"Buena suerte"

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Me mantuve acostada, únicamente con fuerza suficiente como para tapar mi cara que dolía a horrores.
Me sentía completamente humillada, cosa que sucedía cada vez que mi padre me visitaba. Siempre soñaba con defenderme, quizá elevar mi puño una sola vez para dejarle en claro que yo también podía jugar a su juego, pero llegado el momento el miedo me invadía completamente impidiéndome cualquier clase de movimiento.
Aunque pareciera estúpido estaba absolutamente agradecida con el mundo por no haber terminado tan mal como la última vez, en la cual había terminado con seis puntos en mi brazo debido a sus ganas por arrojarme objetos. Seguramente esta vez mi ojo terminaría morado, al igual que algunas otras partes de mi cuerpo, pero en comparación no había resultado tan doloroso.
La idea de saber que volvería no hacía más que asustarme, y teniendo en cuenta que ya no tenía el dinero ahorrado durante las vacaciones no ayudaba de mucho. Aún temblando marqué el número de una persona que sabía a la perfección que podría ayudarme con esto.
- Hola - se escuchó del otro lado de la línea.
Involuntariamente me mantuve en silencio, tratando de tranquilizarme para no delatar el temblor de mi voz.
- Aixa, mi vida, tengo identificador - habló tranquilamente - respira profundo y cuéntame en que puedo ayudarte.
siguiendo sus instrucciones intenté regular mi respiración exhalando e inhalando lentamente, hasta que por fin logré mi objetivo. Era sorprendente como lograba tranquilizarme cada vez que hablábamos.
- ¿Mejor?- preguntó.
- Si, lo siento, ya sabes como me pongo cuando mi padre viene de visita - contesté.
- tranquila preciosa, tu no tienes la culpa - comentó con dulzura - ahora dime, ¿en que puedo servirte?
- ¿De cualidad necesitas otra modelo? - pregunté esperanzaba.
Durante gran parte del verano este había sido mi trabajo, perfecto para mi puesto que debía permanecer delgada de todas formas, y beneficioso para el ya que estaba dispuesta en ayudarle en lo que necesitara. Con el paso del tiempo nuestra relación jefe-empleada se transformó mucho más que en eso, y no me refiero presisamente a una amorosa, puesto que el estaba felizmente casado, si no más bien en una perfecta amistad, en donde cada uno podía confiar en el otro.
- Me alegra escucharte decir eso - concluyó - te espero en el estudio en media hora, no llegues tarde.
Sin darme tiempo a protestar colgó, dejándome con las palabras en la boca.
Con muchísima más seguridad en mi misma me levanté finalmente del suelo, cubrí mi ahora morado ojo con un par de anteojos, y rezando para que no ocurriera ningún inconveniente en el camino me dirigí hacia el punto establecido por mi nuevo jefe.
Parecía que cada vez que quería un poco de tranquilidad el universo se ponía en mi contra, puesto que apenas abrí la puerta principal, cinco rostros sonrientes se encontraban justo frente a mi.
- ¿vienen a hacerme correr? - pregunté con fingido enojo, causando que un incómodo silencio se hiciera presente.
- No, al contrario ... - comenzó Adam, visiblemente nervioso.
- Sólo queríamos disculparnos ... - lo siguió Matt - solo queríamos divertirnos un poco, no sabíamos que esto pasaría.
- Y créeme que si lo hubiésemos sabido nunca lo habríamos hecho - comentó Adam.
Así siguió formándome un discurso con el fin de lograr solucionar las cosas, y justo cuando estaban por conseguirlo ocurrió lo inevitable.
- ¿Por que tienes anteojos?- preguntó Jamie, cambiando drásticamente el tema de conversación pasando a uno al que realmente temía.
Me obligué a buscar una solución rápida para evitar el tema, y según noté sólo tenía dos que quizá funcionarían. Una de ella era la más razonable, y se trataba de darles una breve explicación de lo ocurrido, emitiendo algunos detalles para que no soñara tan. Por qué al fin y al cabo se trataba de mis amigos, las mismas personas que me habían visto llorar miles de veces por las mismas causas. Pero también existía una solución aún más sencilla, la cual se resumía en una palabra "escapar". - Si, como toda una cobarde -.
Sin saber muy bien que hacer opté por la segunda opción, por que si la suerte estaba de mi lado - cosa que realmente sería un milagro - tendría una pequeñísima oportunidad de huir y pensar así una explicación más razonable.
Sin darles tiempo a reaccionar pasé corriendo justo frente a ellos, me moví tan rápido que casi logré mi objetivo, pero como me llamo Aixa mala suerte Stromberg
Sin saber que hacer intenté escabullirme, pasando rápidamente junto a ellos, pero una mano me detuvo justo cuando estaba por conseguirlo. Sin darme tiempo a reaccionar el rubio quitó lo único que ocultaba mi lastimado ojo.
- ¿Quien te hizo esto? - preguntó molesto Brian mientras apretaba los puños.
- Eh ... ¿A que te refieres? - me hice la desentendida.
Quizás funcionara, pero como era la persona más careciente de suerte en el planeta no fue así.
- No te hagas la imbécil, dinos quien fue - exigió Jamie.
Creo que haber recibido los golpes de mi padre dolió menos, por lo menos de él si me lo esperaba.
- ¿Yo soy la imbécil? - solté para su sorpresa - ¡Esto fue gracias a ustedes!.
Ahora fue su turno de hacerse los desentendidos.
- Vamos Aixa, no digas estupideces - se defendió Tyler.
- Entiendo que estés enojada, pero no puedes echarnos la culpa de todo lo malo que pasa en tu vida - dijo Adam.
- Es lo más idiota que te escuché decir - se unió Brian.
Importándome una mierda lo que sucedería tras mis palabras solté todo sin pensalo.
-¡ Por su culpa imbéciles tuve que correr, por si culpa me desmayé, POR SU PUTA CULPA LLEGUÉ TARDE, Y PARA TERMINAR CON ESTO, POR SU CULPA PEDAZO DE IDIOTAS Y SUS GANAS DE CAUSAME TODO LO ANTERIOR, EL IMBÉCIL DE MI PADRE SE ENOJÓ MÁS DE LOS NORMAL!- dije y me arrepentí al instante, pero como era demasiado orgullosa y no estaba lista para escuchar lo que pensaban al respecto de lo sucedido seguí diciendo aún más idioteces - Ahora quiero que se vallan de mi casa, o mejor dicho de mi vida, no quiero verlos ni escucharlos nunca más, y les juro que si alguno se me acerca a más de veinte metros voy a hacer de su vida un infierno.
Siguiendo con mi actitud de diva, le arrebaté los anteojos de las manos a Jamie, y seguí con mi recorrido.
Sencillamente no podría aguantar sus opiniones acerca de mi padre, sabía a la perfección que si me quedaba no harían más que insistirme a hacer algo de lo que no sería capaz, enfrentarlo.
Durante todo el camino no hice más que llorar, lloré por mi hermano, mi padre, mi vida y los únicos amigos que gracias a mi ya no tendría.
Cuando finalmente me encontraba justo frente al enorme edificio mi aspecto daba pena, si no hubiese sido por que realmente no quería fallarle a mi único amigo restante, hubiese dado media vuelta y habría ido a escondiéndome por lo que quedaba de mi vida bajo la cama.
Abrí la enorme puerta que me separaba del interior e ingresé a una habitación llena de chicas esqueléticas que me miraban con superioridad. Una pelirroja que me llevaba aproximadamente dos cabezas pasó junto a mi, empujándome "intimidadoramente" en el proceso.
- Aixa ven aquí ya, y Rosalie, ten cuidado, no quiero una modelo menos - me defendió Charlie.
Sin poder evitarlo le enseñé corazón, ganándome el mismo gesto de su parte.
- Hola preciosa - me saludó el hombre que segundos antes me había llamado.
- Hola mi vida - le respondí - ya estoy aquí, ya podemos empezar.
- No tan rápido - contestó y por segunda vez en la noche mi ojos quedó al descubierto - ¿Fue tu padre, verdad?.
- Si - dije sin ganas mientras volvía a cubrirlo - no quiero hablar del tema, acabo de mandar a la mierda a las últimas personas que lo hicieron.
- No voy a forzarte a hablar sobre algo de lo que no te apetece - se sinceró - un poco de maquillaje solucionará el problema, pero antes dime, ¿que tan preparada te sientes para posar únicamente en Jeans y tacones?.
No había nada que odiara más que trabajar para una marca de Jeans, al parecer todas tenían problema en dejarnos usar aunque sea un sujetador. Pero mi disgusto no podía transmitírselo a Charlie, puesto que si lo hacía casi con toda seguridad me recomendaría no hacerlo, y realmente necesitaba el dinero.
- Es el sueño de mi vida - contesté con sarcasmo, algo tan habitual en mi.
Siguiendo la típica rutina de preparación me dirigí junto a Charlie hacia el piso número cinco. Al abrirse las puertas un delicioso aroma floral nos dio la bienvenida a una enorme habitación llena de pequeños camerinos específicamente designados para cada modelo. Puesto que mi repentina llegada había sido casi una sorpresa para todos, se me asignó el número treinta y seis.
La pequeña habitación contaba con únicamente un gran espejo justo encima de un escritorio con silla incluida, y un largo pechero que contenía la ropa con la que debería ser fotografiada.
La primer persona que entró justo después de nosotros fue una tal "Hanna", una mujer de treinta y tantos con aspecto amigable y un hermoso maquillaje que la favorecía a la perfección.
- Hola querida, este caballero junto a ti me dijo que necesitabas urgentemente mi ayuda - dijo mientras depositaba todas sus cosas sobre el escritorio - para la próxima ten más cuidado con los codos ajenos, no queremos que esta lindo carita se arruine.
Debía admitirlo, la mujer desde un principio me pareció de lo más agradable, por lo que guardándome mi hermoso odio hacia todos los seres vivientes me dispuse a tratarla tan bien como ella lo estaba haciendo conmigo.
- Muchísimas gracias, y yo que ya estaba pensando en que saldría en las fotos con un ojo negro - comenté con una sonrisa en mi rostro.
- No hay de que - dicho esto comenzó con su trabajo.
Según lo que entendí la idea de la foto era que me viera la más amenazante y desarreglada posible, por lo que luego de poner la base y tapar a la perfección el moretón, siguió con un elaborado delineado en la parte superior del ojo, el cual terminaba en una sexy "colita", pero la parte inferior del ojo tampoco se quedó atrás, al igual de como había hecho anteriormente colocó delineado y lo difuminó estratégicamente para que pareciera prolijo pero a la vez desarreglado. Para el toque final me colocó unas largas pestañas postiza y un labial solo un tono más oscuro que el de mis labios.
Para ser sincera durante el proceso solté varios insultos, pero no fueron mal vistos por ninguno de los presentes ya que era entendible que mi ojo doliera a horrores.
Tan simpática como se había presentado se despidió y le cedió la habitación a otra mujer que aparentaba, quizás, de unos años menos.
No puedo decir que me aya caído mal, pero la magnífica personalidad de Hanna no podía ser superada con facilidad.
Desenredó mi cabello para luego "batirlo" un poco, llevando un peine de abajo hasta arriba por varios mechones. Sencillo pero adecuado para el estilo de la foto.
Cuando su trabajo estuvo concluido abandonó junto a Charlie la habitación para darme un corto tiempo para cambiarme.
Remplacé mi atuendo por unos Jeans de marca carísima, y unos tacones que debían ser los más altos que había usado nunca. Pero para mi sorpresa otra prenda se encontraba colgada junto al resto, una chaqueta, exactamente del mismo material que los pantalones. Charlie se había encargado de conseguírmela, seguramente recordando la última vez que me había negado a posar sin ninguna prenda que cubriera la parte superior de mi cuerpo. Realmente me conocía.
Antes de de abandonar la habitación me eché un rápido vistazo al espejo, y sencillamente me quedé sin palabras. La imagen que me estaba devolviendo por primera vez en la vida realmente me encantaba, me veía como toda una sensual modelo de Victoria's Secret , a pesar de que no trabajara para esa compañía.
La puerta se abrió y me cubrí rápidamente todo lo posible, aún no me sentía tan segura ni siquiera con mi jefe.
- Lo siento, solo venía a decirte que debías apurarte - comentó ruborizado por la vergüenza - pero veo que estas lista, así que te pediría que me acompañes.
Obviamente no salió un no como respuesta de mi boca.
Siguiéndolo lentamente para no caerme por la altura bajo mis pies llegamos al piso número veinte, o mejor conocido como el sueño de todo modelo que trabajara en el lugar. Solo los más afortunados teníamos en privilegio, incluso a mi me sorprendió que yo fuese una de ellos.
Dimos un corto recorrido hasta una gran habitación donde se encontraba el fotógrafo, la escenografía, y otros dos modelos, una chica y un chico.
A primera vista el señor que sostenía la cámara me trajo varios recuerdos, puesto que habíamos trabajado juntos un par de veces. Aunque no teníamos la suficiente confianza como para preguntamos cómo nos había ido en tanto tiempo.
La "escenografía" consistía únicamente en un simple fondo negro, por que según Charlie, la foto sería en blanco y negro, por lo que no necesitábamos ningún otro color más.
Y dejándolos para el final se encontraban los otros dos modelos. A la chica ya la había visto antes, puesto que se trataba de la jirafa pelirroja del incidente de hacía unas horas, pero el chico era completamente nuevo para mis ojos. Era demasiado perfecto para ser real, aunque no tanto como para superar a Xavier o Jamie - ¿Por que piensas en el?-, tenía un hermoso cabello castaño claro levemente despeinado, pero eso no fue lo que más me llamó la atención, si no que sus ojos fueron quienes se ganaron ese premio. Eran absolutamente negros, a la distancia en la que me encontraba el iris y la pupila no se distinguía en absoluto, pero al guiñarme uno de ellos sencillamente perdieron toda belleza.
- Keaton, deja de desnudarla con los ojos y conséntrate en tu trabajo - me defendió el jefe, a lo que yo le lancé un inocente beso con la mano.
Si ya de por si con la chaqueta me sentía incómoda, no me imaginaba como se sentiría Rosalie, quien únicamente tenía su cabello para cubrirse. Pero no tuve mucho para compadecer me de ella, puesto que dejó sus pechos al descubierto sin ningún problema.
- ¿Por qué la rubia tiene chaqueta?- preguntó Keaton decepcionado.
- ¿Quieres tu una? - le respondí
- No gracias, yo estoy bien así - alardeó su trabajado abdomen.
- Concuerdo con él - soltó la pelirroja - ¿Podríamos empezar?
Charlie rápidamente comenzó a darnos instrucciones de como debíamos colocarnos, y ya desde un principio sube que esto sería de lo más incómodo.
Para la primer pose yo y Rosalie nos encontrábamos separadas por el único hombre que saldría en la foto, este se encontraba de espalda a la pelirroja, pero de frente a mí. Sus brazos se posicionaron justo al final de mi espalda, atrayéndome peligrosamente cerca de él. La otra modelo no tuve tanta suerte y tubo que taparse como pudo sus amigas con unos poco mechones. Ya para la segunda pose lo único que cambió fue la cercanía de nuestros rostros, cada vez mas cercas. Y justo cuando la esperanza había reinado mi cuerpo, la petición de Charlie en que hiciéramos un par de fotos únicamente Keaton y yo lo arruinó todo.
Así fuimos posando hasta que por fin el fotógrafo anunció que la cesión había terminado.
Me despedí de todos, me cambié y partí rumbo a mi casa, dando por terminado el peor día de mi vida.

Holas! Tanto tiempo, creo que nunca tardé tanto tiempo en decidirme por las ideas de un capítulo, es más, iba a subir el sábado al mediodía, pero decidí hacerlo más largo y para la noche (que me quedé hasta tarde) no pude terminarlo. El domingo cuando estaba a punto de subirlo le di una releída rápida y no me gustó nada, entonces lo cambié muchísimo. Y bueno, hoy a la mañana cuando estaba por actualizar cambié muchos detalles y no llegaba.
Gracias por desperdiciar valiosos minutos de sus vidas en leer esto :).
Y aviso por las dudas, ya mismo me pongo a escribir!

Ya era hora [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora