Capítulo 2: Everybody bring it on

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"...¿Lix? ¿Félix? Despierta."

Félix se quejó en sueños, intentando alejar la mano que le agitaba el hombro. Había una molesta voz que le susurraba al oído, sonando algo familiar pero no lo suficiente para hacer querer levantar a Félix pronto, aún durmiendo dando vueltas a su mente.

"Félix, ¿estás bien?" La voz preguntó, y esta vez el hombro se agitó lo suficiente como para hacerle quejar del dolor, todos esos recuerdos volviendo a él de golpe al mismo tiempo que ese reconocible sensación de golpes repartiéndose por toda su espalda.

Sus ojos se abrieron de golpe y se retorció en las sábanas donde estaba atrapado intentado sentarse, doblándose cuando los pinchazos en su labio partido y su ojo morado decidieron hacerse presentes.

"Ey, ey, está bien" dijo la suave voz, suaves y grandes manos agarraron la parte anterior del brazo de Félix para ayudar a sentarlo, empujándolo para que pudiera apoyarse en el sofá. "No deberías moverte mucho. Hemos estado aplicando hielo en tu espalda pero aún sentirás dolor."

Félix solo pudo asentir cuando dejó que su cerebro intentase despertarlo, lentamente procesando como la sangre de su cara fue limpiada, sus zapatos y gorro retirados y tres sábanas de Pokémon lo cubrían. El chico que tenia en frente, Chan, estaba sentado al borde del sofá, mirándolo con algo de detención, pero preocupado, permitiendo relajar un poco a Félix aun sabiendo que se despertó en una casa que no era la suya.

"Gracias por... por ayudarme," dijo Félix, con profunda voz y un acento cerrado a estas horas de la mañana, haciendo enarcar una ceja al otro chico, "Entiendo que probablemente no sea normal para Jeongin traer a casa chicos duros en mitad de la noche."

"No tienes pinta de tipo duro" dijo Chan con una pequeña sonrisa, "Claro que los golpes te lo hacen parecer, pero tienes cara de niño con pecas y probablemente eres menor que la mayoría en esta casa."

Félix resopló un poco a esas palabras, recordando de repente cuánta gente vivía aquí. Era entonces cuando Félix reconoció el sonido de fondo de otras habitaciones, una gran número de personas hablando y haciendo el desayuno entre ellos. Frunciendo el ceño, Félix pensó en como reaccionarían ante él, como iba a enfrentar a esos siete chicos que probablemente no lo querían cerca de Jeongin.

"Ey, no te preocupes por los demás," Chan pareció sentir ese cúmulo de pensamientos del otro, levantando un poco el mentón de Félix para que pudieran verse. "Jeongin nos contó lo sucedido."

Las palabras se suponía que eran para recomfortar, pero Félix se sintió más inseguro aún. Si sabían lo que ocurrió, entonces sabían lo que Félix hizo. Saben que dejó inconscientes a dos tipos. Sabían que era peligroso. Sabían de qué era capaz.

"Lo siento." Félix intentó decir cubriendo su cara con las manos rápidamente. "Sé que lo que hice está mal. Golpear esos dos tipos, dios, lo siento mucho. Sé que no debería estar cerca de él, es demasiado... demasiado bueno. No podía dejarle ahí. No podía dejar que le hicieran daño. Lo siento."

"Ey, ¡Félix! ¡Félix!" Chan se acercó, bajando las muñecas para poder verle, sorpresa y preocupación brillaban en sus ojos al ver el miedo en la cara de Félix, "Nadie de nosotros está enfadado, ¿vale? Nadie piensa así. De hecho, te queríamos dar las gracias. Salvaste a Jeongin, a nuestro amigo, y no podríamos estar más agradecidos por ello."

Félix tardó unos segundos en procesar esas palabras, las manos de Chan aún sujetando sus muñecas en medio de los dos, sus ojos centrándose en intentar saber como se sentía el contrario. Félix quería ser aceptado por los demás, hacerles saber que solo quería salvarlo, que le dejaran ver a Jeongin.

"¿No estáis... enfadados?" Félix preguntó, su voz llena de una esperanza dolorosa de manera que hizo algo en la mirada de Chan romperse, "¿No estáis preocupados porque esté con Jeongin?"

I'm a Youth that can Fly Anywhere - JeonglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora