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Lee Jihoon, su pequeño hermano, Lee Chan, el Sr. Lee y la Sra. Lee son una familia amable, con padres amorosos e hijos bien educados, la familia perfecta. Llegaron a mudarse desde Busan por unos negocios que tenía el Sr. Lee.

Jihoon estaba emocionado pues no podía esperar a conocer a sus vecinos y hacer nuevos amigos, no importaba en donde se encontrara, Jihoon siempre trataría de conocer a alguien más, pero no siempre sale como espera, su apariencia era fría y seria, lo cual hacía que mucha gente decidiera alejarse de él. Mientras el camión de mudanza hacía lo suyo, Jihoon decidió explorar un poco con la mirada, encontrándose de paso a un chico alto, de buena figura y ojos pequeños.

—Buenos días.— Jihoon se acercó al chico, extendiendo su brazo para saludarlo.—Soy Lee Jihoon, su nuevo vecino.

El rubio le dedicó una sonrisa amable, esperando a que el otro la correspondiera, a cambio, el chico alto solo lo barrió con la mirada.

—Kwon Soonyoung.— dicho esto, el chico se fue, entrando a la casa, dejando a Jihoon confundido y con la mano al aire.

Lo que la familia Lee no sabía, era que la casa en la que se estaban metiendo ha estado abandonada por tres años, ¿la razón? La calle en donde vivirían era un poco peligrosa. Nadie pasaba por ahí, nadie caminaba cerca de ahí, nadie.

Chan jaló el suéter de Jihoon, llamando su atención y arrastrándolo al jardín, una vez ahí, el pequeño solo se dejó caer en el pasto, sentándose mientras abrazaba sus rodillas, indicándole a Jihoon que se sentara junto a él.

Los padres de Jihoon se dirigieron a la cocina, viendo que poner en qué lugar, cómo acomodarían las habitaciones y esperando por los muebles.

Jihoon dirigió la mirada hacia la casa de al lado, justo donde se había metido Soonyoung antes, justo de donde estaba saliendo ahora mismo.

Jihoon reaccionó, parándose de inmediato para acercarse nuevamente, pero el pelinegro lo ignoró, llevaba una chaqueta negra con pantalones de mezclilla. Llegó a un juntarse con unos chicos que estaban ahí, Jihoon supuso que eran sus amigos así que decidió acercarse.

—Hola, soy Jihoon, soy nuevo en el vecindario, apenas me mudé.

Cada uno de los chicos voltearon, excepto Soonyoung.

—Carne fresca, me gusta.— dijo un chico alto y delgado mientras sonreía de lado.

—No lo asustes, animal.— otro chico alto se metió a la conversación.—Él es Wonwoo, yo soy Jun.

Jihoon pensó un momento, no parecía que acercarse fuera una mala idea, pero ahora, si que lo era. Había cinco chicos en total; Soonyoung, Wonwoo, Jun y otros dos con nombre desconocido.

—Es un placer conocerlos a todos, pero ahora, ya es algo tarde.— la voz de Jihoon se escuchaba nerviosa.—Tal vez deba irme ya.

—No no no no.— otro chico se acercó a Jihoon, abrazándolo por los hombros.—La noche es larga, quédate. Por cierto, lamento no haberme presentado, mi nombre es Mingyu.

Jihoon estaba sudando, el sol se escondía y eso hacía que Jihoon tuviera aún más miedo, ninguno de ellos tenía buena pinta, ni siquiera Soonyoung.

El rubio trató de soltarse pero le fue inútil, Mingyu era demasiado fuerte. Cerró los ojos con fuerza esperando a que el agarre fuera más flojo, y así pasó, Soonyoung tomó el hombro de Mingyu, haciendo que perdiera un poco de fuerza.

Jihoon aprovechó la oportunidad para alejarse del alto, pero no se podía ir sin despedirse, era maleducado, así que solo esperó al lado de Jun, viendo a Soonyoung.

—Largo.— habló el pelinegro mientras soltaba a Mingyu.

Jihoon se alejó lentamente mientras movía su mano en forma de despedida. Al regresar a su casa, cerró la puerta rápida y fuertemente, si quería salir y regresar vivo a su casa, debería tener mucho cuidado.

K I N D - (•SoonHoon•)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora