12. La noche promete.

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—Joder! —jadeaba y comenzaba a excitarse tan solo de ver a la rubia entre sus piernas mirándola fijamente.

Comenzo a lamer lentamente el centro húmedo, succionando y mordisqueando el clítoris de la castaña. Dirigio su mano hacia la entrada e introducio dos dedos haciéndola gemir, comenzo a sacar y a meter ambos dedos mientras lamia y mordisqueaba su clítoris cada vez más rápido. Jennie en un impulso tomo a Lisa por los cabellos con ambas manos incitándola más a seguir.

—Ah... ¡Dios! ¡M-más!... — gemía Jennie por la experta lengua y expertos dedos de la rubia.

La rubia aumentaba aún más la velocidad. —Joder! Lisa e-estoy cerca… — bastaron solo diez segundos más para que Jennie llegara a su primer orgasmo de la noche.

Lisa se arrodillo entre sus piernas mirándola fijamente mientras la castaña se recuperaba del orgasmo con una mano sobre su propio pecho.

—Ya estás lista para mi… —dijo la rubia con una voz ronca que hizo erizar a una casi recuperada Jennie.
 
La rubia se levantó para tomar uno de los condones de la caja, la castaña seguía todos sus movimientos, la rubia bajo completamente su boxer liberando su gran erección para colocarse el preservativo.

—Mierda! —murmuro la castaña al ver el tamaño de su pene, la rubia logro escucharla y la miro con una sonrisa lasciva.

Lisa se volvió a colocar entre las piernas de la castaña, recostó una de sus manos a lado de la cabeza de la castaña inclinándose hacia esta, mientras con la otra sostenía su miembro y acariciaba la punta con el centro de la castaña torturándola hasta que lograra lo que quería.

—Joder… ah… Lisa hazlo ya!… —y ahí estaba lo que esperaba Lisa.

Comenzó a entrar lentamente, sabía que por su tamaño podría lastimar a la castaña.

—L-lisa… espera… —dijo como pudo. La rubia se detuvo.

—T-te hice daño? —

—Solo que… es... es muy grande —

—Jen solo relájate, déjate llevar no te tenses, por favor… —pidió— Ya no aguanto más… d-déjame entrar… está muy duro… y duele… —suplico.

Jennie deposito un beso tierno en la rubia y la alentó a que siguiera. Finalmente logro entrar completamente quedando estática para que la castaña se aclimatara a la invasiva y abrumadora sensación de tenerla dentro de ella, se sentía completamente llena por dentro, la rubia daba pequeños besos en su rostro.

—Puedes moverte… —autorizo la castaña.

Lisa comenzó a moverse despacio poco a poco aumentaba las embestidas. —M-más rápido… — pedía la castaña mientras arañaba la espalda de la rubia.

En un ágil movimiento Lisa tomo la pierna derecha de la castaña, y la sostuvo abrazándolo contra su propio pecho con su mano izquierda, y la otra la colocaba a un costado del rostro de la castaña, para apoyarse y así levantar sus rodillas levemente para dar embestidas más rápidas, secas y profundas. Cada embestidita eran más profunda y seca.

—Joder!... ah… ya estoy… apunto Lisa…—

—S-solo… un p-poco más… —la rubia dio un par de embestidas más hasta que ambas llegaron al orgasmo, Jennie lo hizo primero, unas dos embestidas más y la siguió Lisa.

La rubia soltó lentamente la pierna de la castaña y comenzó a besar sus labios para ahogar un poco los jadeos de esta y tratar de calmar los espasmos de los orgasmos. Lisa salió lentamente de la castaña y se levantó, saco el preservativo de su miembro, lo tiro a un pequeño pote de basura y agarro otro preservativo.

—Q-que haces? —pregunto Jennie entre jadeos aun recuperándose desu segundo orgasmo.

—No puedo usar el mismo… —contesto con lógica —Todavía sigue… todavía esta duro… —

Al parecer Jennie aun no es tu hora de descanso porque para Lisa la noche de amor y sexo no terminaba aún.

Al día siguiente

Sur Corea – Seúl

"Renovarse es tan difícil como nacer. Se requiere de resistencia para poder cambiar lo que somos y dejar atrás lo que ya no queremos ser"

Oficina Kang

—Hola querida amiga… —entraba por la puerta de la oficina, Jihyo con una gran sonrisa. —Como estas? —

—Wao… Park que sorpresa y agradable sonrisa la que traes… —hablo una seulgi totalmente sorprendida — Tiene esto algo que ver con lo que me contaste sobre… —

—Shh… —interrumpió Jihyo mirando a todos lados —Te podrían escuchar. —

—Si, si, Jihyo te recuerdo que estamos en mi oficina, nadie tiene por qué estar escuchando. —dijo Seulgi rodando los ojos.

—Pues nunca se sabe y recuerda, si caigo yo, tú también caes. —le dio una sonrisa malvada a Seulgi.

—Está bien, está bien Jihyo estas en lo cierto. —dijo entre risitas.

Oficina Myoui

—Ah… a-ahí… joder! ¡Si! —

—V-vamos Mina córrete para mí —

—C-chaeyoung! M-mas ya casi…  — gemía agarrándose lo más fuerte que podía, estaba sobre su escritorio con una mano recostada sobre este y la otra mano con los dedos enredados en el cabello de la baja incitándola aún más para que siguiera penetrándola y practicándole el sexo oral que la estába haciendo perder el control.

—Vamos hazlo —Chaeyoung se encontraba entre las piernas de mina lamiendo, succionando y mordisqueando el clítoris mientras que con dos de sus dedos masturbaban y penetraban a la japonesa.

—C-chaeyoung!… — fue lo último que dijo al llegar al esperado orgasmo.

Chaeyoung se incorporó y abrazo a Mina para que esta poco a poco se recuperara del recién orgasmo, la japonesa descanso su cabeza sobre el hombro de la baja sintiendo aun pequeños espasmos.

Ya casi recuperada aun sobre el escritorio recibe una llamada del intercomunicador.

—Señorita Myoui tiene una visita… Es el joven Kim —

—S-sí, dame cinco minutos — Mina respondió como pudo.

Ya listas y con sus vestimentas acomodadas, Myoui autorizo la entrada del joven.

—Holaa… oh… Chae mi tigrecito estas aquí, como estas? — saluda el rubio notando la presencia de la baja.

—Hola chico rubio —saluda la baja— Solo venía a visitarla un rato, ella ha estado un poco estresada… ya sabes… aún no se sabe mucho sobre Jennie. —

—Mmm si… —dijo el rubio con un semblante triste —Por eso venía a buscarla para salir a almorzar y hablar sobre eso… Vas con nosotros? Se que también has estado al tanto de Jen... —le pregunto a la baja.

—No… lo siento, tengo un compromiso. —se disculpó Chaeyoung— Nos vemos. —se despidió de Mina con un beso en la mejilla y de E’dawn con un ademan de despedida con su mano saliendo de la oficina.

—Nos vamos mi pingüinito? —pregunto el chico. —Tenemos muchas cosas que hablar sobre Jen, y sobre otro tema también importante. —le sonríe. Mina asiente mientras toma su bolso para luego salir ambos salen del edificio.

Dos días después

Tailandia


—Chicas… —

—Dime Jisoo que… que pasa? —pregunto la rubia.

—¡Lisa! ¡Ya es momento! ¡Ya dieron señal de su primer movimiento! —anuncio Jisoo.

Aquellos ojos felinos / Jenlisa g!pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora