CALMA Y RESPIRA (Parte 2)

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Pov. Narrador

- Ahora vera ese imbécil... - sus palabras fueron firmes y amenazantes, esto preocupo al pelinegro que estaba queriendo saber lo que pasaba detrás de la llamada.

- ¡Joy espera! ¿Qué fue lo que paso? – pregunto sosteniendo el antebrazo de su compañera, evitando así que avanzara hacia la puerta.

- ¡Suéltame! Necesito entrar a esa habitación

- No te dejare hasta que me digas porque estas así

- ¡Con un demonio Lein! ¡Es Jazz! Ese malnacido la está acosando –

Se quedó paralizado. Sabía que el degenerado de su jefe era capaz de muchas cosas, muchas. ¿pero hacer "eso" aquí?

- Tranquila, deja que me encargue de esto.

- Oh no, claro que no. Ese estúpido merece un escarmiento.

- Lo se lo sé, pero por ahora deberías darme la oportunidad de sacarla de ahí sin que te metas en problemas.

- ¡¿Después que abuse de ella?! No lo creo – avanzo con colera hacia la puerta.

- En otras situaciones te dejaría hacer "justicia" por tu propia mano, lo juro ... – rápidamente se puso de frente de ella bloqueando la entrada

- ¡Y que evita que esto sea diferente! –

- ¡Por qué a comparación de las otras veces no había daños colaterales! – recalco con severidad.

La castaña se quedó callada viendo la mirada seria de su amigo.

- Es por la sencilla razón de no generar un desastre innecesario – se acercó un poco a ella, dejando descansar sus manos en sus hombros - Confió en ti Joy... Pero en este momento no estás en el lugar ni la posición indicada para hacer las cosas a tu manera – intento convencerla con una sonrisa - déjame lidiar con esto. Solo confía en mi... por favor.

La mujer con los puños tensos y dejando la ira de lado; solo miro a su amigo que suplicaba por un poco de paciencia de parte suya. Le recordó al voto de confianza que le dio hace unas horas. Ya era momento de darle la razón de actuar.

Inhalo pesadamente y exhalo con desesperación. Dejando salir todo lo que ella más odiaba. La impotencia de dejar a una persona ser vulnerada por idiotas como Artur Grace

- Tienes un minuto... no me obligues a tumbar la puerta... ¡ahora!

Lein solo asintió corriendo hacia el pasillo, y perdiéndose en ellos. La castaña decidió esperar pisando fuerte por la impaciencia dejando así que el tiempo corriera.

(Date prisa antes de que yo lo haga) – fue su único y frustrante pensamientos dejado descansar su cuerpo en la pared y sosteniéndose la cabeza con impaciencia.

...

Lein se dirigió a toda velocidad a lo que parecía ser una sala de servidores electrónicos. al estar adentro y sin que nadie lo viera se encontró con la caja de control del piso administrativo.

Con agilidad retiro la tapa principal, encontrándose con una cantidad inmensa y compleja de circuitos que lo componían.

(Okay, aquí vamos)

Se quito rápidamente su saco ejecutivo y se subió las mangas hasta la mitad del brazo para más comodidad. Su corazón estaba algo nervioso y sus manos temblaban por la acción que iba a realizar.

(Muy bien... tranquilo, todo va a estar bien... solo respira profundo, cálmate y piensa...)

Sabía que hacer ese tipo de cosas ahora podría ser riesgoso, sobre todo con el recién ataque que presento aquella noche. Pero a pesar de eso, en el fondo sabía que ayudaría a Joy cuando fuera necesario. Y si nadie está viendo lo que hace, no habrá daño ninguno. Solo será por esta vez, tal y como lo hacía tiempo atrás, solo es una "Jugarreta de niños".

Fragmentos perdidosWhere stories live. Discover now