K I N D - (•SoonHoon•)

XI

Jihoon mantenía la mirada baja hasta que escuchó los pasos rápidos y la respiración agitada de alguien llegando a su dirección. Miró detenidamente a Soonyoung, sudando, obviamente cansado.

El pelinegro se incorporó inmediatamente, mirando con rostro serio al menor.

—Vámonos.

Jihoon sonrió, había tardado pero por lo menos al final fue, si Jihoon decía que obviamente esperaba por que el mayor llegara por él, estaría mintiendo.

—¿Desde donde vienes? Te ves cansado.— ambos chicos comenzaron a caminar.

—Cállate, no te importa.

—Pero quiero saber.

Soonyoung desvió la mirada.

—¿Recuerdas las canchas? Desde ahí.— Jihoon lo miró sorprendido.

—¿Vienes desde allá abajo? La subida está muy empinada y aún así llegaste hasta acá.— Jihoon sonrió.—Gracias, Soonyoung.

Llegaron a la casa del menor en poco tiempo, el pelinegro se acercó a la puerta.

—Metete, ya.

—¿Tú a dónde iras?— el rubio tomó con fuerza los tirantes de su mochila.—¿No te quedarás en tu casa?

—No, bajaré de nuevo, los demás me están esperando y... ¿Por qué te estoy contando eso? Me voy.

Jihoon se alarmó, no quería que el mayor se fuera, quería ir con él.

—¿Regresarás a las canchas? Iré contigo.— Soonyoung se detuvo.

—No, tú te quedas.

—Pero quiero ir.— Jihoon hizo un puchero, haciendo que el pelinegro lo mirara detenidamente.

—De acuerdo, solo... aléjate de Wonwoo.

Jihoon asintió feliz, genial, más trabajo para Soonyoung.

El pelinegro estaba cansado, se levantó tarde cuando debía llevar a Jihoon a la escuela, se le fue el tiempo y terminó llegando tarde por el menor, y ahora, debía cuidarlo camino a las canchas, y no solo eso, estarían todos, incluidos Mingyu, que lo empujó y Wonwoo, que lo agredió, esto no era bueno.

Soonyoung vió a Jihoon caminar, el menor tenía una gran sonrisa en su rostro, se veía emocionado por ir, al parecer, no se daba cuenta de todo el trabajo que le estaba dando a Soonyoung, pero él nunca se lo pidió, fue el pelinegro el que insistía, aún así, no le molestaba, si cansarse demasiado era el precio que debía pagar simplemente para cuidar al menor, Soonyoung lo haría todos los días. Y jamás lo pensaría dos veces.