Las cosas en su lugar

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-Monstruo, Yukki quiere confirmar la hora…- Touya se sorprendió cuando su hermana menor no reacciono negativamente ante el apelativo que siempre usaba.

Sin embargo, Sakura, quien ya se encontraba en la entrada, descalza, estaba en una especie de trance, sin escuchar o ver nada frente a ella, sus pensamientos, revueltos desde hace tres días, parecían regresar en todo momento a la tarde en donde Shaoran y ella se habían besado, inconscientemente llevo su mano a sus labios, aun sintiendo la suave presión inicial, para después enrojecer al recordar la pasión con la que continuo.

- ¡Sakura! – grito una vez más su hermano, trayéndola de vuelta.

La chica volvió la mirada, aun mas avergonzada al notar que su hermano había sido testigo de su distracción, sin preguntarle realmente que era lo que quería, trato de abrir la puerta de la entrada para salir tan rápido como pudiera, necesitando aire para despejar su atolondrada mente, sin embargo, su hermano siempre seria más rápido que ella, logro tomarla del brazo antes de que pudiera pisar el suelo de la entrada.

- ¿A dónde vas? - gruño preocupado, mirando sus pies, provocando aún más sorpresa en la castaña al notar que no llevaba zapatos.

- Tengo que encontrarme con Yukito en el templo Tsukimine- contesto, queriendo marcharse tan rápido como le fuera posible.

-Eso es en hora y media, estas muy distraída.

Estas muy distraída esta tarde.

La frase trajo más recuerdos a su mente, confundiéndola aún más, se sentía extraña, desde ese día, cada palabra, cada detalle, cada pequeño gesto le recordaba ese momento, no podía quitárselo de la cabeza por más que lo intentara y una pequeña parte de su subconsciente se preguntaba si Shaoran lo había hecho a propósito.

- Además, ¿piensas ir así? - bajo la mirada, enarcando una ceja ante la manera en que su abrigo estaba abrochado.

Por quinta vez en el día, se sintió avergonzada, seguramente se había puesto la ropa sin mirar si quiera y es que su amiga no quiso ayudarla esta vez a escoger su atuendo, alegando la reunión que habían planeado para ese día.

- Deben ser los nervios.

- Si, seguramente es eso - no creyó ni una palabra, odiaba admitirlo, pero estaba extremadamente preocupado por su hermana y su reunión, estaba seguro que regresaría con el corazón destrozado y no tenía ni idea de cómo ayudarla. Suspiro al mirarla, sintiendo como es que los nervios lo invadían.

Sin embargo, Touya no era el único nervioso o preocupado por la joven Kinomoto, Shaoran también se sentía inquieto, si era honesto hubiera preferido quedarse en su departamento, probablemente sumido en su miseria al no recibir ni siquiera un mensaje de la castaña, él había tenido que frenarse varias veces, ya con el celular en la mano y marcando el teléfono de la ojiverde, para no hacerla sentir presionada o confundida, y es que la visión de las orbes esmeraldas llenas de miedo después del momento que habían compartido aun lo acosaba cada vez que se permitía recordarlo, ensombreciendo la dicha que lo invadía.

- Shaoran, ¿podrías por favor cambiar esa cara? - el sonido de la voz de su prima lo hizo suspirar.

Mei Ling lo imito, harta de su estado de ánimo, no sabía que es lo que había pasado tres días atrás, pero su primo había regresado con una enorme sonrisa, tan grande que la hizo pensar que tal vez todo se había solucionado entre él y su amiga; 15 minutos después lo encontró sentado en el sofá, murmurando cosas indescifrables, prácticamente arrancándose el cabello y culpándose de todo, minutos después volvía a verse dichoso, iniciando un circulo entre la alegría, la culpa y el enfado, por un momento temió que hubiera desarrollado trastorno bipolar, esa era la razón por la que la china lo saco, prácticamente bajo amenazas, de su departamento cuando él se había negado a asistir a la reunión.

Nuestros recuerdos. Sakura Card Captor FicWhere stories live. Discover now