Después de cinco días, el explorador enviado a buscar la aldea enemiga apareció. Este hombre era uno de los que nos había recibido en la playa junto al capitán de la guardia, tenía una cabellera corta de color castaño oscuro, una frente prominente y unas entradas que resaltaban más aún su frente. Como todo soldado su cuerpo estaba ejercitado, aunque algo deteriorado por el tiempo pasado en esta isla; siempre andaba con una ballesta, un peto de metal y una capa con una capucha para cubrirse de las tormentas o del sol fuerte que azotaba esta isla. Vestía además pantalones de cuero duro y unas botas, quizás de las mejores que había, ya que eran de las tropas oficiales de nuestro reino. Eso daba la idea de que, al igual que el capitán de la guardia, este también era un soldado entrenado.
Había descubierto el campamento enemigo no muy lejos del nuestro, cerca del río, y sonaría muy evidente donde se encontraban, pero buscarlo no creo que hubiese sido cosa fácil. Pero con esa grata noticia traía una escabrosa, se estaban preparando para el ataque. Según el mapa trazado por el explorador, el curso a seguir debía ser para chocar con lo que podíamos llamar una granja, es decir, un lugar no muy lejos de la iglesia el cual representaba nuestra principal fuente de alimento, donde criábamos algunos animales importados de nuestras tierras y algún que otro sembrado fácil de cultivar. Si ese lugar era arrasado, sería un duro golpe para la alimentación de nuestros pobladores.
Sin pestañar, García Holguín decidió preparar las tropas inmediatamente para defender la granja. Como él calculó, si lográbamos vencerlos ahí, tomar su aldea sería fácil ya que acabaríamos con el grueso de su ejército. Este plan tenía un gran defecto: como ya he descrito anteriormente, el entrenamiento de nuestros reclutas solo era para mantenerlos pobladores entretenidos mientras descubrían la posición del enemigo, así que nos enfrentaríamos a guerreros mejor entrenados siendo nuestra única ventaja la superioridad numérica. Era casi seguro que tendríamos muchas bajas.
Reuní a mis hombres, cada capitán con su grupo. Junto al joven herrero habíamos logrado fabricar una especie de lanza de madera con una hoja de metal, ordené que amarrasen un paño a su punta; eso lo había aprendido de Lodz, quien me contó que en uno de sus combates un ejército enemigo había atacado con unas lanzas que tenían estas características. Según Lodz, al atacar con estas armas les fue muy difícil definir o predecir el movimiento pues la ondulación de aquella tela dificultaba la visión del que se defendía, siendo una distracción. Me imaginé que el atacante también sufriría algo de esa penalización, pero si eso les ayudaba a sobrevivir no me interesaba donde encajaran la lanza.
Escogí este tipo de arma, ya que, sin armaduras, la lanza era perfecta para atacar y defender guardando una distancia prudencial. Se podía utilizar bien a larga distancia como en la corta, si bien, aunque portaban sus lanzas, cada uno de ellos llevaba algún arma de confort: una maza en caso de Setúbal y un hacha en el caso de Luis. Aunque dejé que llevaran la armadura que quisieran, hice hincapié en que no cortaran su campo de visibilidad con cascos. En verdad no creí que nada de lo portado en este ejército fuera a resistir un golpe de los orcos, ni siquiera la armadura de los soldados veteranos, ¿si no, por qué quedaban tan pocos?
Los restantes hombres de Holguín estaban armados con lo que habían encontrado: mazas, espadas, algunos solo con palos, y juraría que vi a uno con un cuenco de barro en la cabeza, utilizado como casco, La tensión se empezó a sentir una vez que empezamos a andar, caminábamos para el primer combate para muchos, y por la supervivencia de nuestra aldea.
Anduvimos por media hora en la espesura del bosque hasta llegar a la granja. Era un lugar al descubierto, los árboles alrededor habían sido talados. Había algunos corrales con animales, pequeños cultivos y árboles frutales en proceso de crecimiento. El poco alimento que se producía en esta aldea se obtenía de esta granja. Quizás este lugar no nos sustentara, pero alargaba nuestras reservas.

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Hacia las Nuevas Tierras
AdventureHistoria de fantasía en una época antigua donde el poder era llevado por los grandes reinos, un joven señor surgirá para guiarnos en sus aventuras. Portada Cortesía @EditorialPets @Team-Potato Banner Cap.1 al Cap7 realizados por @EditorialOlimpo @I...