Capítulo 3: You can't stop me!

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Colarse en el campus universitario fue mucho más fácil de lo que debería haber sido, Félix, mientras andaba por los largos pasillos, descubrió a un pequeño alumno al final de su clase. Era un poco más tarde de la hora del almuerzo cuando Félix apreció la falta de seguridad en el campus, podía pasear por allí como otro estudiante más.

Había pasado una semana desde el ataque de esos dos tipos y las heridas de Félix se estaban curando bien, pero no eran nada comparado al regaño de Jeongyeon cuando éste le contó lo ocurrido no sin antes habiéndole dado a su boxeador un fuerte abrazo que casi le deja sin oxígeno.

Félix ha tenido mucho contacto con Jeongin y sus amigos así como con su entrenadora. Cada uno de ellos le envió un mensaje a Félix agradeciendo lo que hizo después de irse corriendo a trabajar la mañana en la que despertó en el apartamento de los chicos. Así es como a partir de los agradecimientos Félix empezó una conversación con cada uno.

Ha aprendido que los ocho compañeros de piso tienen mucho en común; todos estudian música de una manera u otra, algunos producen música mientras que los otros practican canto o baile junto a otra materia pertinente. Por ejemplo, Seungmin estudiaba derecho, Woojin se preparaba para ser maestro de música, y Félix... Félix los admiraba.

Aparentemente, el sentimiento era mutuo porque Minho y Hyunjin admiraban el talento de Félix para bailar comparable a su nivel de boxeo. De hecho estaban planeando quedar en uno de los estudios de baile de la universidad.

Luego, claro está, había la típica llamada llena de chillidos entre Félix y Jisung cuando descubrieron que eran prácticamente mellizos, en sentido metafórico obviamente. Y la manera en que el "dark rapper Changbin" le respondió con mensajes sacados de golpes en un teclado al leer que a Félix también le gustaba el rap. Ah, y luego estaban las conversaciones a altas horas de la noche entre Chan y Félix desde que supieron que ambos eran de Australia.

Entonces, Félix pensó que era seguro quedarse, tenía nuevos amigos.

Pero, por supuesto, a quién más habló Félix fue a Jeongin. El par se enviaban mensajes a cada minuto que tenían, el menor iba un par de veces a visitarlo al trabajo después de clases. Era a partir de esto, y de innumerables mensajes, que Félix conocía el horario del otro chico.

A lo que le lleva donde está ahora, siguiendo el mapa del campus hasta la clase la cual sabía que Jeongin terminaría pronto. Tenía el día libre y su entrenamiento era por la tarde, así que Félix pensó que era el momento perfecto para pasar el rato con el otro de manera apropiada. Llevaba puesto un jersey naranja chillón grande con sus nudillos aún vendados. Sus pantalones eran grises y algo rasgados, yendo hasta las botas negras con lazos azules de segunda mano.

La puerta del aula se abrió cuando Félix se apoyó en la pared opuesta, algunos estudiantes salían deprisa antes de que Jeongin deambulara hacia afuera mientras hablaba con alguien desconocido y cerraba su mochila. Sus ojos se encendieron en sorpresa cuando vio a Félix, una ancha sonrisa apareció en su cara mientras se despedía rápidamente de sus compañeros.

"¡Félix!" Chilló Jeongin, abrazando fuertemente al contrario. "¿Qué haces aquí?"

"Tenía el día libre y sabía donde estaba tu clase, así que decidí sorprenderte" sonrió Félix, sus manos se reposaron en los hombros de Jeongin "No te importa, ¿verdad?"

"Claro que no," dijo Jeongin apartándose del abrazo, usando sus dedos para arreglarse la sudadera púrpura junto a su camiseta que iba por debajo de unos pantalones verdes, definitivamente no era la elección de moda para Félix, pero pensaba que al menor le quedaba bien. "Estoy libre todo el día."

"¡Genial!" sonrió Félix, agarrando la mochila de Jeongin de su hombro y ponérsela en el suyo. Los diferentes colgantes hacían ruido de manera alegre mientras el mayor salía corriendo por el pasillo.

I'm a Youth that can Fly Anywhere - JeonglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora