III
Candy no estaba segura de la razón por la cual Albert había organizado aquel fin de semana en Lakewood.
—Será bueno para los tres alejarnos de tanta hipocresía —les dijo—. Incluso Archie estará feliz después de un par de días sin Annie Brighton —concluyó.
Sus palabras fueron ciertas; acababan de llegar y ella ya se sentía más alegre y menos estresada. El primer paseo por el bosque no se hizo esperar y en menos de dos horas, después de haber llegado, ya se encontraban cabalgando, disfrutando del paisaje.
Sin embargo, al regreso, la actitud de Candy ensombreció al reconocer el sendero que tan solo unos cuantos días antes había soñado; temerosa, volteo hacia el punto en que recordaba que algo se estaba ocultando. Un fuerte escalofrío recorrió su espalda en el momento justo en que la hierba se movió.
—¿Sucede algo? —le pregunto Archie, al notar su distracción—. Tranquila. Es solo un conejito. —hizo la observación señalando al animalito.
El resto de la tarde mantuvo la calma, pero se fue a descansar con una extraña sensación; un mal presentimiento le atormentaba, hasta que al fin se quedó dormida.
La mañana siguiente le despertó el inusual ajetreo que había en la mansión. Lakewood solía ser siempre tranquilo, ahí nunca pasaba nada; pero no tardó en enterarse de lo que había sucedido.
Archie había desaparecido.
Alguien lo vio caminando solo, a mitad de la noche, en completa obscuridad, hacía el portal de agua; y ya nunca más le volvieron a ver.
Candy tuvo que regresar a Chicago, mientras Albert aún buscaba a su querido sobrino. Su desaparición había sido en circunstancias muy extrañas; pero tenían la confianza de encontrarlo pronto.
Ella nunca mencionó una sola palabra al respecto, pero un incomprensible temor se había instalado en ella; poco a poco la cantidad de chicos que le rodeaban se reducían. Primero Anthony, luego Stear, ahora Archie. Temía por Albert, su eterno príncipe de la colina había tenido que experimentar, junto con ella, aquellas terribles perdidas de chicos tan jóvenes.
Después de dos meses de búsqueda y ni un solo rastro, Albert había vuelto a atender las empresas, sin dejar de insistir en la búsqueda de su sobrino.
—Espero puedas pedir un permiso especial para acompañarme —un día de tantos, informo a la rubia—. También podrías adelantar tus vacaciones.
No deseaba realizar aquel viaje sin llevar a su pequeña, quien se había mostrado aún más estresada después de lo ocurrido con Archie.
—Pero… ¿Nueva York? —no estaba muy convencida de aquella idea—. Tu viaje es de negocios y yo solo te estorbaría o estaría sola..
Temía a la tentación de estar cercana a Broadway y no volver a ver Terry de nuevo; sobre todo, entre aquellas temibles circunstancias…
X – x – X – x – X
Última edición en septiembre del 2019.
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El Espejo
FanfictionNomidado como mejor fic de Terror, Terryfics 2019 Entre tinieblas, un reflejo y un oscuro tormento. El contenido de esta historia puede dañar la sensibilidad de algunos lectores Terror Psicológico, Misterio Candy Registro SC1812229392977 Prohibida...