Sophie comenzó a mirar más detenidamente a los distintos vampiros en la sala, buscando a alguien que podría usar de ejemplo. Su mirada captó a uno de los vampiros que la había escoltado, ahora con la capa baja y una pequeña sonrisa comenzó a crecer en su rostro a medida que lo leía.
"¿Eres Felix si mal no recuerdo?". Pregunto cortésmente. El gran vampiro asintió. "¿Te importaría?". Felix negó con la cabeza.
"Veamos... estás sorprendido, no tanto por mí aspecto, mí tipo o incluso por mis habilidades, ¿por mis ojos quizás? Nunca habías visto algo parecido y te fascinan. Estás intrigado ¿Tampoco habías visto un híbrido inducido antes? Y te preguntas si todos pueden cambiar o controlar sus características biológicas y corporales tan bien como lo hago yo". Aquí Sophie hizo una pausa y miró a Felix como si le estuviera pidiendo permiso para continuar. Felix pareció entenderla y le indico que prosiguiera. "Estás esperanzado, esperas sinceramente que pueda vivir por qué te parece que soy bastante ¿Única? Y sería un desperdicio eliminarme. Aww gracias por el apoyo compañero". Sophie le sonrió halagada al vampiro. Felix le devolvió la sonrisa, dejando sus perlados dientes al descubierto y le respondió con un pulgar hacia arriba. A Sophie le agradaba cada vez más el gran vampiro.
La Reina Sulpicia aplaudió entretenida y le dio una mirada ligeramente sorprendida a Sophie. "¿Acaso eso no fue interesante? Dime Felix. ¿Lo que dijo la pequeña Sophie aquí es correcto?"
Felix asintió. "Así es mí Reina. Fue casi como si pudiera leerme la mente, pero no tan invasivo como Cullen. Ella fue con cuidado y eligió cuidadosamente sus palabras para decir como me sentía y porque. Habrá notado como en su última declaración ella espero hasta que yo le diera mí consentimiento antes de expresar mí opinión con respecto a su vida. Nunca pensé que diría esto, pero Laurent hizo un buen trabajo".
"Una niña educada, respetuosa y tranquila. Hasta ahora no veo ninguna razón para que no viva". Dijo complacida la Reina de cabello negro sentada en el trono situado a la derecha del tronó del centro.
Sophie intercambio una mirada con Laurent, el plan estaba funcionando. La Reina Sulpicia ya estaba interesada en ella, la Reina de cabello negro, Sophie se había dado cuenta de que era la Reina Didyme por sus últimas palabras, quedó satisfecha con sus muestras de educación. Laurent sabía de antemano que ella apreciaba los viejos modales. Ahora sólo faltaba...
La Reina Athenodora de cabello dorado en el trono izquierdo frunció el ceño. "Puedes ser tan buena como quieras, pero eso no te ayudará a defenderte de nuestra clase. Los vampiros son seres viciosos y egoístas niña, si deciden que quieren matarte no puedes detenerlos con tus buenos modales".
Laurent parecía molesto, tal vez por qué la Reina Athenodora lo ignoro por completo, pero Sophie entendió su punto. Además ella era la primera de las Reinas que se dirigía hacia ella cuando hablo, en lo que respecta a Sophie eso la hacia su favorita de las tres.
La Reina Sulpicia hizo un puchero. "No seas aburrida Dora, dejemos que la niña nos muestre una vez más su habilidad empetica y luego puedes poner a prueba su control y regalo". La Reina Athenodora se apaciguó un poco después de las palabras de la Reina Sulpicia. La Reina Sulpicia miró a Sophie expectante.
Sophie dirigió su mirada a uno de los vampiros que estaban parados frente a los tronos. Ambos se veían muy jóvenes, Sophie asumió que los convirtieron en su adolescencia. A la rubia no le prestó atención por que ella parecía indiferente ante su dilema, apenas mostró un leve interés en ella cuando entro pareciendo un humano, pero luego la ignoro por completo. En cambio fijo su mirada en el chico de cabello chocolate. En el instante en el que le prestó atención Sophie empezó a sentir verdadera molestia por primera vez desde su cambio.
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El Destino nos une, pero nosotros tomamos la elección.
FanfictionEra tan fácil como sentarse allí y esperar que el hambre, la sed, la neumonía o cualquier otra necesidad o enfermedad la matará. Pero las cosas nunca iban como ella quería y cuando decidió no desperdiciar una vida que ya creía pérdida, no se sorpren...