Miedo

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     "Observaba a esa chica pálida recibir un poco de sol atrás vez de la ventana, todos estaban complacidos con mi trabajo, pues se mostraba más dócil, yo seguía alterada"

Claro que si, se abrió un caso policíaco, los universitarios decidieron no decir nada sobre nosotros, pues se podríamos meter en más problemas de los que ya tenían, lo cerraron cuándo fue declarado como "asesinato en defensa propia" con eso declarado no se habló más del tema, los chicos fueron multados y además de dinero, fueron a un taller para el manejo de drogas y sexo, junto con servicio comunitario.

Con Marcus no hablamos sobre como me sentía, ni si a él le asustaba estar con alguien tan demente, solo hablamos sobre nuestra relación, decidimos que ya nos habíamos divertido demasiado, que era mejor parar de hacer locuras estupidas, que nos comportariamos como adultos.

Acepte.

Pero, algo había mal en mi, desde siempre tenía pensamientos extraños sobre mi, mi cuerpo y sobre el cuerpo de los demás, pero, esto era diferente, era más intenso, las pequeñas voces a mi al rededor no se querían callar y repetían lo mismo, que es lo que quería, placer, adrenalina, emoción, eso era lo que me faltaba, lo que siempre me faltó en la vida.

-¿Realmente crees que alguien te ha importando?‐ dijo ella.

-claro que si, yo le e dado mi corazón a muchas personas a lo largo de mi vida, puedo sentir, yo sé que si, existe el amor- respondí yo, titubiando.

-Que busques tu bienestar propio, no es amor- sabia que sonreía aunque no pudiera verlo -¿El universitario? ¿Tus abuelos? ¿Aquella niña tonta? ¿El chico que manipulas noche tras noche? Eres joven y lo sabes, sabes que necesitas a alguien que te cuide ¿sera que te asusta la soledad? No, no es así, por que en el fondo sabes que eres mucho mejor si  nadie a tu lado.

Desperte y miré a Marcus a mi lado, lo desperté, mis labios temblaban y el me dijo que me quería, yo salí de la casa, respiré el aire frío, mis dientes temblaban y no sentía mis pies.

Comencé a hacer eso un par de veces por las noches, para relajarme de las alucinaciones, comencé a estudiar nuevamente psicología, pero ahora más a fondo, compre varios libros, también decidí practicar meditación, gimnasia y retomar las artes marciales, trate, lo juro que lo intente, tenía mi mente y mi cuerpo lo más ocupado posible, cada vez hacía más cosas, comencé a estudiar muchas más cosas, a practicarlas, pero nunca era suficiente, todo esto solo empeoró todo.

Ya no solo la escuchaba, la veía, era yo, pero diferente, me asustaba mucho, Marcus intentó ayudarme, pero sabía que no podía, así que consiguió trabajo en el pueblo, ni siquiera me di cuenta cuando eso pasó.

Tampoco se cuanto tiempo paso, estaba mal, solía comerme mi propio cabello en ataques de ansiedad, comencé a autolesionarme, tenía alucinaciones auditivas muy seguido, y cuando eran visuales, me daban ataques de pánico, sufría de insomnio, era horrible, se que hubo un punto donde me rompí por completo, por que ya no importaba mis alucinaciones, solo me quebada en cama todo el día, todo lo que comi lo vomitaba por mi cuenta, sentía que ya nada valía la pena, pero ver que Marcus sonreía cada que me veía me hacía sentir lástima, por esa estupida rata que no sabía que pasaba, que todo lo que tenía en su cabeza era un producto hecho por mi.

-¡ya cállate, ya cállate, ya cállate, ya cállate, ya cállate, maldita perra hija de puta!‐ le grité.

-solo si haces lo que te diga.

Tome una pala, un cuchillo y la camioneta, fui a la ciudad, estaba algo  retirada pero no era imposible, lo estacione y comencé a caminar, vi un vagabundo dormido en un callejón, ella dijo que él, solo tengo flashes de lo que pasó, me monté arriba de él, y le apuñale la garganta, por eso no gritaba no podía, segui con los ojos los apuñale repetidas veces, ni siquiera se cuanto, tome algo pesado, mi mente estaba en otro lugar cuando eso pasó que ni siquiera se que fue eso que tome, solo se que cuando termine, su cara estaba en la pared y su cuerpo estaba apuñalado, una y otra y otra vez.

Pero, si bien me sentía mejor, me asusté, entre en pánico, no tenía por qué disfrutar tanto esto, los vagabundos duermen cerca de una fogata por que las noches son frías, ahí tiré mi ropa y me vestí con lo que encontré entre sus pertenencias, comencé a caminar sin rumbo por la ciudad, la arquitectura era bellísima.

Sobretodo un edificio extraño, con puntas y campanas, como un castillo, adentro había muchos asientos, las paredes tenían una extraña decoración.

-¿por que hay un hombre en una cruz?- pregunte -¿a quien le pareció divertido tener a un hombre sufriendo pegado en la pared?

-se llama Jesús- dijo una mujer de la tercera edad.

-¿Y porque Jesús está sufriendo?

-¿nunca has escuchado de Jesús? ¿Ni de Dios?- dijo la mujer.

-¿Dios?

Fue amable y paciente al explicarme quién era Jesús y Dios, lo que hacían, me enseñó a hablar con ellos.

-Ojala Dios existiera, para que pudiera ayudar a las personas que lo necesiten- la mujer me miro con tristeza, supongo  que vio mis lágrimas asomarse, no dijo nada, pero me abrazó y me pidió disculpas por parte de Dios, dijo algo acerca de que el permite cosas para que otras mejores pasen, que debo ser paciente.

Una parte de mi estaba enojada, por no poder resguardar es inocencia y esa sonrisa que tenían los niños pequeños y otra parte estaba asustada, como si supiera lo que estaba apunto de pasar. Regrese a casa como pude y tenía a Marcus esperando muy molesto —Me tenías muy preocupado, ¿a donde fuiste? Hueles horrible, ¿lo sabes?— yo solo lo ignoraba y entraba a lo que era el baño —Compre Semillas, y conseguí un trabajo como mesera en una cafetería, haremos de esto un hogar, estaba pensando en algún día tener animales de granja— a Marcus se le iluminaron los ojos —eh estado ahorrando un poco y me parece una idea maravillosa, sabes la verdad me das mucho miedo, pero me fascina sentir este escalofrío constante, me has enseñado tantas cosas fascinantes y quisiera que siguieras enseñandome, desearía que me enseñaras a defenderme— dijo él.

Y lo cumplí, le mostré todo lo que sabía, como usar su cuerpo, medicina, todo, poco a poco aprendimos de plantas, sus propiedades tan curativas como maliciosas, entre los dos aprendimos ingles, que nos abrió puertas laborales impactantes, trabajábamos en una ciudad cercana a 4 horas de distancia del pueblo, a veces pasábamos más tiempo en un cuarto que rentaba nos de nuestro "hogar" si lo vemos desde esa perspectiva claro que las cosas parecían mejorar para mi y para el, termine siendo mesera en un club nocturno y el por sus habilidades termino como guardia de seguridad, yo me salí al poco tiempo y comencé a prostuirme y a robar a mis clientes.

Y todo hubiera estado bien, si no tuviera miles de pensamientos retumbando en mi cabeza, y comencé con los hombres que me contrataban como su acompañante nocturna.

Pero eso no era suficiente, y en su cumpleaños 22 me confesó que me amaba y que sabía que hacía —Se que no puedes parar y sobre todo se que no eres mala, pues lo detienes lo más que puede, noto los trozos de cabello que te falta, dejas sangre en el baño y como sus uñas son diminutas por como las muerdes, hablas sola y te pierdes, no se como detenerlo, pero estoy seguro que si te ayudo será menos la carga de tu pecho— Mate mucha gente pero estoy segura de que no lo hubiera logrado sola.

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⏰ Última actualización: Jan 18, 2023 ⏰

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