16. El plan.

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Disclaimer: AMOLAD pertenece a TheSnipster.

No lo dejaría así, Timothy entró a su mansión, haciendo que las puertas al azotarse cimbraran a los ventanales, estaba increíblemente enojado, no había asco en las acciones de Des, cuando el moreno tomó sus labios, no se encorvo o mostro una mueca de dolor, ¿Desde hace cuanto lo habría estado engañando? Aun así Des no podría darle a Leo lo que más querían los alfas de un omega, ¿O sí? Encontraría la razón tras ese bien maquillado negocio que habían hecho esos dos, sólo debía mover bien los hilos y tendría al Omega de rodillas. Su plan estaba tan frustrado, pero la perseverancia del beta es lo que lo hace fuerte y peligroso. Sonrió ladino, mientras sus pozos azules se ensombrecían, los alfas son sacos de hormonas, sensibles y precipitadas, un desliz, y se colaría en la pureza del amor que decía profesar Spindler, después de todo su padre había sido fácil de hacer sucumbir, el moreno también lo haría.

Vanya irrumpió en su residencia furiosa, azotando las puertas, con el ruido de sus tacones sobre el mármol cimbrando, no recorrió demasiado cuando se encontró con su esposo, el cual perdía su mirada en el liquido que consumía —Estoy segura de que te hubiese gustado asistir al compromiso de él.—Le habló mientras, los ojos azules de aquél la miraban confundidos, tal vez por estar acabando con aquella vieja botella de vodka.—Son suyas, las empresas ¿No sientes curiosidad? ¿Cómo lo consiguió......? —Pregunto sardónica con una mezcla de ira y felicidad inquietante.

—Él le puso su marca, es obvio que actuaría a su conveniencia—Murmuro ido aquél hombre, mientras se serbia otro trago.—Tanto tiempo cuidándolo para que alguien más te lo arrebate...—balbuceaba entorpecida mente.

Los alfas son realmente frágiles, su fuerza es su máscara, intentando sobresalir y al hacerlo se sienten dichosos, sin embargo cuando han caído y sus trofeos no son nada, su estatus no vale, y su cuerpo es viejo y débil, se sumergen en la autocompasión y reflexionan, cayendo en su pozo de mediocridad.

Vanya escuchó ese carraspeo de su esposo "El le puso su marca" eso no era cierto, pero Adam no lo sabía Y ¿sí era verdad? Y sí la marca que portaba Des desde su infancia fuera de Leo, qué secretos tenía su hermano con su hijo, que había pasado con eso dos, nunca había tenido la necesidad de indagar acerca de aquella, pero ahora todo parecía tan extraño, llegaría al fondo de ello y llevaría a Des a la ruina. Lo haría caer de su pedestal, entre más alto vas más fuerte caes.

Los días se volvieron meses, y los meses se volvieron años, la convivencia con Spindler era amena, la insistencia de Leo, lo llevo a volverse algo imprescindible al lado de Aeva, ya fuera que estuviera viendo su jardín, o estuviera en un guerra de territorio, Leo era el acompañante y vigila de Des, interponiendo su propio cuerpo para que el alto no saliera herido.

Comenzó con visitas prolongadas y en horarios fuera de la hora acordada, riendo en la carretera y tomando la delantera para sobrepasarlo y girar en su dirección entusiasmado, salidas en la madrugada perdiéndose en el puerto, robándose besos discretos en la orilla del lago y jugarretas de niños en la intimidad, miradas feroces y golpes certeros con la pandilla, sonrisas ladinas y mentes frías en la corporación. Eran una combinación perfecta, y fatal.

—Te dije que podía con ellos,—Regaño Des, mientras limpiaba el rostro de Spindler—No hacía falta que metieras la cara, ¡Imbécil!— lo insultó, al pensar que aquel pardo moretón se vería en la junta que tenían el día de mañana en la corporación.

—Perdón... —Respondió cabizbajo el moreno, mientras sus brillantes ojos se opacaban.

Des resoplo frustrado, no quería hacerlo sentir mal, por lo menos no tanto —Creo que debería decir, gracias.—Murmuro, con una ligera sonrisa.

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