1.-Encuentro

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Odio despertar por las mañanas pero es necesario, y mas cuando mi primer día de clase llegaba.
Pensaba que mis problemas se acabarían al acabar la preparatoria porque vivía en un pueblo sin universidades cercanas pero a mi buena familia se le ocurrió que la cursara en línea así que boom, hice mi primer año de universidad en línea pero a mi grandiosa familia se le ocurrió mudarnos para que fuera físicamente a la universidad y boom, aquí estoy.

El instituto es grande y bonito, ¿para qué negarnos?, sería menos pesado estudiar, además, si se me da la gana sigo estudiando en línea, la universidad esta, te brinda esa fabulosa opción.

Camino por los pasillos mientras la gente se choca con mis hombros, siento como que no llegaría, aunque no sé ni a donde pensaba llegar.

Boom, estaba en mi labor de acabar con los golpes y me choco con un chico de tés morena, cabello negro y ojos verdes.

—perdóname, no era mi intención golpearte.—

—sí, bueno, 30 minutos aquí dentro y ya me acostumbre a los golpes.—él ríe por mi comentario. Ambos platicamos cerca de la pared para evitar más choques.

—2 minutos estando contigo y me entero que eres nueva.—rio.—¿Cómo te llamas?

—Mariana, ¿y tú?—

—Shiro.—hace una pausa antes de volver a hablar.—Es común ver nuevos alumnos por estas fechas, sobretodo si son de primer año ¿es tu caso?—

—No, ya hice el primer año, en esta escuela, pero en línea.—

—Suena interesante, si quieres me cuentas esa historia mientras te muestro la escuela.—

—Gracias por ofrecerte, me parece una gran idea.—

—Podría contarte varias cosas sobre la escuela.—

—de acuerdo, pues vamos.—caminamos un buen rato, shiro me parece un chico súper agradable.
La escuela resulta ser más grande de lo que yo pensaba y la gente se enfoca en sus asuntos, no había tiempo para socializar con los nuevos, ya cada quien tenía su grupo establecido aunque al parecer, Shiro estaba solo.

Mientras caminamos suena la campana que marca el inicio de clases.

—Bueno, nos veremos a la hora del almuerzo, búscame en la cafetería.—

—Eso haré, adiós Shiro.—él hace un adiós con la mano y se va a su clase y yo a la mía.

Camino hasta mi salón de clases, busco un asiento vacío y me siento esperando a que el maestro llegue, cosa que sucede casi inmediatamente.

—Buenos días.—menciona el profesor.

—Buenos días.—le saludan algunos incluyéndome.

—Buenos días.—dice un muchacho imitando la grave voz del profesor para después reírse con un grupo de personas al fondo del salón.

—Veo que se presentó señor Malgor, creí que sería expulsado o que abandonaría la institución para este tercer semestre.—

—Pues no fue así, aquí estoy.—dice casi acostándose sobre la silla.

—Muy bien entonces saquen sus libros todos.—

—En que pagina?—dice el mismo chico pero imitando a una mujer.

—Joven Soren, si va a estar fastidiando mi clase será mejor que se retire.—

—No profesor, no me corra.—dice aún con voz de chica.

—Suficiente, retírese por favor.—

—Bueno.—bufa y así de simple recoge sus cosas y se larga.

La mesa de los chicos popularesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora