8. El reto.

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—Yo lo haré —todos miraron a la persona dueña de aquellas palabras.

Después de asimilar un poco lo que estaba pasando, todos miraron a Jennie.

—Pero tu no… —atino a hablar Sana.

—Si, si voy a… voy a hacerlo—

—Está bien cariño. —hablo Jin— Pero Liz primero dinos porque lo vas a hacer? —

—Es… yo… debo hacerlo… yo perdí y no… y no e tenido el… castigo… el reto, yo debo hacer el reto —dijo finalmente, quitándose la sudadera quedando en un top deportivo.

Jennie había quedado atontada, si debido a la repentina decisión de la rubia todos lo estaban, pero a ella le sumaba algo más, aquel cuerpo marcado de la rubia. Miro tan detalladamente el torso de la rubia que pudo notar los cuadritos muy bien marcados, unos pocos pequeñísimos bellos debajo del ombligo que casi no se notaban, una v muy bien marcada en su abdomen bajo y hasta logro notar una pequeña cicatriz que salía de una orilla del ¿bóxer?. Jennie salió de su trance en ese momento en el que vio a Lisa atinar a desabrochar su pantalón.

—Espera! — dijo Jennie casi corriendo hacia la rubia.

Todos se limitaban nada más a mirar, sabían que algo tenia que ver Jennie con esto y al parecer ella también.

Sin decir mas nada Jennie tomo la sudadera del suelo y tomo la mano de Lisa llevándola hacia adentro de la casa. Se dirigieron hacia la cocina.

—¿Qué se supone que ibas a hacer? Manoban — pregunto la castaña apenas entraron a la cocina.

—El reto—con la cabeza agachada dijo sin más, como si no fuera obvio.

Jennie suspiro —Pero por qué? ¡Si te dije que no tenías que hacerlo! — Y ahí estaba la rubia de nuevo llevándole la contraria.

—Si tenía —respondió aun con la cabeza agachada.

Jennie volvió a suspirar esta vez calmándose. —Manoban, mírame… —volvió la voy suave de Jennie. Jennie con una mano tomo delicadamente el mentón de la rubia para que la mirara. — porque lo ibas a hacer? —

—Dijiste que no… yo… que yo no debería hacerlo… —dijo mirando los ojos gatunos de la castaña, tratando de no perderse en ellos. — Porque ya era castigo suficiente para mi… tu… eh… dormir en el mismo dormitorio tu… y… yo. —finalizo volviendo a agachar la cabeza.

—Manoban, y entonces, cuéntame… —Jennie quería respuestas.

—No… no es cierto. Bueno quizás... —sacudió su cabeza sacando esos pensamientos, no era momento. —Para mí… no es castigo estar… con… estar cerca de ti. —la castaña iba a hacer otra pregunta, pero Lisa hablo nuevamente — Me gusta estar cerca de ti, me gusta ser yo quien te proteja, pero… —

—Pero? —pregunto la castaña aun mas cerca de la rubia. Esta no respondía y solo negaba con la cabeza. — Lisa… —ya no era Manoban, y eso capto la atención de la rubia, quien la miro fijamente a los ojos.

—Tengo miedo de acostumbrarme a ti!... de... de quererte siempre conmigo! — soltó la rubia cerrando sus ojos y agachando la mirada.

Jennie dejo caer la sudadera de Lisa que aun cargaba en su mano, y en un impulso se abalanzó sobre la rubia, su cuerpo parecía haber actuado por si solo, por su propia cuenta, y unió sus labios. No había movimiento en el beso, solo eran sus labios unidos. Pero esa simple unión en sus labios era el principio de su historia, era el que terminaba de despertar poco a poco esos sentimientos que ambas ocultaban.

Aquellos ojos felinos / Jenlisa g!pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora