I'm a Youth that can Fly Anywhere - Jeonglix

Capítulo 4: Was that too serious?

¡¡¡¡¡¡¡Antes que nada, estoy muy feliz!!!!!!! SKZ ha vuelto ya con su nuevo álbum y su nueva canción insignia "Double Knot" decidme que os ha parecido!

Ahora sí vamos con la historia...

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Eran días como el de hoy donde Félix no podía evitar sentir desprecio hacia él mismo.

Habían pasado algunas semanas desde que conoció a Jeongin y se sentaron en la mesa de su cocina con el apartamiento vivo a su alrededor. Woojin y Minho cantaban de manera ruidosa mientras cocinaban cualquier cosa. Seungmin estaba sentado leyendo en la sala de estar, Hyunjin pedía algo de atención molestándolo de manera tierna. Changbin y Jisung estaban concentrados en el ordenador intentando mejorar el ritmo de una de sus canciones. Jeongin y Chan estaban sentados a la derecha de Félix, mirando los deberes del menor. Y luego estaba Félix... Félix simplemente estaba ahí.

No tenía deberes, tareas, ninguna lectura y todo eso le hizo recordar lo estúpido que era. Estos increíbles ocho chicos a su alrededor, estos ocho inteligentes chicos, estudiaban e iban a la escuela trabajando ridículamente duro para conseguir sus sueños, ¿y Félix qué hacía? Félix estaba luchando para mantener un trabajo y al mismo tiempo un hobby, la única cosa para lo que era bueno y no podía ni sacarle provecho. No podía evitar sentirse inferior, sin talento, un inútil cuando estos ocho chicos le rodeaban, recordandole que nunca tendría dinero para estudiar, que nunca hablaría bien el coreano como ellos, que nunca dominaría sus sueños en la manera que los otros lo hacían.

Claro que Félix era bueno boxeando pero, ¿era eso comparable a las gloriosas notas de Woojin, Seungmin y Jeongin? ¿Comparable a la dedicación sin descanso de Chan, Jisung y Changbin? ¿Comparable a la habilidad y agilidad de Minho y Hyunjin?

Félix era solo un boxeador sólo y roto, que no tenía un lugar al que pertenecer. ¿Quién era él para estar cerca de estos chicos?

Un suspiro salió de sus labios mientras se levantaba e iba a por una taza de café, otra cosa por la que tenía que sentirse culpable. Los chicos le dejaban quedarse, dejándole una llave para esas noches que entrenaba hasta tarde y que pudiera quedarse a dormir en el sofá mientras le daban de comer y beber sin siquiera pagar nada. Félix siempre intentaba protestar, pero sabía que aunque ellos le pidieran que pagara, no se lo podría permitir. Así que ahora estaba callado, intentando no estorbar para que puedan continuar con sus increíbles vidas.

Se había preguntado muchas veces por qué no cortaba lazos con ellos, por qué no les dejaba ser para que no le llevaran a rastras. Fue tentado varias veces a hacerlo, incluso algunas veces en que ya lo estaba haciendo, se rendía. Pero no podía, le gustaba el grupo, le hacían feliz y no quería dejarlos ir. Así que se quedó. Sabía que era egoísta, pero simplemente no podía irse.

Había otra razón por la que no podía irse, una que tenía mucho que ver con el pelirrojo color cereza al cual estaba observando por encima de su taza de café, pero se negaba a dejarse saber ésta.

Así que, se quedó callado, bebiendo su café y preguntándose que excusa debería poner para asegurarse que Woojin no le diera la cena de nuevo, una cena que nunca podría pagar de vuelta.

"¡Hyung... Félix-hyung!" Félix parpadeó dos veces cuando la voz de Jeongin le llegó a los oídos, mientras el pequeño se situaba delante de él con preocupación en sus ojos.

"Oh, ey, frijolito," Félix plasmó una sonrisa, "¿Has terminado tus deberes?"

"No soy un frijolito, hyung," protestó Jeongin por el apodo, aunque ya lo hubiera hecho un millón de veces antes, "soy más alto que tú."