K I N D - (•SoonHoon•)

XX

—Ese enano jamás aparecerá.— Minghao se recargó en el hombro de Jun.

—No podemos irnos, le prometimos a Soonyoung que lo esperaríamos.

—Te dije que no era buena idea saltarse las dos ultimas clases.

Segundos, minutos, horas pasaron hasta que vieron al rubio salir, buscaba a alguien, y ambos chinos sabían perfectamente a quien, lamentablemente, ese alguien no estaba cerca. Jun comenzó a acercarse a Jihoon, pero cuando el menor lo vió salió corriendo en dirección a su casa, dejando a ambos chicos mirando confundidos.

El rubio llegó segundos después a su hogar, antes de entrar, se recargó en sus rodillas, respirando agitadamente.

A lo lejos logró escuchar unos pasos, levantó la vista para ver a ese alguien a quien esperaba segundos atrás.

—¡Soonyoung!

—Aléjate, ¿donde están los dos chinos?

Jihoon se puso nervioso al escuchar eso.

—¿J-Jun y Minghao? Y-yo... digamos que los dejé en la escuela.

Soonyoung dejó salir un suspiro. Comenzó a dirigirse a su casa.

—Como sea, solo no vuelvas solo de nuevo.

—¡Espera!— el pelinegro giró y lo miró—Salgamos, quiero que salgamos, por favor.— Jihoon sonrió.

Soonyoung de quedó en silencio por un momento, ¿salir?

—No, vete.

—Pero quiero que salgamos, vamos.— Jihoon se acercó al mayor tomándolo suavemente del brazo, el pelinegro jamás lo alejó.—Por favor...

—Te dije que no, lárgate.— Jihoon ignoró todo lo que decía el mayor, no soltaba el brazo de Soonyoung, comenzando a abrazarlo.—J-Jihoon, vete.

—Por favor.— el rubio había comenzado a llorar levemente.

El silencio los atrapó, de un momento a otro, Soonyoung giró bruscamente, mirando a Jihoon. El menor tenía los ojos cerrados, la cabeza agachada y sostenía con fuerza el brazo de Soonyoung, negándose a soltarlo.

A este punto, el pelinegro estaba completamente molesto, quería alejarse de Jihoon, más bien, quería que Jihoon se alejara.

El pelinegro subió su brazo, haciendo de su mano un puño, ¿De verdad golpearía a Jihoon?

Soonyoung bajó rápidamente su brazo, miró a Jihoon al rostro, el menor limpiaba sus lágrimas, logró ver los llorosos ojos del menor, antes de que su mano tocara el rostro de Jihoon, se detuvo, alejándose.

—¿Por qué? ¿Por qué nunca haces lo que te digo?

—¿D-de que estás hablando?— el menor lo miró.

—¿Que no ves que lo único que quiero hacer es protegerte? ¡Me preocupas, Jihoon!

El rubio comenzó a acercarse aún más a Soonyoung. Quería abrazarlo, eso hacen los amigos cuando lloran, ¿no?

—¿Soonyoung?— esto era malo. El pelinegro giró rápidamente para ver a su padre.—¿Que está pasando aquí?— el hombre vió a Jihoon, temblando.—Soonyoung, metete a la casa, hablaré con tu amigo un poco.

El menor se quedó en silencio.

Soonyoung se metió a su casa.

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Esto es raro.