15. redes y arañas.

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Disclaimer AMOLAD pertenece a TheSnipster.


"Lo digo porque yo la vi antes" pensó, mientras volvía a tomar de su copa.

Podría contestarle aquello a Des, después de todo su interés residía en aquel día que lo vio con Tedd, podría revivir el recuerdo con claridad las veces que fuera necesario, el pequeño Omega cayendo bajo la red del mayor, estirando el cuello y abrazándolo con sus delgados brazos temblorosos, la blanca piel nunca vista por otros, expuesta y coloreada de rubor por donde aquél lo tocará, los grandes ojos ámbar, brillando como orbes de oro cubiertos por diminutos diamantes. La tenue luz que se colaba por las cortinas de la biblioteca, rebotaba sobre la piel de porcelana, haciéndola brillar, incitándolo a la lujuria, y aun así, aunque aquél niño fuera la imagen pura del pecado, había tanta inocencia desbordante en sus espasmos constantes, en sus temblorosos dedos y en el titubear de sus labios.

Desde ese día vivía embebiéndose en la imagen de Aeva, de su exquisita anatomía y sus ojos llorosos. Deseaba y Quería aquél rostro doblado por el dolor y la sumisión, entregándose completamente a él, ser el causante de sus jadeos y sonrojos, haciendo a su cuerpo reaccionar aunque no fuera quien lo había marcado, tener el poder de su cuerpo y en algún momento de su mente.

Por supuesto, que él sabía que no tenía alguna oportunidad con el Omega, pero se alegro al saber que nadie la tenía realmente, había usado la información que obtuvo aquél día para chantajear al viejo Tedd, para que dejara la fortuna a su nombre, y pasar a ser el heredero beta, el anciano no tuvo oportunidades, la conciencia del viejo pesaba demasiado, más cuando el veneno se mantuvo latente gracias a él, sembrando el odio y repulsión por su persona, juzgando a sus actos barbáricos y empequeñeciendo al Alfa, la edad y la inestable mente de su padre lo llevo a crisis de depresión, que él como buen hijo encubrió. Lo aisló de todos los que lo admiraban, lo hizo lucir como un demente en las juntas, y lo volvió un objeto más en la mansión.

Aunque hubiese juzgado a Tedd, entendía sus motivos, porqué ¿Quién no quisiera poner a sus hijos en el vientre de Aeva? De cierta forma estaba feliz de que Tedd hubiese desaparecido, no le importaba que hubiese sido secuestrado, o asesinado, más bien, estaba furioso contra la persona que había logrado pasar su seguridad, esa que él había puesto para aislar el anciano de los demás. No entendía como lo habían hecho y eso lo mantenía frustrado.

Además se hallaba sumamente furioso con Aeva y su Alfa, nunca pensó en chantajear al menor con su marca, en primer lugar porque no se había presentado la oportunidad, el collar de Aeva siempre posaba sobre su cuello, imposibilitándole ese chance. Demandar para que le mostrara que había debajo lo haría lucir tan mal en la sociedad, Y la otra, era porque no le molestaba, ya que esa marca era el porqué Des podía ser suyo y no de algún Alfa.

Porque ningún Alfa tomaría a Des con una cicatriz de otro en su cuello, era una fortuna que él no fuera uno, y que le diera igual cicatriz o no. Llegaría el momento en que el menor se descuidaría y su cuello saldría a la luz, y él como buen faro en el mar lo atraería a él, lo tendría balanceándose entre sus manos, rogando por su afecto aunque su cuerpo se negara.

Nunca ser Beta le había dado tantas ventajas, lo único que necesitaba era tiempo. O eso creyó, hasta que ese periódico salió con el titular de: "La marca de Aeva" y la foto de Spindler con él, inmediatamente supo que algo andaba mal, y más que seguir pensando en qué, la ira lo cegó, no podía creer que Des se hubiese rebajado a pasar a un segundo Alfa, espero su invitación pero no llego, uso todas sus artimañas y contactos con Vanya para descubrir la verdad, pero no pudo hallarla. Cuando el menor bajo sin Spindler una vez más se creyó con la victoria, hasta que el moreno lo alcanzó...

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