Ya era hora [Editando]

Las historias

Me quede observándolo unos minutos, podría decirse que sin siquiera parpadear. Hacía ya mucho tiempo que no lo veía en ese estado, Jamie era completamente capaz de meterse en una pelea y salir ileso, por lo que encontrarlo con esos golpes me indicaba que no se había enfrentado a ningún inofensivo estudiante de secundaria, sino,más bien, a alguien más peligroso y letal.

- ¿Con quien fue esta vez? - pregunté con voz tranquila.

- Aixa no estoy de humor, te recomendaría que no me hagas preguntas en este momento - dijo algo irritado.

Me tomé unos minutos para responder, contando del 1 al 10 mentalmente para no insultarlo.

- Yo tampoco lo estoy, así que te recomendaría que me respondas en este maldito momento - dije clavándome las unas en las palmas de las manos.

- ¿No quieres venir?, bueno entonces me iré sólo - respondió mientras se encaminaba hacia su coche.

- Maldito bipolar - murmuré de mal humor mientras lo seguía.

- Mira quien lo dice - contestó.

- Maldita sea, Jamie, no soy yo la que primero está de lo más tierna y empalagosa para después volverme una idiota, y viceversa.

- ¿Tierno y empalagoso?,sólo intento cuidarte de todos los estúpidos que quieren acostarse contigo, ¿acaso está mal?.

- No es sólo eso, primero estas molesto con el mundo por que un chico me llamó zorra, luego estas besándote con cualquier chica que te pase por enfrente ... - comencé para luego ser interrumpida.

- ... ¿Eso era?, ¿Estas molesta por que besé a Bianca?, si sirve de algo no significó nada para mí, ya sabes que siempre estoy detrás de las fáciles.

- Entonces ¿todos las chicas con las que te acostaste o besaste son sólo unas "fáciles" para ti?- pregunté algo dolida.

- Absolutamente todos.

Me paré en seco, intentando asimilar sus palabras. Puede que algunas chicas y chicos me llamarán zorra, pero Jamie nunca lo había hecho, y eso que a veces tubo sus razones.

- Vete a la mierda - dije mientras me alegaba de el, intentando salir lo más rápido posible de esa prisión.

Sentí como un brazo me sujetaba, impidiéndome seguir con mi camino.

- Entendiste mal, no me refería a ti, nuestro beso fue sólo en un juego.

- ¿ Cuan borracho estabas cuando me besaste ? - pregunté cortante.

- Hasta ese momento nada, comencé a tomar luego del juego.

- No me refería a ese beso.

Ahora fue el quien pareció sorprendido.

- No, tu y yo no, no ... - tartamudeó.

- ... Tranquilo, si fue tan malo olvídalo, ¡cierto!, no te acuerdas - lo corté.

Sin esperar una respuesta por su parte comencé a caminar hacia mi casa. Por primera vez en años iba a romper una tradición que me había hecho de lo más feliz sólo por un estúpido beso, eso no estaba bien.

Una vez que llegué lo primero que hice fue tumbarme en el enorme sillón café de la sala, puesto que si iba a la cocina terminaría comiendo algo que al poco tiempo devolvería. Se podría decir que esa era una de las formas de "castigarme" por ser tan estúpida, puede que resultara algo rara pero era muy efectiva.

Prendí el televisor y, para mi mala suerte todos los programas me resultaban aburridos, por lo que decidí ver unos aburridos dibujos animados.

Como era de esperarse al cabo de unos minutos fui vencida por el sueño.