Epílogo

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La derrota en la planicie del oriente fue escrita en los libros de historia, cargada a los hombros del Barón Soriano Santiago. Se escribió como la incompleta realización de nuestra Sagrada Misión de conquistar la isla. Muy banalmente se refirieron a Villa y a mí, salíamos como causa de la derrota, y cito textualmente al llamarnos "jóvenes señores inexpertos". Fue todo lo que se escribió de nosotros.

"La Santa" Clara Villa fue nombrada oficialmente "Señora" de las tierras del centro.

El duende se quedó a mi lado, no regresó con los salvajes. Bromeé un buen tiempo con eso, diciendo que los duendes siempre escogían el bando más fuerte, así que yo debería ser uno "de los grandes". A lo que me respondían que "ese Duende estaba loco".

Con el fin de la guerra y posicionándonos fuertemente en la isla, más jóvenes señores como yo empezaron a llegar en busca de fortuna. Se descubrió no solo que había más islotes alrededor, sino un gran continente detrás de esta Nueva Tierra. Y nuestra isla era la entrada a aquel enorme lugar. Así que mi puerto sería el eje central de las nuevas expediciones.

Mi plan había funcionado.

Hacia las Nuevas TierrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora