Chapter .1.

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- ¡Eh María! -

Cansancio...

Solo eso pasaba por mi mente y recorría mi cuerpo.

-¡Mierda!- me queje cuando mi cuerpo dio contra el suelo de tierra y ramas. - maldita rama, maldito carro de mierda que sirvio para nada mas que para averiarse, maldito Sergio, uhs cuando te vea...- quite de mala gana la tierra aun tenía en mis ropas.

Fruncí el ceño y recogí la vieja maleta negra de la tierra junto a mis gafas, volviendo a recobrar el camino hacia la Casa de las pesadillas como llamo yo a la mansión de Toledo.

-Va ser fácil, me dijo. Ya te sabes el camino, me dijo. ¡Es cerquita, me dijo!¡No ha cambiado mucho, me dijo!- comencé a subir el tono de voz cuando me di cuenta que me había perdido en el camino. mande mis manos a la cabeza, pero las retire al darme cuenta lo sucias que estaban.

Maldigo el momento en el que baje de ese carro o en que acepte esta mierda.

Ni en mis 16 años de vida había estado tan estresada como ahora.

No recordaba el camino, y al forzar mi mente a recordarlo solo me provocaba dolor de cabeza.

Suspire abatida, pero en mi momento de silencio escuche ruidos de pisadas al rededor, con rapidez saque la nueve milímetros de mi bolsillo trasero y quite el seguro comenzando a apuntar.

Solo podía escuchar mis latidos acelerados, y las pisadas que se volvían mas fuertes a medida que esa persona se acercaba.

me puse alerta al escuchar una rama partirse atrás de mi.

En un momento, todo se detuvo, los ruidos dejaron de sonar y contuve la respiración causando que mis latidos pararan. Sin pensarlo me gire y agarre a la persona por el brazo para poner toda mi masa corporal en apoyo a la persona logrando una llave, tirándole al piso.

Volví a retomar mi respiración cuando estaba sentada sobre la espalda de mi atacante, apoyando la puñetera pistola en la cabeza del hombre.

-Soy y-yo, soy yo.- Abrí los ojos asustada, tirando el arma lo mas lejos de nosotros, como si su toque me quemara.

-¡Eres un idiota! Pude haberte pegado un tiro, no hagas estas estupideces, Sergio. ¡Por amor a Andrés!- le grite indignada, mientras me levantaba de su espalda ofreciéndole la mano para levantarse.

-Estaba buscándote, estabas tardando demasiado demasiado.- explico con un tono de voz calmado.- Además, ¿que tiene que ver Andrés en todo esto?

-Nada, solo que me he puesto nerviosa y no es ese Andrés. Es otro, un muchacho simpático que conocí en las islas canarias.-le comente pasándole sus gafas con una pequeña sonrisa.

-Eres consciente de que no te creo, ¿verdad?- me miro arqueando una de sus pobladas cejas. Sergio comenzó a caminar en dirección, me imagino yo, a la casa de Toledo, con mi mochila en mano.

Puse los ojos en blanco mientras empezaba a seguirlo.

-Tus bienvenidas tan cálidas como siempre, Dada.- reproche mientras me pasaba bajo su brazo y colocaba el mío por debajo de su saco, rodeándolo por su cintura.-Te hubiera agradecido al menos que me fueras a recoger.- le hable mientras subía el marco de mis gafas por el puente de mi nariz.

-Lamento no haberte ido a recoger en aeropuerto, las cosas se han puesto un poco tensas.- hablo mientras apretaba mi hombro.

- No te preocupes, si no fuera así no estaría aquí. Comienza a contarme porque en menos de tres horas debo estar allá.

Pero primero ma idealizar mi hermoso plan: Quemar la casa de Toledo.

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Estaba fuera de mi comprensión.

Eran adultos y simplemente se comportaban como adolescentes hormonales.

-No me jodas. ¿Esa es la gente con la que te gusta trabajar, Sergio? Niños en cuerpos de adultos. Impulsivos, impacientes, estúpidos. Han hecho basura tu plan; cuanto apuestas a que mas de uno ha tenido relaciones sexuales allá dentro, que Andres ya se habrá llevado a alguna de las rehenes a la cama.- le replique mientras terminaba de guardar las botellas de alcohol en mi maleta, me levante y comencé a desocupar la mesa, botando la comida y partiendo toda la seramica y copas de vidrio que encontraba, metiendo sus restos en la bolsa de basura.

Después de llegar a la mansión de Toledo, recurrí a comenzar a buscar cosas de valor y ropa que se hayan dejado los "adultos" que habían estado en la casa, poniéndolas en bolsas negras, eliminando y botando cosas que tendrían ADN de alguno de los participantes en la casa y que seguramente el fuego no pudiese eliminar.

¿Por que hacer esto? No hay que ser muy inteligentes para saber que en cualquier momento la policía iba a encontrar esta casa, en la cual se encontraba la mayor evidencia discriminatoria que podría desvelar las identidades de los, ahora, siete atracantes, que si bien no me caían nada bien por las estúpidas decisiones, comenzaría mi tarea de salvarles el culo desde ya.

Además, apenas me entere de la comida que tuvieron, los hombres de mi vida, acá, no era buena idea dejar su desorden y desecho intacto.

-No son niños, solo son personas que han perdido un poco el juicio por haber estado aislados del mundo y bajo constante presión durante cinco días.- me explico parándose en la puerta en mano de una bolsa llena de hojas del ático, en donde me explico que era alli donde realizaba las clases, y en donde estaba todo el plan.

Solo, imagínense lo que haría la policía con toda esa información, aunque claro, ya la mayoría de cosas que están en el ático fueron publicadas al conocimiento público.

No, señor de ningún modo dejaría un cabo suelto.

Lo mire con una ceja arqueada. -Uno de ellos ha mandado a matar a una mujer embarazada, y otros dos casi matan a dos policías todo esto el mismo día. Tres días después los rehenes les salen con la maricada de escapar y uno de sus compañeros queda con una muerte cerebral. Bueno lo de los rehenes te lo dejo escapar, - le dije con diversion esperando que captara mi patetico chiste- ¿Entiendes? Por que se es-caparon - le hice un movimiento de cejas y sonreí tratando de no reír por un chiste tan malo.

Sergio se limito a mirarme con una sonrisa mientras negaba con la cabeza.- No da ni risa ni a palo.

Solté el contenedor en el suelo mientras una carcajada salia de lo mas profundo de mi garganta.

¡Puta! ¡Que estaba buenísimo!

La Casa De Papel [Seul]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora