caímos en cuenta de la persona que nos observaba muy divertida desde el rincón ciego de la oficina. Ups ¡Lo había olvidado!
-¡Pero, Dios mío!- Exclamó sorprendido mi fabuloso amigo.
-¿Qué tal?-. Le respondió casual y con una sonrisa mi nuevo compañero.
La mirada de Phillip iba desde Patrick hasta a mí, repetidas veces. Una vez terminó de analizar la escena, acomodó su traje y le respondió en el tono más heterosexual que existía.- ¿Qué tal? Patrick ¿Cierto?
-Si... Felipe-. Contestó divertido, lo había pillado.
Phillip giró por unos segundos su rostro hacia mi y me dirigió una mirada diabólica acompañada de una sonrisa de oreja a oreja. ¡No, no! No, no y no.
-Patrick... ¿Quieres salir a tomar con nosotros?-. Le preguntó finalmente en su tono de voz normal y característico.
Podía ver la mirada sorprendida de Patrick vacilando entre Phillip y yo. Le supliqué insistentemente con la mirada, pero fue en vano. Una vez se recompuso me sonrió y firmó mi sentencia de muerte.- ¡Si, me encantaría! No creo realmente que Clarisa haya dejado de beber.
Ambos guapos chicos rieron y me observaron. Aún no salía de la impresión. Ésta combinación de Patrick y mis amigos no podía ser buena.
¡Me va a descubrir!
Al ver el pánico en mi rostro, mi amigo con una fingida inocencia me comentó.- Lo siento cariño, nadie se salva del 2x1 del Temple Bar.
Lo fulminé con la mirada y suspiré pesadamente.- Sólo estaré hasta las 9 ¿Bien?
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Cansada de ser yo (+18 Adulto)
RomantikClarisa, una hermosa pero descuidada mujer, con una hija ahora universitaria, un trabajo estable, un futuro planificado y una vida amorosa nula, decide celebrar sus 32 años en compañía de sus maravillosos amigos con quiénes no comparte el mismo conc...