- Aixa, despierta - dijo una voz ronca a poca distancia.
Comencé a sentir un molesto soplido demasiado cercano para mi gusto. En un principio pensé que se trataba únicamente del aire que exhalaba Jamie al respirar, pero luego noté que gran parte de lo que estaba siendo se trataba de humo, un humo con aroma demasiado conocido y adictivo para tratarse de cualquiera.
En cualquier otra circunstancia habría notado de que se trataba, pero al estar prácticamente casi dormida mi cerebro no reaccionó hasta después de que el rubio hubiese dado dos o tres caladas a su cigarrillo, - porque así es señores y señoras, mi querido amigo estaba fumando justo sobre mí.
Mi mano automáticamente se movió sola hacia sus labios, guiada únicamente por la necesidad de lo que se encontraba entre ellos.
- Ojalá se te perfore un pulmón - dije mientras soltaba el humo.
- Diría lo mismo, pero sinceramente no quiero que eso te suceda- comentó mientras me arrebataba el cigarrillo.
Sin saber como tomarme sus palabras actué de la manera más normal posible.
- T-i-e-r-n-o - comenté mientras le daba una pequeña palmada en la mejilla, me hubiese gustado que en cambio de ese delicado contacto hubiese sido una cachetada, pero eso ya sería demasiado.
- Ya lo se, suelen decírmelo seguido - presumió - y ahora despierta que se nos hace tarde para el instituto.
- Pero no quiero ir - me quejé cual niña pequeña.
- yo tampoco, pero la vida no es una fábrica de conseder deseos- comentó.
- No me cites a Augustus que esto se pone feo - lo amenacé.
Me incorporé lentamente, maldiciendo a cada ser humano del planeta por la mala posición en la que había dormido y lo mal que se sentía mi espalda. Teniendo una cama a solo un piso de distancia yo había escogido el sofá,razón por la cual me convertía en una completa idiota... aunque a decir verdad, ya lo era de por si sola.
Levanté mi mirada para encontrar la suya y solo una frase surcó mi cabeza "maldición, creo que me enamoré". Por alguna inexplicable razón mis mejillas se tornaron levemente rojas, algo que no me sucedía desde hacía muchísimo tiempo e incluso menos por una razón tan estúpida. Elevando mi ego hasta las nueves, a pesar que no me gustara darle mucha importancia, podía decir sinceramente que los candidatos con cuentos como ese no me faltaban. Y a pesar de que la técnica suene muy poco realista, la gran parte de las chicas "calienta pavas" suelen creerla. Digamos que combinar gran parte de chicas fáciles y chicos mujeriegos en el instituto no daba los mejores resultados, estos últimos con las ganas de llevarse a la cama a cualquier persona con unas buenas delanteras hicieron que se convirtiera en un círculo vicioso para las estudiantes femeninas, en el cual no hacían más que caer continuamente, esperando alguna vez ser la persona indicada y lograr que ese mal hábito pueda cambiarse sólo por ellas. Se que anteriormente dije que solo las zorras caían en sus juegos, pero también lo hacían las más santitas. Se tratade chicas muy maduras y responsables para su edad, que bajo la insistencia permanente y las ganas de encontrar a alguien que realmente las quiera terminar creyéndose esos engaños.
Ya puedo imaginarme lo que pensarán, y seguramente la gran parte coincidirá en que únicamente lo digo por mis malas experiencias amorosas - y puede que así sea. Sencillamente ya me cansé de fingir no saber nada e ignorar a todas aquellas que se la pasan llorando, quiero comenzar a marcar la diferencia, que ningún chico si quiera piense que puede con todas.
Por eso, por más que quisiera, se me hacía imposible creerle a mi mejor amigo.
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El timbré sonó, dando inicio a la primer clase, gimnasia.
Por primera vez en mucho tiempo me apresuré en llegar puntual, el sueño me había ganado la noche anterior, por lo que no había cenado, y con Jamie estábamos llegando tan tarde que ni siquiera tuve tiempo de llenar mi estómago con algo, por lo que correr sin siquiera tener rastros de comida en mi cuerpo no sería la mejor idea.
Me dirigí a los vestuarios y me cambié con el obligatorio y estúpido uniforme de porristas. Una vez lista me encaminé junta a Jenna hacia el cancha de fútbol americano, donde empezaríamos el previo calentamiento a la clase.
Todo parecía más tranquilo de lo normal y me encontraba casi segura de que algo malo se avecinaba. Y efectivamente así fue.
- Hoy no me encuentro de humor, por lo que las quiero ver correr cinco vueltas a la chanca - dijo la entrenado del club de handball, quien sustituía de ves en cuando a la nuestra - A excepción de Stromberg, Carter y Reeve, únicamente para ustedes serán seis - ¿Mencioné que me odia?
- Yo que usted la hago correr siete - gritó Matt.
- Vamos Stromberg, mueva esas piernas y corra siete - Lo imitó Brian.
- ¿Son idiotas o se hacen?, ¿Como siquiera se les ocurre pensar en hacerla correr siete vueltas? -me "defendió" Jamie- son muy pocas, mejor que sean ocho.
Un pitido interrumpió su discusión.
- Felicidades Stromberg, gracias a sus amigos se acaba de ganar nueve vueltas - sentenció y ante los gritos de felicidad de mis amigos agregó - ahora serán diez.
Comencé a correr para evitar ganar más vueltas, por suerte no se trataban de tantas y mi estado físico era bastante bueno. Durante las primeras tres les llevé ventaja por media cancha al resto de las porristas, intentando impresionar a la entrenado para que se apiadara de mi persona. A la quinta, cuando la gran mayoría disminuía muchísimo la velocidad ya que su recorrido estaba a punto de terminar me di cuenta de que mi plan era una estupidez, por lo que al igual que el resto casi terminé caminando.
- ¡Esto no es una caminata, Stromberg!- gritó furiosa la misma mujer que me había regalado ya varias veces en el día- súmese una más.
A la séptima vuelta fue cuando empezaron los problemas, hacía ya bastante tiempo que las piernas casi no me respondían y me ardía a horrores la garganta, por lo que agregar las pequeñas manchas negras que se hacían cada vez más presentes en mi vista no mejoró absolutamente nada. Durante un rato intenté restarle importancia, debido a que no se trataba de la primera vez que me ocurría. No fue hasta la novena vuelta cuando todo se fue a la mierda, estaba tan concentrada en intentar regular mi respiración que no noté el momento exacto cuando no pude ver nada más y comenzaron a oírse molestos pitidos en mis odios. Intenté seguir pero me fue imposible, me desmayé como toda una estúpida princesa de Disney.
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Una vez que las náuseas disminuyeron un poco decidí abrir los ojos -mala idea-. Muchísimos alumnos se encontraban a mi alrededor formando un círculo, evitando cualquier tipo de instrucción por parte de los profesores.
- ¡Si no van a ser de utilidad por lo menos no estorben!- gritó un furioso Jamie- Adam trae a la enfermera, Brian consíguele algo dulce, Tyler aleja a todos estos inservibles antes de que los mate, y tú Matt ayúdalo.
Me sentía realmente mal y confundida, notaba como todo el mundo reaccionaba de alguna manera- aunque me costaba horrores comprender por qué-,y se me hacia imposible moverme demasiado sin que el mareo regresara.
Nuevamente tarde, noté que alguien levantaba mis piernas a casi noventa grados. Con esa simple acción las manchas negras comenzaron a disminuir, al igual que las náuseas. En cualquier otro momento estaría pensando en que tendría que agradecerle a esa personas, pero se me estaba haciendo realmente difícil concentrarme en alguna idea. Mi cerebro solo soltaba palabras sueltas tales como: "pitidos", "desmayo" y "sed".
Casi luego de lo que pareció una eternidad Adam llegó con la bendita enfermera.
- Jamie, cárgala y sígueme - le ordenó.
- Yo puedo hacerlo - discutió Xavier.
- No molestes imbécil, este no es momento - lo calló el rubio mientras se agachaba a recogerme.
Me hubiese encantado ayudar en algo, pero lo único que podía hacer en ese momento era suplicarle a dios que no volviera a pasar.
- ¿Cómo te sientes?- me susurró Jamie a mitad de camino.
- Mal - hablé por primera vez después de la repentina caída - Me duele la cabeza.
- Eso es porque te pegaste un bonito golpe - bromeó.
- Con razón - contesté como pude.
Miré hacia el frente y lo único que nos separaba de la enfermería eran un par de escaleras y algunos metros, quise bajarme y subir por mi cuenta, puesto que no quería provocarle tanto esfuerzo, pero al notar mi intento por bajar me aferró aún más fuertemente a él. - Por alguna razón mis planes están fallando hoy -
- Ni se te ocurra - me amenazó y comenzó a subir los primeros escalones.
Por primera vez en lo que llevaba del día me agradecí no haber comido, puede que no hubiese mucha diferencia, pero creo que si no me habría sentido incluso peor que ahora con Jamie haciendo todo el trabajo por mi.
Me distraje por lo que quedaba del recorrido y antes de darme cuenta estaba recostada sobre una dura cama.
- Toma - me tendió un caramelo - cómelo, y por lo que puedo suponer será lo primero que comes en el día.
-Genial-, apenas lograba sentirme mejor y ya me estaban regañando, si hubiese querido que hacía fuera me habría quedado con la entrenadora. Es más, seguramente para el final del primer bloque ya me hubiese soltado algún insulto.
- Seguramente es lo primero que come desde su desayuno inexistente de ayer - se unió al regaño mi amigo.
- No es verdad - me defendí - ayer comí una manzana en el almuerzo.
Debería haber permanecido callada, y las miradas que me lanzaron me lo confirmaron, hay veces en las que es mejor no hablar.
- ¿Hay alguien que pueda venir a recogerte?- preguntó mientras garabateaba algo en una planilla.
- No - respondí pero por más que parezca, no de una manera cortante.
- Entonces tendrás que quedarte lo que queda de clases aquí - me informó - no quiero que esto te vuelva a pasar.
- No tengo ninguna problema - contesté intentado ocultar mi alegría.
- Nadie lo tendría - murmuró decepcionada.
- Veamos príncipe, iré por algo de comida para esta chica - le comentó a Jamie - te quedas a cargo.
- ¡si!, siempre fue mi sueño ser la máxima autoridad de una enfermería- dijo para hacerme reír, lo cual consiguió.
- No te pases - lo amenazó con fingido enojo María.
- Cuidadito que ahora soy yo el jefe - respondió justo cuando la mujer se encontraba saliendo por la puerta.
Como si de su casa se tratase se acostó junto a mi.
- No me cae bien Xavier - soltó como si fuese lo más normal del mundo.
- Lexi no es precisamente un encanto- comenté para molestarlo.
- ¿Alguna vez dije que lo fuera?- contraatacó.
- ¿Y por qué estás con ella entonces?- lo interrogué confusa.
- Una palabra, sexo mi querida amiga - contestó mientras llevaba sus brazos detrás de su cabeza, quedando en una pase que lo hacía parecer relajado.
- ¿Acaso yo no puedo estar con Xavier únicamente por esa misma razón?- comenté.
- Aixa, eres más pura que la virgen María - me comparó con humor - además, ya te dije que yo seré el primero.
La puerta se abrió y dejó ver a María con una bandeja absolutamente llena de comida. Lograba entender que no comía desde hacía unos días, pero ni siquiera el chico que se encontraba a mi lado podría comer tanto.
- Rubio te retiras, deja a la pobre chica en paz - soltó la enfermera.
Para sorpresa de ambas ni siquiera protestó, sólo se despidió y salió por donde había entrado.
Me quejé, insulté y protesté hasta que finalmente logré llegar a un acuerdo con María. Debía comerme únicamente la mitad, y a cambio ella me dejaría descansar por lo que quedaba del día.
Como si llevara el demonio dentro comí todo lo indicado, que como era de esperarse estaba demasiado delicioso para ser cierto. Una vez terminada mi primer tarea, y ya con el estómago a punto rebalsar, me dispuse a comenzar con la otra.
Di varias vueltas sobre la cama hasta que finalmente encontré una posición cómoda y caí en un profundo sueño.
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Me desperté exaltada, como que realmente hacia cada vez que mi hermano aparecía en uno de mis sueños. Para mi suerte esta vez se trató únicamente de recuerdos compartidos junto a él. Como cuando ambos caímos a la edad de seis y cinco años por las escaleras producto de nuestra torpeza, o la vez en la que fingió no conocerme frente a sus amigos. Bonitas momerías que ya no volverían a ocurrir.
- ¿Que hora es?- le pregunté a María mientras perezosamente me refregaba los ojos.
- Las 18:30, debería haberte despertado, pero lo cierto es que te veías tan tranquila que me dio pena hacerlo - contestó algo arrepentida.
- Mierda - dije ganándome una mirada de reproche por su parte - lo siento, debo irme.
Dicho esto salí corriendo hacia mi casa, puesto que la persona que se encontraba dentro no toleraba para nada la impuntualidad.
Pasé por delante de autos ganándome insulto por parte de los conductores, me tropecé varias veces y le tiré por accidente el café a un señor en su ropa, todo eso únicamente por llegar lo antes posible.
Mis esfuerzos por apaciguar su furia fueron en vano, y lo primero que sentí al cruzar la puerto logró confirmármelo del todo, me había golpeado como tan frecuente se había vuelto en él.
- ¡SE PUEDE SABER EN DONDE ESTABAS!- gritó asustándome aún más de lo que ya estaba.
- Lo siento - comenté demasiado bajo por miedo a enfurecerlo aún más - me quedé dormida y cuando desperté ya era tarde.
Avanzó hasta mi y cerró de un portazo la puerta.
Un sudor seco recorría mi cuerpo y tuve que controlarme a horrores por no comenzar a templar. El hombre que se encontraba frente a mi era el causante de todo.
- ¿Te quedaste dormida en la escuela?- jaló de mi cabello.
- No, no, lo juro - casi grité presa del dolor - por favor sueltame.
- Soy tu padre así que hago lo que se me antojo niñita estúpida - me informó mientras mi arrojaba hacia el piso - ¿dónde esta mi dinero?
- En la cocina - dije mientras me hacia una bolita.
- Pues ve a buscarlo - respondió mientras me levantaba fuertemente por el brazo.
Sin siquiera con ganas de hablar me dirigí en silencio hacia el segundo cajón junto al refrigerador y saqué el dinero que había ahorrado desde principios de verano.
- Por lo menos sirves para algo - murmuró - ahora ven y despídete de tu padre.
El miedo se adueñó de mi cuerpo e inconscientemente no puede moverme de donde estaba.
Con un único movimiento golpeó mi ojo con su puño logrando derribarme.
- Hasta dentro de unos meses - se despidió.Hola!, bueno, Wherearethetips me nominó a hacer el tag de 20 cosas sobre mi, así que ojalá no les aburra mucho :).
1) Por más estúpido que suene le tengo muchísimo miedo a los payasos ( me acuerdo de la ves que me reí de una amiga porque les temía ... Que chica tan sabía que era)
2) De chiquita hice muchas boludeces, como por ejemplo: Agarrar un cactus con ambas manos, pasarme la maquinista para afeitar por la lengua (muy fea experiencia), darle un cabezazo al vidrio del auto, etc.
3) El primer libro que leí fue crepúsculo, y a partir de entonces agarré el amor por la lectura.
4) Tengo una obsesión por los noventa 💙, tanto por películas como por la ropa❤.
5) Se me hace imposible estar peleada con alguien por más de unas horas, simplemente me siento mal y lo término perdonando o pidiendo perdón.
6) Soy la cosa más tímida que existe!.
7) si fuese por mi ya tendría expansores💜, piercings💙 y tatuajes 💚. La razón que me lo impide? Mis viejos (mis papás).
8) Mi sueño es viajar a Estados Unidos ( yankinlandia).
9) Prácticamente odio casi todas las comidas, algo que me jode pero que no puedo cambiar.
10) Tengo una hermana melliza ( Lena, si lees esto te quiero decir que me caes mal :3)
11) Amo la música que todo el mundo considera "corta venas" ❤ ( si alguien me quiere recomendar alguna banda o cantante yo estaría agradecida).
12) Me cuesta muchísimo dormirme, por lo que siempre me término acostando bastante tarde.
13) Desde que tengo cinco años que mi color favorito es el negro 💙.
14) Amo con mi vida el número 3, es más, creo que es el único que me gusta.
15)Empecé a escribir después de haber leído muchísimas historias en Wattpad donde las protagonista siempre eran igual: Histéricas, tímidas y extremadamente monjas. Mi idea siempre era que Aixa fuese todo lo contrario, que le callera bien a las personas que leían. Y me alegró muchísimo cuando me enteré que era una de las pocas protagonistas femeninas que les gustaba a algunas lectoras.
16) No hay nada que me aburra más que ver películas. Nunca puedo terminarlas, me arto y las dejo de ver. Por eso detesto tanto ir al cine, porque ya pagué la entrada, no la puedo no ver.
17) Amo las margaritas, y ahora que hay hasta zapatillas con dibujos de ellas yo no puedo ser más feliz.
18) Es ley mía acompañar siempre las polleras (sobre todo si son tuvo) con zapatillas.
19) Una de mis bandas favoritas (Emblem3) me sigue en Twitter :3
20) Soy de Argentina 🔵🔵⚪🌞⚪🔵🔵.
Nomino a:
Chimuela_
Franstyleslove
Pochii_juli
Male_salguero
Jaylene_BD
NataliaGodoy
Livship
Mechu82
Vanes_255
Catafernan
Seguramente me faltó nominar a algunas personas que también son tan potras como estas, pero si no me ocuparía demasiado :).
Gracias de nuevo por desperdiciar valiosos minutos de sus vidas en leer esto :3.

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Ya era hora [Editando]
RomanceEn cuanto a apariencias aixa es el prototipo ideal creado por la sociedad, en cuanto a actitud... Todo lo contrario. Su cabello Rubio compensa la cantidad de alcohol que toma, sus ojos azules , los insultos que salen frecuentemente de su boca, su de...